sábado, 25 de octubre de 2008

LA GRAN ENCUESTA ELECTORAL


LA GRAVITACIÓN DE LA GRAN ENCUESTA ELECTORAL

Cuatro son las cifras globales con que se miden los resultados, donde la clave está en lo que éstas esconden para el escenario político electoral del próximo año.

BLANCA ARTHUR

Tal como se ha encargado de reiterar el entusiasta vocero de La Moneda, Francisco Vidal, es probable que la Concertación gane cuatro-cero la contienda electoral de mañana domingo, si se toman en consideración las cifras de votación en alcaldes y en concejales más el número de candidatos elegidos en ambos casos. Pero teniendo en cuenta que elecciones como ésta no se ganan ni se pierden, sino que se explican, ni en la coalición oficialista creen que ello bastará para cantar una gran victoria, ni tampoco en la Alianza piensan que ello implicará una derrota.Es que en votaciones tan complejas como son las municipales -que en esta ocasión además presenta un récord de candidatos, mientras se augura la menor participación de la historia-, los resultados se prestan para múltiples interpretaciones.Con todos sus alcances, estas elecciones son consideradas como la gran encuesta que jugará un papel determinante en el escenario político futuro.¿Cuáles son los parámetros con que se medirán los cuatro resultados globales?

1 VOTACIÓN PARA ALCALDES:

La cifra donde la Alianza apunta al empate Tratándose de la medición que enfrenta a las principales coaliciones como tales, el resultado de la votación para alcaldes es indicador de la fuerza relativa de cada una. De las cuatro mediciones, ésta es la que podría ser menos favorable para la Concertación, al punto de que se ha transformado en una de las grandes apuestas aliancistas para demostrar que los dos conglomerados son más o menos equivalentes. Considerando los pronósticos que manejan los distintos sectores, es probable que la distancia de 6 puntos del año 2004 quede reducida a dos e incluso menos, hasta llegar a una suerte de empate. Para calcular esa cifra, se parte del supuesto de que la Concertación bajaría cerca de tres puntos de los 44,8 que obtuvo, como consecuencia no sólo de su desgaste, sino de los efectos del PRI -que ha apostado a sus candidatos a alcalde-, además de los descolgados que postulan fuera de pacto y las omisiones a favor del PC, con lo que quedaría situada en poco más de 40%.Los mismos vaticinios apuntan a que los candidatos a alcalde de la Alianza podrían recoger a lo menos parte de la baja de sus competidores concertacionistas, más una masa electoral descontenta, con lo que subiría su 37,8 a cerca de los mismos 40. Con esta cifra, la oposición apuesta a contrarrestar los otros resultados, con la idea de mostrar que, en términos generales, se trata de dos coaliciones relativamente equivalentes.

2 ALCALDES ELECTOS:

La pelea por las comunas emblemáticas y populosas Los vaticinios coinciden en que la Concertación se quedará con más o menos la mitad de los alcaldes de las 345 comunas, lo que implica en sí mismo un triunfo. En todo caso, no es la medición en que se focalizará, porque sabe que corre el riesgo de perder cerca de 40 comunas respecto al año 2004, de las cuales más de la mitad pasarán a la Alianza -que aspira a recuperar entre 20 y 30 de las 64 que perdió hace cuatro años-, en tanto otras cerca de 15 podrían quedar en manos del PRI, mientras el resto las ganarían descolgados o el Partido Comunista. Pero más que en cómo se reparten las 345 comunas, lo más relevante sobre todo para las dos coaliciones grandes es la importancia de las alcaldías que ganen.Para esta medición, será determinante lo que ocurra en comunas llamadas emblemáticas, como Santiago, La Florida o Recoleta, las que en caso que la Concertación las reconquiste se anotaría un triunfo, pero también lo sería si la Alianza las retiene -lo mismo que Estación Central, que la pelea con el PC-, considerando las pocas expectativas que existían de que ello pudiera ocurrir al iniciarse la campaña.Paralelamente al simbolismo de estos casos, el triunfo en dichas comunas, a la que se agrega Valparaíso e incluso Cerro Navia -que corren cierto riesgo para la Concertación-, importa porque se trata de algunas de las más populosas, lo que incide en cuánta población queda gobernando cada conglomerado, factor considerado relevante para las presidenciales del próximo año. De hecho, una de las preocupaciones del oficialismo es que podría perder la alcaldía en muchas ciudades importantes (Antofagasta, Rancagua, Talca, Chillán, Temuco u Osorno) tanto a manos de la oposición como del PRI o independientes, con lo que está expuesta a quedarse con alcaldes en no más de cinco capitales regionales. Frente a esto, en la Concertación admiten que uno de los efectos negativos es quedarse gobernando mucho menos población que actualmente -que es el 57%-, lo que podría favorecer las pretensiones aliancistas de recuperar su presencia en los gobiernos comunales, que del 52% que ganó el año 2000 bajó al 32% el 2004, lo que estima que incidió negativamente en las presidenciales del 2005.

