lunes, 30 de abril de 2018

DIA INTERNACIONAL DE LOS TRABAJADORES



El Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo es la fiesta por antonomasia del movimiento obrero mundial. Es una jornada que se ha utilizado habitualmente para realizar diferentes reivindicaciones sociales y laborales a favor de las clases trabajadoras por parte, fundamentalmente, de los movimientos socialistasanarquistas y comunistas, entre otros.
Desde su establecimiento en la mayoría de países (aunque la consideración de día festivo fue en muchos casos tardía) por acuerdo del Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, celebrado en París en 1889, es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago. Estos sindicalistas anarquistasfueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de ocho horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido tres días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. A partir de entonces se convirtió en una jornada reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general que es celebrada en mayor o menor medida en todo el mundo.
En Estados UnidosCanadá y otros países no se celebra esta conmemoración. En su lugar se celebra el Labor Day el primer lunes de septiembre en un desfile realizado en Nueva York y organizado por la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo (Knights of Labor, en inglés). El presidente estadounidense Grover Cleveland auspició la celebración en septiembre por temor a que la fecha de mayo reforzase el movimiento socialista en los Estados Unidos desde 1882. Canadá se unió a conmemorar el primer lunes de septiembre en vez del primero de mayo a partir de 1894.

Historia

Origen de la conmemoración

Los hechos que dieron lugar a esta celebración están contextualizados en los albores de la Revolución Industrial en los Estados Unidos. A fines del siglo XIX Chicagoera la segunda ciudad en número de habitantes de EE. UU. Del oeste y del sudeste llegaban cada año por ferrocarril miles de ganaderos desocupados, creando las primeras villas humildes que albergaban a cientos de miles de trabajadores. Además, estos centros urbanos acogieron a emigrantes llegados de todo el mundo a lo largo del siglo XIX.

La reivindicación de la jornada laboral de 8 horas de trabajo


Fotografía de un taller de Indiana, Estados Unidos, de Lewis Hine, 1908. Las malas condiciones laborales de los trabajadores en plena Revolución Industrial contribuyeron al surgimiento del movimiento obrero y sus reivindicaciones
Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era la jornada de ocho horas. Uno de los objetivos prioritarios era hacer valer la máxima de: «ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso».1​ En este contexto se produjeron varios movimientos; en 1829 se formó un movimiento para solicitar a la legislatura de Nueva York la jornada de ocho horas. Anteriormente existía una ley que prohibía trabajar más de 18 horas, «salvo caso de necesidad». Si no había tal necesidad, cualquier funcionario de una compañía de ferrocarril que hubiese obligado a un maquinista o fogonero a trabajar jornadas de 18 horas diarias debía pagar una multa de 25 dólares.
La mayoría de los obreros estaban afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo, pero tenía más preponderancia la American Federation of Labor (Federación Estadounidense del Trabajo), inicialmente socialista(aunque algunas fuentes señalan su origen anarquista). En su cuarto congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, ésta había resuelto que desde el 1 de mayo de 1886 la duración legal de la jornada de trabajo debería ser de ocho horas, yéndose a la huelga si no se obtenía esta reivindicación y recomendándose a todas las uniones sindicales que tratasen de hacer leyes en ese sentido en sus jurisdicciones. Esta resolución despertó el interés de las organizaciones, que veían la posibilidad de obtener mayor cantidad de puestos de trabajo con la jornada de ocho horas, reduciendo el paro.
En 1868, el presidente Andrew Johnson promulgó la llamada ley Ingersoll,2​ estableciendo la jornada de ocho horas. Al poco tiempo, diecinueve estados sancionaron leyes con jornadas máximas de ocho y diez horas, aunque siempre con cláusulas que permitían aumentarlas a entre 14 y 18 horas. Aun así, debido a la falta de cumplimiento de la ley Ingersoll, las organizaciones laborales y sindicales de EE. UU. se movilizaron. La prensa generalista de Estados Unidos, reaccionaria y alineándose con las tesis empresariales, calificaba el movimiento como «indignante e irrespetuoso», «delirio de lunáticos poco patriotas», y manifestó que era «lo mismo que pedir que se pague un salario sin cumplir ninguna hora de trabajo».3

El día 1 de mayo, la huelga

El 1 de mayo de 1886, 200 000 trabajadores iniciaron la huelga mientras que otros 200 000 obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro.
En Chicago, donde las condiciones de los trabajadores eran mucho peor que en otras ciudades del país, las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo. La única fábrica que trabajaba era la fábrica de maquinaria agrícola McCormick que estaba en huelga desde el 16 de febrero porque querían descontar a los obreros una cantidad de sus salarios para la construcción de una iglesia. La producción se mantenía a base de esquiroles. El día 2, la policía había disuelto violentamente una manifestación de más de 50 000 personas y el día 3 se celebraba una concentración en frente de sus puertas; cuando estaba en la tribuna el anarquista August Spies, sonó la sirena de salida de un turno de rompehuelgas. Los concentrados se lanzaron sobre los scabs (amarillos) comenzando una pelea campal. Una compañía de policías, sin aviso alguno, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas de heridos.
El periodista Adolf Fischer, redactor del Arbeiter Zeitung, corrió a su periódico donde redactó una proclama (que luego se utilizaría como principal prueba acusatoria en el juicio que le llevó a la horca) imprimiendo 25 000 octavillas. La proclama decía:
Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!
¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.
Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.
Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!.
Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden...
¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!
¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!
La proclama terminaba convocando un acto de protesta para el día siguiente, el cuatro, a las cuatro de la tarde, en la plaza Haymarket. Se consiguió un permiso del alcalde Harrison para hacer un acto a las 19.30 en el parque Haymarket. Los hechos que allí sucedieron son conocidos como la revuelta de Haymarket.4

La revuelta de Haymarket


Uno de los más célebres grabados de la revuelta de Haymarket, que muestra, de forma inexacta, a Fielden dirigiéndose al público al mismo tiempo que estalla el explosivo y empiezan los disturbios.
Se concentraron en la plaza de Haymarket más de 20 000 personas que fueron reprimidas por 180 policías uniformados. Un artefacto explosivo estalló entre los policías produciendo un muerto y varios heridos. La policía abrió fuego contra la multitud matando e hiriendo a un número desconocido de obreros.
Se declaró el estado de sitio y el toque de queda deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía.
Estos hechos represivos fueron apoyados por una campaña de prensa con citas como:
Qué mejores sospechosos que la plana mayor de los anarquistas. ¡A la horca los brutos asesinos, rufianes rojos comunistas, monstruos sanguinarios, fabricantes de bombas, gentuza que no son otra cosa que el rezago de Europa que buscó nuestras costas para abusar de nuestra hospitalidad y desafiar a la autoridad de nuestra nación, y que en todos estos años no han hecho otra cosa que proclamar doctrinas sediciosas y peligrosas!
La Prensa reclamaba un juicio sumario por parte de la Corte Suprema, responsabilizando a ocho anarquistas y a todas las figuras prominentes del movimiento obrero.
El 21 de junio de 1886, se inició la causa contra 31 responsables, que luego quedaron en ocho. Las irregularidades en el juicio fueron muchas, violándose todas las normas procesales en su forma y fondo, tanto que ha llegado a ser calificado de juicio farsa. Los juzgados fueron declarados culpables. Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a muerte, los cuales serían ejecutados en la horca. El detalle de las condenas es el siguiente:
Prisión
A muerte
Las condenas fueron ejecutadas el 11 de noviembre de 1887.3​ José Martí, que en ese tiempo estaba trabajando como corresponsal en Chicago para el periódico argentino La Nación lo narro así;
... salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable...3
Los sucesos de Chicago además costaron la vida de muchos trabajadores y dirigentes sindicales; no existe un número exacto, pero fueron miles los despedidos, detenidos, procesados, heridos de bala o torturados. La mayoría eran inmigrantes europeos: italianosespañolesalemanesirlandesesrusospolacos y de otros países eslavos.

