Oro y plata extraídos de América por España (8) (En kilogramos) | ||
Período | Plata | Oro |
1531-1540 | 86.193 | 14.466 |
1541-1550 | 177.573 | 24.957 |
1551-1560 | 303.121 | 42.620 |
1561-1570 | 942.858 | 11.530 |
1571-1580 | 1.118.591 | 9.429 |
1581-1590 | 2.103.027 | 12.101 |
1591-1600 | 2.707.626 | 19.451 |
1601-1610 | 2.213.631 | 11.764 |
1611-1620 | 2.192.255 | 8.855 |
1621-1630 | 2.145.339 | 3.889 |
1631-1640 | 1.396.759 | 1.240 |
1641-1650 | 1.056.430 | 1.549 |
1651-1660 | 443.256 | 469 |
TOTAL: | 16.886.815 | 181.333 |
lunes, 12 de octubre de 2020
Una visión crítica de la conquista de América
domingo, 11 de octubre de 2020
Pueblos originarios y la Constitución
En Chile, habitan diversos pueblos indígenas lo cual nos hace una nación heterogénea, con diversidad étnica y cultural. Este proceso constituyente se ofrece como una oportunidad única para provocar un diálogo en el que participen todos los pueblos originarios de nuestro país. Así, estaremos construyendo juntos un Chile más inclusivo donde se produzca un intercambio cultural que nos enriquezca. El Centro de Estudios Interculturales e Indígenas nos entrega información sobre la opinión de la ciudadanía en las distintas etapas del proceso constituyente, y nos brinda la oportunidad de aportar desde el quehacer y reflexión de la universidad frente al inicio de un proceso institucional histórico en nuestro país.
El estudio de Opinión Pública Pueblos Originarios y nueva Constitución, realizado por el Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR), que coordina la UC con la participación de varias universidades, ha entregado una valiosa información a considerar en el avance hacia un país más inclusivo. Esta iniciativa surge en el marco del actual proceso constituyente y tiene por objetivo ser un aporte a la discusión pública en temas de interculturalidad y pueblos originarios. Los resultados corresponden a la segunda medición, realizada en el mes de septiembre, que busca conocer el nivel de apoyo que hay en la ciudadanía a las distintas modalidades de participación de los pueblos originarios en este proceso, junto con conocer la percepción sobre la relación entre Estado y pueblos originarios en relación con qué debiera considerar la Constitución en esta materia.
En un momento en que nos encontramos frente a un plebiscito, el diálogo intercultural es de gran relevancia. En los resultados del presente estudio es posible apreciar que un 95% de los encuestados está de acuerdo en el reconocimiento constitucional a los pueblos originarios de Chile, y sobre un 80% aprueba el otorgamiento de escaños reservados en el Congreso. Si bien ya fue aprobada la reforma que establece los escaños reservados para los pueblos originarios, es lamentable que aún no se haya logrado definir su número. Es preciso recordar que en el acuerdo de noviembre pasado quedaron tres asuntos pendientes respecto de la participación ciudadana en una eventual elección de convencionales: la conformación de las listas de independientes, los criterios de paridad de género, -ambos temas fueron ya resueltos a través de la modificación de la Constitución aprobada por la Ley 21.216-, sin embargo, aun cuando respecto de los pueblos originarios hay consenso de que su inclusión, no se ha avanzado en su mecanismo.
En la definición del número de escaños por pueblo originario, resulta necesario tener claro que ninguno puede quedar excluido del proceso constituyente, pues se deben preservar los derechos, usos y costumbres de cada uno de los pueblos de nuestro país, lo que se puede realizar siguiendo el principio de proporcionalidad entre la población indígena y no indígena. Al menos debe haber un representante por pueblo, de este modo estaremos garantizando que la elaboración de esta norma de convivencia como es la nueva constitución rija las relaciones de todos los integrantes del territorio.
Es evidente que aún no hemos sido capaces de entender que, a lo largo de nuestro país, existen comunidades anteriores a la nación, -los pueblos Mapuche, Aimara, Rapa Nui, Atacameño, Quechua, Colla, Diaguita, Kawésqar y Yagán-, y que en la Ley Indígena 19.253 la que en su primer artículo, señala que “las diversas etnias son parte esencial de las raíces de la nación chilena, reconoce que existen en el territorio nacional desde tiempos precolombinos y que conservan manifestaciones culturales propias”. Estos pueblos cuentan desde hace siglos con una organización política, social y cultural propia, que como Estado no solo hemos ignorado, sino que incluso hemos contribuido en su deterioro. Por ejemplo, en el caso del pueblo mapuche resulta incomprensible que no puedan disponer libremente de sus inmuebles - las tierras que les son entregadas tienen restricciones y prohibiciones de gravar o enajenar-, por otra parte, en el ámbito de la educación, en esta región hay más de 500 escuelas rurales que están en estado deplorable, lo que solo contribuye a acrecentar las brechas de inequidad.