3 VOTACIÓN PARA CONCEJALES:

La duda es en cuánto quedará la brecha Como ésta es la medición más específica del peso de las coaliciones, con la división en dos listas, la apuesta de su ideólogo, el presidente del PPD, Pepe Auth, es que la Concertación -al postular casi el doble de candidatos- podría detener la tendencia a la baja, además de impedir una fuga sustantiva hacia el pacto que agrupa a los ex DC más ex PPD.Las expectativas concertacionistas apuntan a que, si bien la brecha de 10 puntos que marcó con la Alianza en 2004 se acortará, de todas maneras quedaría a lo menos cinco puntos arriba con un respaldo igual o superior al 45%. En caso de que tales pronósticos se confirmen, podría considerarse que la fórmula Auth fue exitosa, especialmente si con ella impide que la Alianza supere la barrera del 40%, que ésta se ha propuesto como meta, confirmando de esa manera que el conglomerado continúa manteniendo una primacía importante.

4 CONCEJALES ELECTOS:

El costo de las dos listas La que podría ser una noche triunfal para Auth, corre el riesgo de revertirse en las jornadas siguientes si es que se confirman los augurios de que la dispersión de votos significaría una pérdida de más de 100 concejales para la Concertación. Con ello, la participación en los gobiernos comunales quedaría equiparada a la de la oposición, con aproximadamente mil concejales cada bloque, lo que significaría que el triunfo en cifras globales podría tener como contrapartida el impacto por la derrota de cerca de tres mil candidatos oficialistas.En esa línea, más que los efectos de tener menos representantes en las comunas, la división en dos listas podría tener efectos políticos por la guerra que se desató en las bases, lo que atentaría contra la recomposición de la unidad que requiere para las presidenciales.Tanto es así, que en este cuadro se inscribe la apuesta que está haciendo la dupla DC-PS para consolidarse como el eje de la Concertación, más que con la amenaza de replicar el esquema en las parlamentarias, con la finalidad de tomar la conducción en las difíciles definiciones que le esperan al conglomerado. La fuerza de los partidos y su efecto en las presidenciales Las cifras en la que todos los partidos estarán concentrados es aquella que medirá la fuerza con que queda cada uno, concientes de que este resultado puede ser determinante en las definiciones que se avecinan.

El bajón DC

El cambio más significativo que se pronostica es la baja que sufrirá la DC, que del 20,7% podría llegar a 15% o menos, lo que augura un terremoto al interior de dicho partido, considerando que no son pocos quienes han planteado que en ese caso debería renunciar la mesa de Soledad Alvear. Pese a que la directiva se ha adelantado a explicar su descenso con argumentos como el éxodo de los colorines o las dos listas -que implicó que presentara el mismo número de candidatos que los otros tres partidos oficialistas por primera vez-, el solo hecho de no haber sido capaz de impedir ninguna de las dos situaciones podría terminar con las aspiraciones presidenciales de Alvear. Este escenario es el que podría jugar en favor del senador Eduardo Frei, quien se dispone a pasarle la cuenta a la mesa, pero sabe que si la DC no llega al 15% no le será fácil enfrentarse a sus socios, que sumados obtendrían más del 30% si se cumplen los vaticinios de que tanto el PS como el PPD sacarían entre 12 y 13 cada uno, más 7 el PRSD. Pero como el perfilamiento de los partidos de izquierda no resolverá el tema presidencial por el lío en que están frente a las candidaturas de José Miguel Insulza o Ricardo Lagos, las elecciones no aclararán el cuadro presidencial de la Concertación.