Consecución de la jornada laboral de ocho horas


Karl Marx y Friedrich Engels, en la década de 1880, intelectuales clave en establecer las bases del socialismo científico y el marxismo, pilares fundamentales de una parte significativa del movimiento obrero
A finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de miles de obreros. El éxito fue tal, que la Federación de Gremios y Uniones Organizadas expresó su júbilo con estas palabras: «Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical».
La consecución de la jornada de 8 horas marcó un punto de inflexión en el movimiento obrero mundial. El propio Federico Engels en el prefacio de la edición alemana de 1890 de El manifiesto comunista dice:
Pues hoy en el momento en que escribo estas líneas, el proletariado de Europa y América pasa revista a sus fuerzas, movilizadas por vez primera en un solo ejército, bajo una sola bandera y para un solo objetivo inmediato: la fijación legal de la jornada normal de ocho horas, proclamada ya en 1866 por el Congreso de la Internacional celebrado en Ginebra y de nuevo en 1889 por el Congreso obrero de París. El espectáculo de hoy demostrará a los capitalistas y a los terratenientes de todos los países que, en efecto, los proletarios de todos los países están unidos. ¡Oh, si Marx estuviese a mi lado para verlo con sus propios ojos!56

Consolidación y extensión durante el siglo XX


Manifestación del Primero de Mayo de 1950 en Berlín Este, República Democrática Alemana.

Mapa del mundo, diviendo a los países según el estatus del 1º de mayo como día de los trabajadores:     El día de los trabajadores cae o puede caer el 1 de mayo.     Hay otro festivo oficial el 1 de mayo.     El 1 de mayo no es festivo, pero se celebra el día de los trabajadores en otra fecha.     No hay celebración del día de los trabajadores, ni el 1 de mayo ni en otra fecha.
Por ejemplo, en Turquía se produjo el 1 de mayo de 1977 la masacre de la Plaza Taksim en Estambul, con un saldo de decenas de muertos;7​ la masacre se produjo en medio de clima de enfrentamiento entre izquierda y derecha a lo largo de toda la década de 1970 que finalizó con el golpe de Estado de 12 de septiembre de 1980.
Tras los sucesos en Estados Unidos, la Segunda Internacional dio un gran impulso a los intentos por convertir el 1º de mayo en un día festivo, siempre reivindicando simultáneamente la reducción a ocho horas de la jornada laboral. En 1904, la II Internacional reunida en Ámsterdam pidió a «todos los partidos, sindicatos y organizaciones socialdemócratas luchar energéticamente en el Primero de Mayo para lograr el establecimiento legal de la jornada de 8 horas y que se cumplieran las demandas del proletariado para conseguir la paz universal». Al mismo tiempo el congreso hizo «obligatoria a las organizaciones proletarias de todos los países dejar de trabajar el 1 de mayo, siempre que fuera posible y sin perjuicios para los trabajadores».8​ De esta forma, en todo el mundo las organizaciones trataron de hacer del Primero de Mayo un día festivo oficial en honor a la clase obrera, lo cual se logró paulatinamente en la mayoría de países.
En Europa durante la segunda década del siglo se fueron sucediendo algunos hitos. El 23 de abril de 1919, el senado de Francia ratificó la jornada laboral de ocho horas e hizo que por primera vez el 1 de mayo de 1919 fuera un día no laborable. Dos meses antes en España, la célebre huelga de La Canadiense, dirigida por los movimientos anarquistas en Barcelona, había conseguido que se aprobara en todo el país el Decreto de la jornada de ocho horas de trabajo,9​ haciendo de España el primer país de Europa en promulgar esta reivindicación,1011​ si bien años después, entre 1923 y 1930, el día del trabajo se celebró sin manifestaciones, debido a la privación de este derecho durante la dictadura militar del general Primo de Rivera, aunque de 1931 a 1936, durante la República, se conmemoró en las principales ciudades españolas.1210
Tras la Segunda Guerra Mundial y la adopción del socialismo como sistema económico en numerosos países de Europa y Asia, y más tarde en África y América, se dio un nuevo impulso al Día de los Trabajadores, al tiempo que en los países capitalistas de Europa, la influencia de los partidos de izquierdas crecía, y con ellos las celebraciones en este día. Por tanto, el Primero de Mayo se convirtió durante la segunda mitad del siglo XX en un día de grandes celebraciones oficiales, manifestaciones populares y desfiles militares en países como la Unión Soviética —donde se hicieron célebres los grandes desfiles frente al Kremlin de Moscú y el mausoleo de Lenin,13​ la República Democrática Alemana o China. En 1954, el papa Pío XII declaró el 1 de mayo festividad de San José Obrero, en la Plaza de San Pedro de Roma, añadiendo un mensaje católico a este día, y abriendo un nuevo concepto de "obreros católicos", con reivindicaciones sociales y fe, siempre en oposición a los métodos e ideas de organizaciones comunistas, y socialistas, principales organizadores de la celebración y hostiles en general a la religión. Por contra, sobre todo en Estados Unidos se desalentaron tanto desde las empresas como desde el gobierno las celebraciones del 1º de mayo, para evitar una mayor influencia de los partidos y sindicatos de izquierda en el país en plena Guerra Fría con el bloque socialista. En Portugal por ejemplo, el Día Internacional de los Trabajadores se comenzó a celebrar libremente tras el triunfo de la Revolución de los claveles el 25 de abril de 1974 y en España no se celebró entre 1939 y 1977, durante la dictadura de Francisco Franco.
Debido al clima de reivindicación por un lado y la división del mundo por otro durante la segunda mitad del siglo XX, las celebraciones del Día Internacional de los Trabajadores derivaron en algunas ocasiones en numerosos enfrentamientos, disturbios y masacres, que provocaron o fueron motivo de cambios políticos con relevancia nacional e internacional en algunos casos.