En la encuesta descrita, el 95% de las personas considera que el Estado debe proteger la generación y difusión del conocimiento de los pueblos indígenas, en especial su lengua materna, y un 93% apoya la idea de que el Estado debe asegurar que la explotación de los recursos naturales resguarde su integridad social y cultural. Una constitución respetuosa de los pueblos originarios debe dar certezas y continuidad a sus derechos o bien definir principios básicos que puedan luego transformase en ley. El preámbulo de la Declaración de la UNESCO sobre diversidad cultural (2001) define cultura como el conjunto de rasgos distintivos, espirituales y materiales, intelectuales y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social. Este abarca no solo las letras y las artes, sino también los modos de vida, -enmarcados en el respeto irrestricto a los derechos de las personas-, así como los sistemas de valores, tradiciones y creencias. Desde esta perspectiva, una Constitución inclusiva debe permitir que todos quienes habitan un país puedan desarrollar su propia identidad cultural.
En Chile, habitan diversos pueblos indígenas lo cual nos hace una nación heterogénea, con diversidad étnica y cultural. Este proceso constituyente se ofrece como una oportunidad única para provocar un diálogo en el que participen todos los pueblos originarios de nuestro país. Así, estaremos construyendo juntos un Chile más inclusivo donde se produzca un intercambio cultural que nos enriquezca. El Centro de Estudios Interculturales e Indígenas nos entrega información sobre la opinión de la ciudadanía en las distintas etapas del proceso constituyente, y nos brinda la oportunidad de aportar desde el quehacer y reflexión de la universidad frente al inicio de un proceso institucional histórico en nuestro país.
Fuente : El Mostrador, 11 de Octubre 2020
sábado, 10 de octubre de 2020
Actos de violencia desvían la atención del plebiscito
PS, PPD y PR aseguran que actos de violencia en Plaza Italia "desvían la atención del plebiscito"
Los actos vandálicos dijeron, "distorsionan las movilizaciones ciudadanas masivas y pacíficas que generaron las condiciones para estar ad-portas de un plebiscito".
A raíz de los hechos de violencia que se produjeron durante la tarde del viernes en Plaza Italia, Convergencia Progresista (PPD, PS y PR) reafirmaron su defensa y compromiso con el derecho de reunión y manifestación pacífica, rechazando los actos de violencia "perpetrados por grupos minoritarios que desvían la atención pública del plebiscito constitucional".
Por medio de una declaración pública, los partidos aseguraron que: "Apoyamos, como siempre, el legítimo derecho de reunión, un derecho humano de primera generación. No puede coartarse dicha libertad pública, ni aplicarse el uso de la fuerza de manera desproporcionada contra manifestantes, como hemos visto por parte de Carabineros en innumerables ocasiones en tiempos recientes".
Ejercer ese derecho, a juicio de los timoneles que suscribieron el comunicado, "no puede prestarse para abusos de grupos minoritarios, que, aprovechando estos escenarios de protesta, realizan actos de violencia y destrucción de la propiedad pública y privada. Esto va en contra de la demanda social, generando desconfianza en la ciudadanía. Es necesario esclarecer quienes han perpetrado estos actos y cuales son sus verdaderas intenciones".
Los actos vandálicos registrados "distorsionan las movilizaciones ciudadanas masivas y pacíficas que generaron las condiciones para estar hoy ad-portas de un plebiscito constitucional que, de lograr los resultados esperados, permitirá terminar con el último legado de la Dictadura. Hoy queremos honrar dicha Dignidad, votando el 25 de octubre: Apruebo y Convención Constitucional".
"Aparte de generar daño a pequeños comerciantes y a mobiliario público de utilidad de toda la ciudadanía, son funcionales a la derecha y a los partidarios del Rechazo para generar temor infundado respecto del proceso constituyente. La derecha cuenta con recursos ilimitados para amplificar y difundir su propaganda, y hechos como los ocurridos se prestan para campañas mediáticas contrarias a los intereses de cambios profundos que reclama la gran mayoría del país", agregaron.