RN se equipara a la UDI

Las apuestas aliancistas apuntan a que, aun cuando perderán frente a la coalición oficialista, podrán exhibir no sólo un repunte, sino el hecho de que los dos partidos serán los más votados del país. Como consecuencia del efecto Piñera, se calcula que RN podría superar a la UDI, pero como la distancia es de 4 puntos (16,8 versus 20,8 incluidos los independientes de cada uno), lo más probable es que queden relativamente equiparados, que es el escenario que se considera más favorable para Piñera. En RN reconocen que la tentación de aparecer como el principal partido topa con los efectos que ello podría generar en la UDI, si es que ésta aparece excesivamente disminuida, porque en dicho partido podrían surgir presiones al culpar de ese hecho a la falta de un candidato presidencial.

Factores PRI y PC

En esta medición también podría ser relevante el resultado del pacto Por un Chile Limpio, porque en caso de obtener más del 5% le dará al senador Adolfo Zaldívar -quien reclamará que el PRI representa el 90% de la lista- una cierta capacidad de negociación, tanto con la Alianza como con Frei, por tratarse de electores desencantados con la Concertación, pero cercanos a la DC, quienes difieren de la actual conducción partidaria.En el caso del Juntos Podemos, los cálculos indican que mantendrá su votación cerca del 10%, la que sólo tendría incidencia en el futuro si es que usa esa cifra para respaldar a un candidato presidencial del PS, como Jorge Arrate o Alejandro Navarro, porque ello podría alterar el escenario de la Concertación.

(Fuente: El Mercurio, 25 de Octubre 2008)

domingo, 19 de octubre de 2008

LOS CHILENOS Y EL MUNICIPIO


CHILENOS VEN AL MUNICIPIO COMO EL PRINCIPAL SOLUCIONADOR DE SUS PROBLEMAS

Andrea Sierra y Matías Bakit

Mientras para la mayoría de los partidos políticos las elecciones municipales son "el" barómetro para medir fuerzas con sus oponentes, lo cierto es que el chileno común y corriente sí está preocupado de quién será su próximo alcalde, independiente de su color político.

Honestidad: lo que la gente le exige a sus alcaldes

Honestidad, capacidad para administrar y buena llegada con la gente son los atributos que más valoran a la hora de elegir un buen edil. Así lo revela la encuesta Bicentenario 2008 UC Adimark, que entrevistó a 2.025 personas en todo Chile para que por primera vez abordaran este tema.

Los municipios son los principales solucionadores de problemas

Pero hay más. El municipio es, a juicio de los encuestados, la institución con mayor capacidad para ayudar a solucionar problemas de calidad de vida (38%), versus el Gobierno (20%), diputados y senadores (3%), y apenas 1% de los partidos políticos. "Lagos dice que después de las municipales podrá decidir su futuro. Lo mismo pasa con la UDI y la DC. Entonces, ¿el tema municipal sirve para algo, o es un circo? Esta encuesta reivindica que la elección de alcaldes es importante para la gente", dice Ignacio Irarrázabal, académico de la UC.Pero el reconocimiento del municipio como solucionador de problemas no es igual para todos. Las personas del estrato socioeconómico bajo, los habitantes de comunas pequeñas y de la zona sur del país, son los que más lo valoran.

Alcaldes con un 4,6 de promedio

Pese a ello, a la hora de poner nota a la actual gestión de sus ediles, la mayoría de la gente les da un cinco. Luego, muchos califican sus políticas con una nota roja. Y son los menos, principalmente adultos mayores, quienes ponen un seis o un siete.La falta de contacto con la comunidad -exigencia de los estratos bajos- y el exceso de burocracia -principal preocupación de las alcadías grandes- son los reclamos más recurrentes.