Siglo XXI y actualidad

En la actualidad, muchos países rememoran el Primero de Mayo como el origen del movimiento obrero moderno. Hay algunos que no lo hacen, siendo en general países de colonización británica, como los Estados Unidos de América y Canadá, que celebran el Labor Day (Día del Trabajo) el primer lunes de septiembre; Nueva Zelanda, el cuarto lunes de octubre. En Australia, cada estado federal decide la fecha de celebración: el primer lunes de octubre en el Territorio de la Capital AustralianaNueva Gales del Sur y Australia Meridional; el segundo lunes de marzo, en Victoria y Tasmania; el primer lunes de marzo, en Australia Occidental; y el primero de mayo en Queensland y el Territorio del Norte. Debido a que la festividad tiene un carácter oficial en muchos países, actualmente parte de la población continúa participando en las celebraciones y sus reivindicaciones, mientras que otra parte toma el día de descanso para actividades de ocio, etc.

FUENTE : WIKIPEDIA

sábado, 21 de abril de 2018

ERNESTO VELASCO NO DESCARTÓ REPOSTULARSE

El presidente del Partido Radical, Ernesto Velasco, no descartó repostularse a la dirigencia del partido en las elecciones de fines de julio. El PR busca posicionarse como un partido de oposición que fiscalice y ayude al Gobierno cuando corresponda.



El Tribunal Supremo del Partido Radical se encargará de fijar los plazos para las campañas a la presidencia del partido, todo de cara a las elecciones internas a fines de julio próximo.
El actual timonel del partido, Ernesto Velasco, no descartó su repostulación al cargo si es que se lo solicitan.
Además, la diputada del partido, Marcela Hernando, recalcó que la posición del partido es opuesta a la del Gobierno. No obstante, se mostraron dispuestos a colaborar en ciertos aspectos como lo han hecho con las comisiones de trabajo que formó el Ejecutivo en infancia y seguridad ciudadana.
Mientras, Velasco enfatizó que el radicalismo “no le dará un cheque en blanco ni al Gobierno ni a los otros partidos de oposición” y que se insistirá en forjar una identidad propia y con definiciones claras.
El timonel precisó que dentro de la oposición ningún partido “está obligado a formar una estructura de coalición”, y en ese contexto propuso iniciar un diálogo con todos los sectores para buscar “fórmulas de omisión” de cara a las próximas elecciones municipales “y para eso necesitamos una política de primarias también. Ese es nuestro desafío para la unidad de la oposición”.
Las elecciones en el PR están programadas para la última semana de julio y ya se fijaron los caminos para desarrollar dichos comicios.

martes, 17 de abril de 2018




Conforme lo anunciado en el reciente Consejo General Extraordinario de fecha 14 de Abril del 2018, se procede a publicar el Formulario Único de Reinscripción al Partido Radical que deberán suscribir aquellos militantes que no realizaron el trámite en el proceso anterior y que en la actualidad se encuentran suspendidos en el ejercicio de sus derechos como militantes.
Este formulario único, debe ser suscrito ante Notario Público, y debe ser remitido a la Sede Central del Partido o entregado de forma presencial junto a la respectiva copia de la cédula de identidad del militante reinscrito, en donde se le asignará a cada formulario entregado un folio de ingreso que garantizará su correcta y oportuna tramitación.
Este proceso de reinscripción de militantes se lleva a cabo en el marco de lo aprobado por el Consejo General Extraordinario del Partido Radical, celebrado el 12 de Agosto del 2017.
Fraternal y Radicalmente,
Osvaldo Correa Sepúlveda
Secretario General
Partido Radical de Chile