Fuente : El Mostrador, 10 de Octubre 2020
viernes, 9 de octubre de 2020
La humanidad en peligro existencial
Los científicos de Cambridge que estudian qué va a terminar con la humanidad (y cómo salvarnos)
- Ana Pais (@_anapais)
- BBC News Mundo
La Tierra existe desde hace 45 millones de siglos y sin embargo este que estamos viviendo es único en la historia.
"Es el primer siglo en el que una especie, la nuestra, ostenta tanto poder y es tan dominante que tiene el futuro del planeta en sus manos", escribe el prestigioso astrónomo británico Martin Rees en "En el futuro. Perspectivas para la humanidad".
"Lo que está en juego es más importante que nunca; lo que ocurra en este siglo se hará sentir durante miles de años", sentencia en dicho libro de 2018.
En verdad Rees lleva más de dos décadas repitiendo estas advertencias que, para una amplia mayoría, sonarían interesantes, pero improbables. Quizás en aquel entonces, más que ciencia, parecían propias de ciencia ficción.
De hecho, él mismo reconoció en una charla TED que "nos preocupamos demasiado por riesgos menores: accidentes aéreos improbables, sustancias cancerígenas en los alimentos, dosis bajas de radiación... Pero nosotros y los políticos que nos gobiernan vivimos en negación de los escenarios catastróficos".
Entonces llegó 2020 y cada palabra de Rees pasó a tener una escalofriante vigencia.
Por ejemplo, en esa charla que dio en 2014 afirmaba que ahora "los peores peligros vienen de nosotros": "Y no solo está la amenaza nuclear. En nuestro mundo interconectado (...) los viajes en avión pueden propagar pandemias en cuestión de días; y las redes sociales pueden divulgar pánico y rumores literalmente a la velocidad de la luz".
Sin embargo, hubo quienes no necesitaron la pandemia de covid-19 para escuchar a Rees. Desde 2015 un pequeño grupo interdisciplinario de investigadores trabaja bajo su liderazgo en el llamado Centro para el Estudio de Riesgo Existencial (CSER) en la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.
El centro, que ha contado con el asesoramiento de destacadas figuras de la academia —como el físico Stephen Hawking— y de la industria —como el empresario Elon Musk—, investiga los peligros que podrían llevar a la extinción de la humanidad o al colapso de la civilización y qué hacer para mitigarlos.
Es justamente en este segundo aspecto que trabaja la bióloga molecular peruana Clarissa Ríos Rojas, quien ingresó al CSER en marzo, poco antes de que el gobierno británico decretara la cuarentena por coronavirus.
"Ya hemos tenido pandemias antes y sin embargo, covid-19 nos agarró desprevenidos", dice Ríos a BBC Mundo. "Entonces, ¿qué falló? ¿Cuáles son las lecciones que podemos aprender de este experimento y cómo podemos prepararnos nuevamente para el futuro?", se pregunta.
En otras palabras, su trabajo en Cambridge consiste en identificar por qué las predicciones basadas en datos científicos no son escuchadas y, en consecuencia, generar políticas públicas que preparen a la humanidad para la próxima catástrofe global.
Así como la profunda crisis provocada por el coronavirus no fue la primera, tampoco será la última.
5 áreas de riesgo
Lo primero que explica Ríos es que existe una diferencia entre riesgo catastrófico y existencial.
Si bien las definiciones varían levemente entre ellas, en general se entiende que los eventos de riesgo catastrófico son aquellos que, de ocurrir, terminarían con la vida del 10% de la población mundial o provocarían un daño equivalente.
Para tener una referencia, se considera que el evento más letal del siglo XX fue la pandemia de influenza de 1918, más conocida como gripe española, donde murieron entre el 1% y 5% de la población mundial, según distintos estimativos.
En cambio, un evento de riesgo existencial implica la aniquilación de todos los seres humanos o una reducción poblacional tan grande que no permita continuar con los estándares de vida actuales, que menoscabe drástica y permanentemente su potencial.
El CSER estudia este último tipo de eventos, a los cuales divide en cinco grandes áreas: riesgos biológicos, ambientales, tecnológicos, derivados de la inteligencia artificial y de las injusticias sociales.
Algunos ejemplos son muy claros, como las pandemias dentro del área biológica o el cambio climático en la ambiental. De hecho, otros riesgos naturales —como el impacto de un asteroide o la erupción de un supervolcán— están muy presentes en el imaginario colectivo, ya que han demostrado su poder devastador en el pasado.