sábado, 14 de abril de 2018

HISTORIA DEL PR

Partido Radical de Chile


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Partido Radical. Partido político nacido en 1863, originado en las primeras asambleas radicales en el norte del país. Figuras como Manuel Antonio MattaPedro León Gallo, formaron parte de estos comienzos.
El fortalecimiento y consolidación de estas organizaciones electorales permitió la realización de la primera convención del Partido Radical, el 19 de noviembre de 1888, ocasión en que se estructuró nacionalmente con un programa único y una dirección única para todo el país. Luego de 1891, los radicales formaron parte de la llamada Alianza Liberal, que junto a la Coalición Conservadora se disputaron el poder hasta 1925.
En los años treinta los radicales dieron origen al Frente Popular y gobernaron por tres períodos el país.
El partido fue miembro de la Unidad Popular y formó parte del gobierno presidido por Salvador Allende. Más adelante, el 6 de agosto de 1994 el partido pasó a llamarse Partido Radical Social Demócrata, al unirse con los socialdemócratas.
Contenido
Historia
Orígenes
El comienzo del partido radical se encuentra en la década de 1840, a partir de un movimiento intelectual que reunió a connotados jóvenes de la elite. Esto se cristalizó en 1842 cuando se fundó la Sociedad Literaria, que convocó a la intelectualidad de avanzada de aquella época, entre los cuales se distinguían José Victorino Lastarria, Francisco Bilbao y Manuel Antonio Matta. Esta organización se reunió por primera vez el 3 de mayo de 1842, ocasión, en que asumió como director José Victorino Lastarria, quien en su discurso inaugural dio a conocer las aspiraciones que distinguían al grupo, las que pusieron el acento en reconocer a la Ilustración como un proceso fundamental para el progreso del país, al mismo tiempo que formalizaron su inquietud por el tema educacional en nuestro país.
Hacia 1844 las ideas liberales imperaban, generándose, además, una gran conmoción a partir de la obra de Francisco Bilbao, Sociabilidad Chilena, en la cual expuso fuertes críticas hacia la sociedad chilena, al gobierno, y la Iglesia católica. En su obra publicada en el periódico el Crepúsculo el 1 de junio de 1844, proclamó ideas sobre la necesidad de libertad e igualdad en nuestra sociedad, señalando;
“…La igualdad de la libertad, es la religión universal; es el gobierno de la humanidad; es la unidad futura…la libertad es infinita, es el complemento y la cúspide de la creación humana; luego la igualdad que no tiene otro límite que él de la misma libertad, es el enlace, la formación de la incomprensibilidad de la felicidad y del bien absoluto… (…)…De aquí sacaremos nosotros la teoría que deben tener las sociedades y los gobiernos…” [1].
Las ideas renovadoras de Bilbao se fueron difundiendo rápidamente en la intelectualidad joven, encontrando adecuada tribuna en la Sociedad de la Igualdad, fundada en 1850 por Santiago Arcos y el propio Francisco Bilbao. Ambos jóvenes chilenos habían vivido el ambiente de los acontecimientos revolucionarios franceses de 1848, y se impregnaron de ese ideario.
Santiago Arcos, nacido en Santiago en 1822, “vivió en París desde su infancia, donde recibió una esmerada educación”[2] . Retornó a nuestro país en febrero de 1848, y al año siguiente ingresa al Club de la Reforma, una organización que unió a todos aquellos opositores al gobierno de Manuel Bulnes, y a través de la cual, Arcos, “desarrollaría sus ideas revolucionario-republicanas y en lo fundamental liberales”[3] . Pero este ‘club’ no prosperó, y para fines de 1849, Arcos ya concebía la creación de una nueva organización, hecho que se concretó en marzo de 1850. La creación de estas organizaciones, fue expandiendo el ideario liberal, y durante el gobierno de Manuel Montt (1851-1861), la Sociedad de la igualdad y otras de similar carácter, tendrán un rol activo en contiendas de oposición, tales como: Motín de Urriola, Guerra Civil de 1851 y Guerra Civil de 1859. Dentro del contexto de la administración de Montt, se produjo la llamada ‘Cuestión del sacristán’, hecho que terminó con la división del bando pelucón en dos partidos (Nacional o Monttvarista y Conservador). El Partido Conservador, que se constituyó como oposición, pronto se unió con el Partido Liberal, generando la primera alianza o coalición política de nuestra historia, la llamada Fusión Liberal-Conservadora, que tuvo como propósito principal constituirse como una alternativa electoral ante el oficialismo.
Cuando se formó la fusión, un pequeño grupo de liberales la rechazó abiertamente, “por el entorpecimiento que ella significaba para el triunfo integral de los principios liberales”[4] . El año 1858 este grupo creó un periódico llamado La Asamblea Constituyente, “también fundó como forma de sociabilidad política el Club de la Unión”[5] , espacio que permitió a los hombres de aquella época interactuar y conversar acerca de temas políticos, artísticos y literarios. Más tarde se convirtió en un centro de vida social. El rechazo de ese pequeño grupo de liberales a la fusión, generó su salida del partido, y que pasarán más tarde a ser parte de la oposición. En el contexto de las elecciones de 1858, este grupo formó, la ‘Sociedad Política Obrera’, que presentó la candidatura de Benjamín Vicuña Mackenna, por la circunscripción de La Ligua[6] . Entre los liberales laicos y futuros radicales, estaban: Ángel Custodio Gallo, Francisco Marín, Justo Arteaga, Luis Rodríguez Velasco, Santiago Cobo Alemparte, y Guillermo y Manuel Antonio Matta, éste último fue una de las figuras claves para el futuro desarrollo del partido radical.
Manuel Antonio Matta nació el 27 de enero de 1826 en Copiapó, realizó sus primeros estudios en el Seminario Conciliar de Santiago, continuando en el Instituto Nacional. En 1844 viajó a Europa, donde estudió Filosofía y Ciencias políticas en algunas universidades de Alemania. Regresó a nuestro país en 1849, y para los acontecimientos de 1851tuvo una activa participación. En 1855 fue electo diputado, y desde este sitial inició una activa campaña pública en favor de reformar la Constitución de 1833, pues Matta la señalaba “como el origen fundamental de todas las desgracias que afligen a la república”[7] . Luego, al iniciar la guerra civil de 1859, Matta junto a otras destacadas figuras fue derrotado, huyendo al exilio de donde retornó en 1862, año en que se inició la expansión de la arremetida radical desde el norte al resto de nuestro país.
Otras figuras importantes dentro de la historia del radicalismo chileno son los hermanos Gallo, Pedro León y Ángel Custodio. Nacen en Copiapó el 12 de febrero de 1830 y el 4 de marzo de 1828 respectivamente. Pedro León Gallo tuvo un destacado rol en los hechos de 1851, pero ganó notoriedad para 1859, ya que “participó activamente, llegando a transformarse en el principal caudillo militar y financista de la revolución de 1859 contra el gobierno de Montt”[8] . A pesar de sus esfuerzos, el bando encabezado por Gallo fue derrotado y el huyó al exilio.
Principios Programáticos
Radicalismo
El Radicalismo “es una doctrina política esencialmente científica, que aspira a renovar y transformar de raíz todo lo caduco y antihumano que perdura en una sociedad”[6] . Lucha por “alcanzar el desenvolvimiento social, político y económico en un ambiente de libertad”[9] , persiguiendo ideales humanos como la justicia y la solidaridad social.
El radicalismo nació en Inglaterra, alrededor del año 1769[10] , apelando al derecho a sufragio y a la libertad de pensamiento. Más adelante, “las ideas profesadas por los ingleses fueron transmitidas a Francia, (…), justamente cuando el clima de revolución era más efervescente. Así las ideas de igualdad, libertad y fraternidad predicadas por el radicalismo en formación se acrecentaron, (...)” [11], y también fueron adoptadas por los precursores de nuestra emancipación. Esto es visible durante la conformación del Primer Congreso Nacional de 1811, durante el cual nacieron tres tendencias disímiles respecto a la relación que debería adoptar el país con la Corona Española.
Así surgirán los Realistas, quienes fueron contrarios a modificar el orden colonial; también figuraron los Moderados, quienes eran de una postura de consenso, es decir querían cambios pero sin perder la subordinación a la corona y, finalmente, apareció una postura más ‘radical’, los llamados Exaltados que pretendían que Chile se desarrollará de forma independiente.
Este grupo ‘radical’ fue el que afinó el orden jurídico y político de la patria [12]sosteniendo los principios de la revolución francesa de libertad, igualdad y fraternidad. Este ideario radical fue –a juicio de algunos historiadores- encarnado durante el período de emancipación por la figura de José Miguel Carrera, quien, a diferencia de otros que aceptaban la revolución en nombre del rey Fernando VII, se inclinó hacia el ideal de independencia absoluta, mientras estuvo a cargo del gobierno, esto se manifestó notoriamente [13], y quedó plasmado en sus obras: la Biblioteca pública, el Plan de Educación primaria, el primer reglamento Constitucional, y la Aurora de Chile.