Pero existen otros riesgos existenciales menos evidentes, como el de la inteligencia artificial.
"El miedo con la inteligencia artificial no es que surja un Arnold Schwarzenegger que nos mate a todos", dice Ríos en referencia al personaje de Terminator en la primera película de la saga.
"En realidad puede pasar que, para lograr el objetivo de salvar a la humanidad, se destroce todo el ecosistema porque no se le dieron los parámetros necesarios para guiar a esa inteligencia artificial que sigue aprendiendo por sí sola", explica.
En este caso, la tarea de Ríos sería, por ejemplo, trabajar junto con los gobiernos para establecer protocolos y herramientas de monitoreo de las instituciones del área, o asegurar que los programas de estudios de las universidades vinculadas a la ingeniería tengan una fuerte base de ética.
La injusticia social es otra de las áreas cuyo nivel de riesgo puede no ser tan notorio. Pero existe un ejemplo muy claro en la historia: la conquista europea de América.
Este episodio "derivó en la pérdida potencial de más del 80% de las poblaciones indígenas, el colapso de las civilizaciones azteca, inca y zapoteca, y la muerte, tortura, disrupción cultural y desestabilización política que ocurrieron como resultado de la trata transatlántica de esclavos", afirma CSER en su página web.
Y agrega: "Hasta el día de hoy, la colonización europea continúa teniendo impactos catastróficos a escala mundial, incluida la desatención de las enfermedades tropicales".
Efecto covid-19
Según Ríos, la pandemia de covid-19 —que ya se cobró más de 1 millón de vidas a lo largo del mundo—, está enseñando a los gobiernos y la sociedad qué significa prepararse para lo peor.
"Covid-19 ha mostrado cómo los sistemas comienzan a colapsar uno por uno", dice.
"Uno podría pensar que solamente se vería afectado el sector salud, pero en realidad se vio afectado el transporte, la agricultura, la educación, la economía, el trabajo…", agrega.
De acuerdo con la investigadora peruana, una forma de incorporar estas lecciones a nivel de política pública podría ser crear equipos gubernamentales que analicen potenciales riesgos catastróficos vinculados al país o la región (como el cambio climático en Centroamérica o las armas nucleares en la península de Corea) y generen protocolos de acción.
Pero, como reconoce Ríos, "las políticas pueden ser bellas, pero si la sociedad no quiere aceptarlas y, por ejemplo, sigue saliendo a la calle sin mascarillas, entonces no sirven de nada".
Para lograr el compromiso social, se podría incorporar un módulo sobre qué aprendimos de la pandemia de covid-19 en los programas de secundaria o crear un máster de riesgo global catastrófico, ejemplifica.
"Si queremos poner estos tópicos dentro de la agenda política, tiene que haber un esfuerzo mancomunado y no solo de la Universidad de Cambridge", afirma Ríos. "Necesitamos una mentalidad de ciudadanía global".
Fuente : BBC/News/Mundo, 8 de Octubre 2020
jueves, 8 de octubre de 2020
Carabineros un problema de Seguridad Nacional
CARABINEROS ES YA UN PROBLEMA DE SEGURIDAD NACIONAL, POR LO QUE URGE SU REFUNDACIÓN
Los métodos y actuaciones de Carabineros de Chile, entre discrecionales y brutales, ya en demasiadas oportunidades lesionan los derechos civiles de las personas en el país. Pero esto es, a estas alturas, solo una manifestación parcial –por cierto muy grave pero no la única– de una crisis más profunda. De ahí que resulte urgente e inevitable declarar formalmente a Carabineros en plena reestructuración institucional global, relevar el mando actual y arbitrar los mecanismos y criterios para enfrentar un proceso que será extremadamente complejo, tanto en lo conceptual sobre la policía que el país requiere, como en su arquitectura institucional y capacidades profesionales.
Cuando la mitad o más de los problemas de mayor complejidad de la agenda política nacional tienen su origen o están relacionados con su policía, el país en cuestión experimenta un problema de seguridad nacional. Y ello, apunta al vértice de los organismos superiores del Estado. Ya no se trata solo de asuntos internos policiales, de corrupción institucional, ineficiencia operativa o desorden y problemas de gestión, cuestiones que podrían enfocarse desde la perspectiva sectorial de la seguridad. No. A estas alturas es un tema de gobernabilidad e incumbe la responsabilidad de los niveles políticos más altos del Estado.