El grupo de ‘radicales’ o exaltados se convirtió en el primer precursor del ideario radical basado en libertades, el cual se extendió durante el siglo XIX, pasando a ser parte de las ideas del bando de los pipiolos, y del Partido Liberal posteriormente, hasta que durante las últimas décadas del siglo se constituyó como un partido político independiente.
Ideario del Partido Radical: siglo XIX
El ideario del radicalismo durante este período se compuso de diferentes factores, que quedaron plasmados en los ejes programáticos que defendió. Desde sus inicios el Partido Radical se mostró defensor de las libertades en general, así, proclamó la libertad de pensamiento, de conciencia, de enseñanza, de reunión, de asociación, de sufragio, etc. Esta defensa se acompañó de otros ejes como: la tolerancia, el laicismo, su preocupación por la educación y la situación legal de las mujeres, y su interés por las clases asalariadas. En 1862, Manuel Antonio Matta, definió los principios doctrinarios que inspiraron el accionar práctico del radicalismo chileno durante su primera etapa y que se extendieron durante todo el siglo XIX. Estos ejes fueron consignados en La Voz de Chile [14].
Principios del Radicalismo
1. La reforma de la constitución que reste los poderes omnipotentes del ejecutivo que origina abusos incalificables;
2. La libertad electoral debe generar el poder mediante el sufragio universal, que impida las exigencias de una casta ‘privilegiada’, cuyos derechos nacen por la ‘cantidad de riqueza’;
3. El pueblo debe intervenir en la generación de sus autoridades;
4. La enseñanza laica, independiente de toda tuición confesional –lo que no significa, en ningún momento- ataque a la religión, sino a la intransigencia religiosa;
5. La conciencia no debe presionarse para ganar adeptos por la idea religiosa que merece el respeto de los ciudadanos;
6. La autonomía de las provincias por su descentralización administrativa que convierte a Santiago en Chile.
En base a: Palma, Luis: “Historia del partido radical”, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1967, p. 38.
Todos estos postulados pragmáticos fueron la bandera de lucha que el partido radical defendió durante el siglo XIX, y que posteriormente fueron parte del programa político que el partido generó durante su primera convención en 1888. En los primeros postulados se denotan las tendencias laicizantes y descentralizadoras que el partido defendió, mientras que los enunciados que siguen demostraron metas más concretas, que el partido buscó lograr a corto plazo.
Trayectoria Histórica
Luego de apartarse del partido liberal –a raíz del nacimiento de la Fusión Liberal Conservadora-, este grupo liberal ‘radical’ se manifestó activamente en contra del gobierno de Montt, siendo parte del movimiento que propiciará la Guerra Civil de 1859, donde resultarán derrotados, y muchos de sus miembros condenados a muerte. De hecho Matta “fue condenado a muerte y debió abandonar el país, en compañía de Benjamín Vicuña MackennaÁngel Custodio Gallo y Guillermo Matta, (…), Pedro León Gallo, también debió partir al exilio, (…), desde donde volvería en 1862” [15].
Esta derrota fue un factor decisivo para que todos aquellos liberales ‘radicales’, “unidos por la derrota y el exilio, se cohesionaran y tomaran una voluntad de lucha que se transformó en una cruzada vital en el caso de la mayoría de ellos” [16]. A su regreso a Chile en 1862, Manuel Antonio Matta fundó La Voz de Chile, periódico destinado a dar a conocer las ideas de estos liberales ‘radicales’. El primer número de este periódico apareció el 12 de marzo de 1862, y en aquella oportunidad Matta escribió:
Es ya tiempo de dar a la discusión en la prensa toda la amplitud y dignidad que requiere el espíritu de la época y el de nuestra sociedad, cosas que no pueden conseguirse sino acostumbrándonos a ver las opciones, por opuestas y contrarias que sean entre sí, publicadas y no menos respetadas que las que cuentan con mayor número de años y de partidarios[17] .
A través de este periódico Matta y todos sus colaboradores dieron a conocer de manera pública sus postulados, que en esta etapa iban en pro de: Reformar la Constitución de 1833, enseñanza laica y libertad electoral[18] . Para noviembre de 1862, el grupo liderado por Manuel Antonio Matta, organizará en Copiapó la llamada Fraternidad de Atacama, un grupo de análisis político y de difusión de ideas [19]. A finales de 1863, este grupo se transformó en un centro de activismo mucho más importante, con el propósito de participar en las elecciones parlamentarias de 1864, creando una ‘asamblea electoral’, la cual sería la primera asamblea radical del país.
Asamblea: forma de organización del radicalismo
Asamblea Radical de Copiapó (1863)
Esta asamblea nació en Copiapó como evolución de la llamada Fraternidad de Atacama. El 24 de diciembre La voz de Chile publicó una convocatoria a reunión general a los electores inscritos en los departamentos de Copiapó y Caldera, para el día 27 del mencionado mes, “con el patriótico objeto de dar principio a los trabajos electorales, inaugurando la asamblea electoral” [20]. Este encuentro tuvo como fin delimitar todas las medidas necesarias para asegurar que en las próximas elecciones de diputados, de electores, de senadores y municipales, hubiera un libre ejercicio de sufragio, exento de cualquier intervención o coacción. Este llamado a asamblea, por tanto, tuvo como principal función, la campaña electoral, pero también se constituyó como una importante instancia de sociabilidad, así lo esbozó un tiempo antes el propio Matta, quien precisó:
…“La barbarie es el aislamiento, el individualismo de la persona, de la familia o de la tribu cuya esfera de acción llega hasta donde alcanzan sus brazos o sus armas; por consiguiente disminuye en proporción que ese aislamiento decrece, se retira y va cediendo lugar a la cualidad contraria, la asociación, (…), Los efectos sorprendentes de la asociación, reconocidos por todos y por todos invocados, bien sean rojos o blancos, socialistas o no socialistas, son el fruto natural, la consecuencia necesaria de la misma vida social”… [21].
Esta asamblea fue presidida por Pedro León Gallo, siendo electos secretarios Pedro Pablo Zapata y Alejandro Villegas Julio. El programa que emanó de esta asamblea contenía cinco propósitos primordiales[22] :
1. Trabajar por la reforma de la Constitución de 1833;
2. Por la libertad de asociación y de imprenta;
3. Por la organización universal y democrática de la Guardia Nacional;
4. Por la difusión de la instrucción primaria gratuita y obligatoria;
5. Por la Unión Americana.
Este esquema de organización basado en asambleas, se expandió y poco después nació la Asamblea Radical en La Serena, mientras que en los primeros días de marzo de 1864 se reunió en Santiago la tercera Asamblea, la que fue presidida por Manuel Antonio Matta. Finalmente, en 1865 inició sus actividades oficiales la Asamblea radical en Concepción. La conformación de estas Asambleas, fue el principal vehículo de promoción de las ideas de los radicales y lo que le permitió comenzar a formar parte de la escena política oficial ya que en las elecciones de 1864 logran ser electos como diputados –por Copiapó y Caldera- Tomás Gallo y Manuel Antonio Matta y como diputado suplente Pedro León Gallo[23] . Este último logró ser electo diputado propietario de la misma zona en 1867, siendo reelegido en 1870, 1873 y 1876, para luego resultar electo Senador desde 1876 hasta 1882.
Asamblea Radical de Santiago (1864)
Después de la realización de la Asamblea radical en Copiapó, se constituyó la segunda asamblea en la ciudad de Santiago. El 3 de marzo de 1864, “el ciudadano Matta convocó a una asamblea electoral, para enfrentar las elecciones parlamentarias que estaban por realizarse, (…), se citaba a todos los firmantes y a quienes quisiesen cooperar con la instalación de ella, para el domingo 6 de marzo (…)” [24]. Esta asamblea demostró la expansión de las ideas radicales, que atraían no sólo a oligarcas de provincia o la capital, ya que en gran parte constituyeron la asamblea personas más menos desconocidas de la clase media [25]. Esto dejó de manifiesto que la filiación hacia las posturas radicales iba creciendo cada vez más en nuestro país.
Asamblea Radical de Valparaíso
Esta asamblea radical se constituyó paralelamente a la de Santiago. Su origen tuvo relación con rivalidades y divisiones latentes dentro del partido liberal, entre los liberales ‘rojos’ o ‘radicales’ y los de tendencia más moderada. El día 8 de noviembre de 1863 se reunían los liberales ‘rojos’, con motivo de un banquete ofrecido en honor a Pedro León Gallo, donde estuvieron presente las figuras más importantes del radicalismo, como Manuel Antonio Matta, Ángel Custodio Gallo y Juan de Dios Arlegui [26]. En este encuentro se reconoció el calificativo de ‘rojo’, Gallo señaló;
…“En medio de la concordia que dominaba este banquete, se acaba de pronunciar la palabra rojo, en un sentido ofensivo. Pues bien, yo lo acepto en toda su extensión. ¿Qué significa el rojismo? Significa la abnegación, el sacrificio y aún la muerte para los defensores del derecho y la eterna justicia”…[27]
Esta asamblea surgió en torno a la elaboración de listas con los candidatos que participarían en las elecciones parlamentarias de 1864. Esta situación se repitió en otras zonas, donde se fueron formando asambleas radicales con matices electorales y también sociales.