Cuando esto ocurre, no queda otra cosa que intervenir drásticamente a la policía y empezar muy de abajo y paso a paso. No se puede disolver la policía, porque no hay Estados ni democracias modernas sin servicios policiales. Pero sí los hay con policías corruptas, ineficientes, mentirosas e insubordinadas, y eso es lo que se debe evitar para Chile.
Carabineros ha adquirido, en un proceso prolongado y continuo, el carácter de un problema de seguridad nacional. Sus métodos y actuaciones, entre discrecionales y brutales, ya en demasiadas oportunidades lesionan los derechos civiles de las personas en el país. Pero esto es, a estas alturas, solo una manifestación parcial –por cierto muy grave pero no la única– de una crisis más profunda.
De ahí que resulte urgente declarar formalmente a Carabineros en plena reestructuración institucional global, relevar el mando actual y arbitrar los mecanismos y criterios para enfrentar un proceso que será extremadamente complejo, tanto en lo conceptual sobre la policía que el país requiere, como en la arquitectura institucional y profesional interna de ella.
De lo contrario, y tal como vienen sucediendo las cosas, Chile corre el riesgo de quedarse sin una policía confiable para la ejecución del orden y la ley.
Hoy, la policía de Carabineros se agazapa y taima frente a las críticas de los poderes civiles, actúa corporativamente como cuerpo y su mando ampara o justifica las irregularidades. Se malversan los recursos fiscales o se los sustrae en beneficio propio de algunos, y, en el exceso de autonomía relativa con que se autogobierna, todo lo que ocurre son episodios susceptibles de ser explicados, generalmente mediante engaños y rectificaciones que van licuando las responsabilidades mientras el tiempo pasa.
Lo dicho no es una exageración. Si una parte sustantiva del mando institucional, hoy procesado criminalmente y en prisión preventiva, fue capaz de desfalcar los fondos de toda la institución, no existe ninguna razón para pensar que no podrían aceptar sobornos del crimen organizado, o negociar armas, impunidad e información con ellos, o simplemente constituirse en una policía de niveles inaceptables de fraccionamiento y corrupción.
Ello no significa que todo esté perdido. Pero esa es la prospectiva de la institución que se alza ante nuestros ojos, debido a la inmovilidad del mundo político para intervenir de manera cierta en el tema.
Como en todas las cosas, por cierto hay una historia y elementos rescatables. Y seguramente una inmensa masa de uniformados siente de manera verdadera la vocación profesional del policía. Pero hoy Carabineros de Chile está dominado por la inercia profesional, el corporativismo y, sobre todo, la falta de profesionalismo.
Por lo que hay que tomar acciones drásticas y urgentes, al menos en cinco campos, y que ya son muchos, con un horizonte máximo de un año.
Primero, se le debe intervenir externamente, poniéndosele una Comisión Técnica Policial por sobre el mando, formada por un cuadro de civiles, policías, militares, jueces y auditores, capaces de hacer el control superior del servicio, como un Comité Interventor.
Segundo, se deben hacer al menos –de inmediato– tres auditorías generales, una de patrimonio y finanzas, otra de personal, y una tercera de procedimientos policiales, a fin de determinar el estado más exacto posible en que se encuentra la institución, incluidos sus cuerpos especializados. En medio de la discusión presupuestaria, lo más probable es que Carabineros llegue con peticiones que nadie sabe siquiera si existen o se usan. Como los 6 mil efectivos que nunca existieron, pero que fueron informados por años al Gobierno y al Congreso, con el mero objeto de conseguir ilícitamente más recursos del erario nacional.
Tercero, se debe dividir la estructura nacional del cuerpo en cinco macrozonas, cuyas jefaturas se entiendan directamente con la Dirección General, pero bajo supervisión de la Comisión Técnica Policial, atendiendo a las áreas geográficas y sus necesidades.
Cuarto, se debe liberar la mayor cantidad de servicios periféricos no policiales (tránsito, custodia, otros). Ello incluye el inicio del estudio profundo de la currícula profesional, las exigencias psicológicas y físicas, y la creación de una sola escuela de policías, lo que ampliaría su perspectiva profesional.
Y quinto, la dirección de Inteligencia debe ser reestructurada completamente bajo supervisión del Comité de Inteligencia Nacional.
Es imprescindible empezar a debatir estos temas gruesos ya, para evitar que Carabineros se siga deteriorando en manos de un mando inútil, que se ampara en un control político civil sin ninguna preparación y sin voluntad de hacer lo que tiene que hacer.
Fuente : Editorial de El Mostrador, 8 de Octubre 2020