Los siguientes años, dieron paso a la creación y consolidación de otros núcleos radicales en diferentes ciudades a lo largo de todo el país, hasta formar una red de amplio alcance. Importante para esto fue que en 1865 se constituyó la asamblea radical en Concepción, la cual tuvo gran influencia, destacándose la figura de su presidente, Juan Castellón [28].
Durante el período comprendido entre 1863 y hasta la primera gran convención de 1888, el radicalismo no se estableció como un partido político, pese a que ya tenía a muchas de sus importantes figuras, ocupando cargos públicos y en el parlamento. Su funcionamiento se basó en asambleas divididas, que abarcaron territorialmente vastas zonas del país. Estas se comenzaron a estructurar, en su mayoría con fines electorales, pero fueron dando paso a una nueva forma de sociabilidad entre las personas que en ellas participaban, quienes se agrupaban en torno a una identidad política y cultural común.
Formas de socialización del radicalismo
Este avance en lo político y cultural llevó a que paralelamente nacieran otras instancias de socialización, tal es el caso de la participación de muchos radicales en la formación de los primeros cuerpos de Bomberos en nuestro país, como Ángel Custodio Gallo, quien perteneció a la primera Compañía de Bomberos de Santiago, ocupando el cargo de Comandante; además de Manuel Recabarren, Manuel Antonio Matta y Enrique Mac-Iver, entre otros.
Esta instancia permitió el intercambio y la propagación de ideas, la formación gradual de opinión pública, el desarrollo de patrones y una identidad común, que emergió por el hecho de ser bombero y pertenecer a una compañía.
Otra forma de socialización importante para el radicalismo durante esta época, fue el ‘club’, que “era una instancia mucho más informal que la asamblea, en la que se realizaban actividades culturales, se conversaba de variados temas, se comía, se bebía”[29] . Relacionado al ámbito informal y de recreación que brindaban estos clubes, eran también los lugares a través de los cuales se transmitía el ideario político y cultural del radicalismo en nuestro país, pues, a diferencia de la asamblea que en ocasiones se constituía solamente por intereses electorales, el club era una instancia mucho más permanente en el tiempo, de ahí su importancia como agente socializador y difusor del ideario radical.
El Club de la Reforma (1868)
Este club nació el 4 de septiembre de 1868, configurado como una forma se sociabilidad asociada al radicalismo. Se trató de un segundo Club de la reforma, pues ya había existido uno anteriormente en 1849. Se organizó, en parte como una instancia contestaría y en respuesta a la reelección de José Joaquín Pérez, que ocurrió en 1866[30] .
Entre los miembros que integraron originalmente el club, hubo algunos connotados liberales `tradicionales’ como José Victorino LastarriaDomingo Santa María e Isidoro Errázuriz, además de los liberales ‘radicales’ agrupados en torno a la figura de Manuel Antonio Matta. Lo sorprendente fue que junto a estos liberales, estuvieron los nacionales, aquellos de postura modernizadora y laica, “quienes se tornaron inusitadamente democráticos y defensores de los derechos públicos, (…), así se pudo ver entre los asistentes a las sesiones del Club a Antonio Varas sentado cerca de Pedro León GalloManuel Antonio Matta y José Victorino Lastarria[6] .
Lastarria tuvo mucha importancia dentro de este club, pues él fue quien redactó los objetivos y propósitos del club en un documento que tituló Estatuto del Club de la reforma, que fue publicado el 9 de septiembre de 1868 en el periódico El Ferrocarril. Allí Lastarria puntualizó:
“…El Club de la reforma tiene por objeto impulsar el progreso político del país, propagando las ideas que deben servir de fundamento a la reforma liberal de nuestras instituciones y corregir los malo hábitos que vician al sistema democrático…
…sus propósitos se dirigen a elevar la política, (…), a estimular el espíritu público y a ilustrar la opinión dándole fuerza y eficacia, (…), a hacer efectivo el principio de la fraternidad política, salvaguardia de las libertades públicas, de modo que la usurpación de un derecho o el ataque a la libertad de cualquier ciudadano sean considerados como una amenaza al derecho y la libertad de todos…” [31].
Una vez iniciada sus actividades esta agrupación orientó sus “esfuerzos a obtener la libertad de prensa, la libertad electoral y la modificación del régimen jurídico que regulaba las relaciones entre Iglesia y el Estado” [32].Para la difusión de estos propósitos el club comenzó a luchar contra la desafección política, y a través de la dictación de distintas charlas, se enfocó en instruir a las personas en materias, tales como: la cuestión electoral y las elecciones presidenciales; la reforma de la Constitución y el Congreso constituyente; la representatividad de los mismos; las relaciones entre la Iglesia y el Estado; la libertad de cultos en Chile; el americanismo, etc.[33] Famosas fueron las charlas dictadas por figuras como José Victorino LastarriaJosé Manuel BalmacedaJusto ArteagaIsidoro Errázuriz y Enrique Mac Iver.
Formación de la Alianza Liberal: radicales al gobierno
Durante el gobierno de Federico Errázuriz Zañartu se produjo un acercamiento entre el oficialismo liberal y el grupo liderado por Manuel Antonio Matta. Esto sucedió luego de la ruptura de la Fusión Liberal Conservadora, a causa de la cual el Partido Conservador se alejó del gobierno.
Esta unión de fuerzas, estuvo “orientada a disminuir el predominio de la Iglesia Católica y lograr las reformas a la Constitución de 1833 en aspectos fundamentales como: el sufragio universal; la libertad de prensa; de asociación; de reunión y supervisión estatal de la enseñanza” [34]. Fruto de la misma, el Partido Radical ingresó oficialmente al gobierno con el nombramiento del radical José Alfonso Cavada como Ministro de Relaciones Exteriores.
Con esta incorporación se selló el surgimiento de la Alianza Liberal, coalición de gobierno formada por liberales y radicales, que durante “esa época posibilitó la reforma electoral; la restricción de las atribuciones al Ejecutivo, ampliándose las del Congreso; el establecimiento de las incompatibilidades parlamentarias y la apertura de los cementerios católicos” [35].
Ambiente previo a la Reforma: los hechos de 1871.- La posibilidad de cambio de la Constitución, se debió mucho al “ambiente contrario al fanatismo religioso, (…), que se expresó con firmeza a raíz de dos acontecimientos que se verificaron el año 71”[36] . El primero de estos acontecimientos originó el debate en torno al matrimonio civil, puesto que la Iglesia católica se negó a casar al diputado radical, Juan Agustín Palazuelos.
Los hechos sucedieron de la siguiente manera: Palazuelos ingresó al Congreso como diputado suplente por Cauquenes, en ausencia del diputado propietario, Eugenio Vergara, y el 16 de septiembre debió prestar juramento. Pero en el transcurso de esta ceremonia el diputado se negó a jurar según lo dictaba la tradición, lo que provocó un gran revuelo; Palazuelos pronunció en aquella ocasión:
“…Yo no me niego a prestar el juramento. Este es, precisamente, el acto más solemne que ejecutó como Diputado; pero yo no lo haré por esos Evangelios que llaman Santos, sino por mi honor, por mi conciencia, por lo que más respeto…”[37] .
Este hecho tuvo consecuencias posteriores, pues Palazuelos debió solicitar meses después de su incorporación como Diputado, un permiso de la Iglesia para casarse el 21 de julio de 1871, con Clarisa Maturana Palazuelos. Elevó “su solicitud a la Curia, pide dispensa del impedimento de parentesco y de las proclamas” [38]; “pero estaba demasiado fresco el recuerdo de su juramento como Diputado y la Iglesia vió en esta oportunidad la ocasión para vengarse”[39] en contra de Palazuelos, por sus dichos.
El 28 de julio de 1871, se dictó la sentencia, que dispuso: “no puede concederse los sacramentos a los notoriamente indignos de recibirlos”[40] . Frente a esta situación, Juan Agustín Palazuelos decidió casarse en un ‘acto civil’, el cual se efectuó el 10 de agosto de 1871, frente al Notario Daniel Álvarez. El acta notarial de aquel día declaró:
“…Ante la imposibilidad de celebrar un matrimonio conforme a las prácticas habituales; su ánimo y voluntad es tenerse por toda la vida como marido y mujer, como legítimos casados, reconociéndose todos los derechos ante su conciencia, las autoridades y la sociedad…” [41].
El acta consignó como testigos a: Manuel Antonio MattaVicente ReyesÁngel Custodio y Pedro León GalloDomingo Arteaga AlemparteManuel Recabarren e Isidoro Errázuriz entre otros. Este hecho es el antecedente que inició la campaña por establecer el matrimonio civil en nuestro país, el cual se consiguió finalmente en 1884, bajo el gobierno de Domingo Santa Maria.
El segundo de los acontecimientos que posibilitó las reformas constitucionales, fue la negativa por parte de la Iglesia de dar sepultura al coronel Manuel Zañartu, fallecido en Concepción el 5 de octubre de 1871[42] . La negativa de la Iglesia fue producto de que Zañartu falleció “en casa de su amiga, pues se encontraba separado de su esposa” [43].
La Iglesia, no concebía el entierro de un penitente, en tierras sagradas; pero el Intendente de la Provincia, Francisco Masenli, ordenó enterrarlo en la tumba de su familia, con honores Militares. Este suceso inició la lucha de los radicales por el establecimiento de cementerios laicos en nuestro país.
Resultado de la polémica suscitada, en diciembre de 1871 se emitió un decreto de doce artículos, que en lo general estipuló que: en los cementerios se debía reservar un lugar para enterrar los cadáveres de aquellos a quienes las disposiciones religiosas les negarán el derecho de ser sepultados [44].
Reforma de 1874.-Los cambios impulsados por la coalición de gobierno se cristalizaron en la reforma constitucional de 1874. Dicha reforma modificó la Ley de elecciones, estableció el voto acumulativo para la elección de Diputados y regidores. Se mantuvo un sistema de lista completa para la elección de Senadores, y “se reemplazó el control de las elecciones que mantenía el gobierno a través de funcionarios de su confianza, por Consejos representativos de los contribuyentes locales”.[45]
A finales del gobierno de Federico Errázuriz, la Alianza Liberal designó como candidato a las elecciones presidenciales de 1876 a Aníbal Pinto, quien disputó el cargo con Benjamín_Vicuña_Mackenna, y finalmente resultó electo. Desde allí en adelante el partido radical participo activamente en los gobiernos, como parte de la alianza hasta 1890.
Convención de 1888
Uno de los hitos más importantes de la historia del Partido Radical fue la gran convención de 1888, pues otorgó al partido de un Reglamento para su organización interna, de su primera declaración de Principios y de un Programa político. Esta situación reflejó un avance en la estructuración y funcionamiento del radicalismo en nuestro país, pues a pesar de que este partido “llevaba un cuarto de siglo de existencia (…) y había enviado al Congreso numerosos senadores y diputados, la doctrina que lo sustentaba no se había definido con absoluta precisión” [46], puesto que carecían de un programa político oficial.
Debemos recordar que el radicalismo hasta la realización de la convención, se organizó en base a Asambleas regionales, que funcionaban de manera autónoma y no contaba con un poder central que unificara y coordinara los esfuerzos y pretensiones de cada asamblea; situación que cambió a partir de que se constituyó la Junta Central.
La reunión, se efectuó el 19 de noviembre, en los salones del Club Radical de Santiago, con asistencia de 63 convencionales que representaron a las 43 asambleas radicales constituidas a lo largo de todo el país [47]. En la primera sesión de la convención, se eligió la Mesa directiva que quedó constituida por: Manuel Antonio Matta (Presidente); Teodosio Letelier, Ricardo Espinosa (Vicepresidentes); Octavio Echegóyen, Víctor Manuel Lamas (Secretarios)[48] .
Los radicales y el contexto de 1891
José Manuel Balmaceda asumió el gobierno en 1886, tras haber derrotado sin problemas a José Francisco Vergara, el candidato apoyado por los radicales. Inició su gobierno con la fuerte convicción de reunir a todas las facciones liberales, incluyéndolos en diversas carteras ministeriales.
Esta misma situación, llevó a que su gobierno se caracterizara por una importante rotativa ministerial, que poco a poco llevó a que se acrecentara la disputa administrativa de poderes, y demostró, además, la incapacidad de unir a todos los liberales en torno a la figura de Balmaceda.
Los radicales, contrarios al proceder del gobierno de Balmaceda, no participaron en sus primeros ministerios, “hasta que el 11 de junio de 1889, jura en la cartera de Guerra y Marina, Abraham Köning. Era el séptimo gabinete, combatido por nacionales y conservadores”[49] .
El problema se acrecentó, cuando Balmaceda (al igual otros presidentes), quiso imponer a Enrique Salvador Sanfuentescomo su sucesor natural. Frente a esto los partidos políticos, incluido el Radical, reaccionan, puesto que era prioritario defender la libertad electoral que tanto había costado alcanzar. En ese momento los partidos, “piden a Balmaceda el cambio de intendentes y demás funcionarios interventores”[50] . El presidente no accede, y el gabinete renunció.
Este suceso no hizo más que agravar la crisis política y la oposición al gobierno se unió en el llamado Cuadrilátero, un grupo político que albergó a Nacionales, Radicales e independientes y que luchó por la libertad electoral, evitó la candidatura de Sanfuentes, y dejó en minoría a los parlamentarios de gobierno en el parlamento. Se inició también una época de hostilidades, entre el legislativo y el ejecutivo que culminará con la llamada Guerra Civil de 1891, donde se impondrá el parlamentarismo en Chile.
Frente al inminente escenario de revolución, los radicales tuvieron una importante participación desde la trinchera opositora del parlamento. Así es como en junio de1890, Enrique Mac-Iver, “pide se deje constancia en las actas que la Cámara considera contrarias al régimen constitucional y al bueno gobierno de la nación las declaraciones de los Ministros del Interior y de Relaciones, relativas a los efectos de la censura parlamentaria y al carácter presidencial del Ministerio[51] . Esta constancia, se aprobó, poniendo de manifiesto, que los diputados estimaban vigente el régimen parlamentario, al igual como aparece en la declaración de Principios del partido radical.
Luego del aplazamiento de la discusión de la Ley de presupuesto, por parte del parlamento, y la salida de Balmaceda, quien declaró la prórroga de los presupuestos del año anterior, estalló la crisis institucional. El Congreso calificó de inconstitucional la medida del presidente Balmaceda, produciéndose el levantamiento, del Congreso apoyado por la Armada, que dio inicio a la Guerra Civil de 1891.
Organización del Partido
Estructura del partido
Durante la Convención de 1888 el partido se estructuró definitivamente, pues resultaba indispensable que el radicalismo, organizado a través de más de cuarenta asambleas constituidas a lo largo de todo el país, constituyera una organización definitiva. De manera que se aprobó la redacción de un estatuto, que estipuló la conformación de la estructura organizacional del partido.
Junta Central: debía residir en Santiago. Estaba compuesta por 15 miembros, elegidos por las Asambleas Electorales. Los miembros de la junta debían ser renovados en su totalidad, cada tres años, aunque existía la posibilidad de reelección. El cargo de miembro de la junta central, no era compatible con el de Senador o Diputado.
Se acordó, que el mismo día en que las Asambleas se reuniesen para nombrar candidatos para las elecciones municipales, debían elegir además a los miembros de la junta central del partido. Para que una asamblea tuviese el derecho a votar en las elecciones de la junta central, se hacia necesario que estuviera instalada por lo menos tres meses antes de la votación. En relación a esta elección, el programa de la convención, señaló;
…“El escrutinio lo practicará dicha Junta en sesión pública, el primer domingo de junio, y proclamará miembros de ella a los quince ciudadanos que hubieren obtenido las cuotas respectivas”…[52] .
El artículo 6 del estatuto, resumió las facultades que le competían a la junta central, las cuales eran;
1. Procurar el desarrollo y realización de las ideas consignadas en el Programa; propender al establecimiento de Asambleas electorales en todos los departamentos, y trabajar por que el partido siga una marcha uniforme, manteniendo la unión y armonía entre todos los radicales.
2. Contribuir a los trabajos electorales en todo el país, comunicándose para ello con las Asambleas electorales y con los Directorios Departamentales.
3. Convocar al Partido para que se reúna en Convención general cuando lo estime necesario, o cuando lo pida la tercera parte de las Asambleas.
Un artículo transitorio, dispuso que esta Convención elija la Junta, la cual duraría hasta el primer domingo de junio de 1891. Presidente de esta primera junta central fue elegido José Francisco Vergara y sus demás integrantes fueron: Federico VarelaEnrique Mac-IverJuan CastellónValentín Letelier, Joaquín Rodríguez Rosas, Pedro BannenEduardo Délano, Teodosio Letelier, José Agustín González, Juan Agustín PalazuelosFrancisco Puelma Tupper, Abraham Köning, Abel Saavedra y Octavio Echegoyen.[53]
Historia Electoral
Elecciones parlamentarias 1864 - 1891
Durante el período comprendido entre 1864 y 1891, el Partido Radical, fue incrementando el número de diputados electos, esto se debió al fortalecimiento de una red nacional y a la consolidación de su ideario político. Este aumento se hace notorio en las elecciones del año 1888, donde alcanzó un número de 23 diputados electos, éxito debido, probablemente, a que en ese año el radicalismo se constituyó como partido de forma definitiva a partir de la realización de su primera convención nacional, pudiendo contar con una “maquinaría” electoral sólida.
Número de diputados electos: Partido Radical
Año de
elección
N° de
Diputados
18645
18674
187016
18736
187619
187921
188213
18857
188823
189116
En base a: Heise, Julio: El período parlamentario 1861-1925 Tomo II, Editorial Universitaria, Santiago, 1982, p.329.
Fuentes referenciales

Bibliografía general

Bibliografía sobre el partido
Fuentes digitales

Partido en imágenes

Bibliografía del partido
Bibliografía sobre el partido
Notas
  1.  Bilbao (1844) p.75.
  2.  Gazmuri (1999) p. 65
  3.  Ídem.
  4.  León (1971) p.45.
  5.  Gazmuri (1999) p. 121.
  6. ↑ 6,0 6,1 6,2 Ibíd. p. 122.
  7.  Palma (1967) p. 27.
  8.  Gazmuri (1999) p. 129.
  9.  Espejo (1912) p.6.
  10.  Koscina (1956) p.40.
  11.  Ibíd. p.40-41.
  12.  Palma (1967) p.16.
  13.  Koscina (1956) p.43.
  14.  Palma (1956) p.38.
  15.  Ídem.
  16.  Ídem.
  17.  La voz de Chile, 12 de marzo de 1862, Véase en: Koscina (1956) p.48.
  18.  Vera (1943) p. 32.
  19.  Gazmuri(1999) p. 124.
  20.  Ibíd., p. 128.
  21.  La voz de Chile, 10 de diciembre, 1862, Véase en: Gazmuri (1999) p. 129.
  22.  Palma (1967) p.33.
  23.  Cortés; Fuentes (1967) p. 405.
  24.  Gazmuri (1999) pp. 131-133.
  25.  Ídem.
  26.  Ibíd., p. 134.
  27.  La voz de Chile, 10 de noviembre, 1863, Véase en: Gazmuri (1999) p. 134.
  28.  Vera (1943) p. 33.
  29.  Gazmuri (1999) p. 138.
  30.  Ibíd., p.139.
  31.  Lastarria, José Victorino: “Estatuto del Club de la reforma”, El Ferrocarril, 9 de septiembre, 1868, Véase en: Estellé (1970) p.133.
  32.  Barrera (1966) p. 16.
  33.  Estellé (1970) p.121.
  34.  Ceballos (2007) p. 68.
  35.  Vera (1943) pp. 59-60.
  36.  Sepúlveda (1993) p.49.
  37.  En: Vera (1943) pp. 39-40; Palma (1967) pp. 37-38.
  38.  Palma (1967) p. 38.
  39.  Vera (1943) p.41.
  40.  Palma, Luis: “Historia del…”, Op. cit, p. 38.
  41.  Ibíd. p. 39.
  42.  Sepúlveda (1993) p. 49.
  43.  Palma (1967) p. 40.
  44.  Sepúlveda (1993) p. 53.
  45.  Ceballos (2007) p. 68.
  46.  Vera (1943) p. 64.
  47.  Sepúlveda (1993) p. 61.
  48.  Vera (1943) p. 67.
  49.  Sepúlveda (1993) p. 69.
  50.  Ídem.
  51.  Ídem.
  52.  “Programa y Documentos de la Convención Radical de 1888”, pp. 25-26.
  53.  Sepúlveda (1993) p. 65.

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