Robos y salud: las mayores preocupaciones

Delincuencia, consultorios, ayuda asistencial y promoción del empleo son, a juicio de los encuestados, las principales tareas a las que deberían dedicarse los alcaldes. Y mientras la primera es más relevante para los habitantes de la Región Metropolitana y comunas grandes, los temas de salud y asistenciales son fundamentales para las personas más pobres y las comunas medianas y pequeñas."Los alcaldes y concejales están metidos en una camisa de once varas, pues no tienen todas las atribuciones ni los recursos para solucionar estos problemas, aunque la ciudadanía se los exige", explica Irarrázabal, quien sostiene que en las elecciones municipales no será el color político lo que prime a la hora de votar, sino las soluciones a los problemas.

Documento histórico

"Esta encuesta busca documentar el bicentenario y comprender el estado de la conciencia nacional a la luz de 200 años. La idea es tener una radiografía lo más completa posible de Chile y un documento sobre la identidad nacional. Por eso, este sondeo tiene un propósito menos coyuntural que otras. La política y la economía no son prioridades. Sí lo son familia, religión y nación. Indagamos más en la vida de los chilenos, en sus creencias, en su organización, en su forma de pensar", dice Eduardo Valenzuela.

El pesimismo se instala en Chile

Los chilenos encuestados por UC-Adimark son menos optimistas hoy respecto del futuro de la educación en Chile. Mientras el 68% de los consultados en 2006 afirmaba que en diez años el país resolvería el problema de la calidad, hoy, al igual que el año pasado, sólo el 57% cree lo mismo. Pese a ello, la educación, sigue generando expectativas en los chilenos.Por el contrario, la cifra de quienes creen que Chile alcanzará el desarrollo como país en 10 años más, subió tres puntos con respecto de la encuesta de 2007.Sin embargo, el pesimismo se instaló entre los encuestados en materias como reconciliación, pobreza, oportunidades y medio ambiente.El estrato bajo es el menos optimista.Para Eduardo Valenzuela, director del Instituto de Sociología de la UC y parte del equipo de dirección de la encuesta, estos resultados no son una sorpresa:"El pesimismo es una constante histórica en Chile. Nunca hemos sido un país demasiado optimista. La gente ve que la capacidad del Estado para resolver los problemas es muy baja, salvo, quizás, en el área de la educación, que alberga los sueños de surgir de las personas y por ello genera siempre más expectativas", explica.Sólo el 42% de los encuestados cree que Chile podrá eliminar la pobreza en 10 años, el 36% tiene expectativas de igualdad de oportunidades, y en el caso más dramático, sólo el 30% de los sondeados cree que se podrá detener el daño al medioambiente."Si bien en el caso de 'resolver el problema de la calidad de la educación' y 'ser un país desarrollado' aún priman los optimistas, esta tendencia no se incrementa sino que muestra un estancamiento", dice la encuesta.Pese a todo, en comparación con la entrega de 2007, hubo un leve aumento en las expectativas de movilidad social, que pasaron de un 51 a un 53%.

Sensación permanente de conflictos: étnicos, sociales y políticos

No hay dos opiniones. Los encuestados del sondeo UC-Adimark, en su gran mayoría, piensan que la sociedad chilena está marcada por múltiples e importantes conflictos en todo ámbito.La mayor percepción de conflicto se encuentra en la relación del pueblo mapuche con el Estado, y entre el Gobierno y la oposición. Asimismo, los consultados creen que hay grandes problemas entre trabajadores y empresarios, y entre ricos y pobres."Hay una percepción de conflicto socioeconómico, étnico y político. Al parecer, el estado consensual de los 90 y comienzos del siglo XXI parece estar debilitándose y desapareciendo", dice Eduardo Valenzuela.

(Fuente: El Mercurio, 19 de Octubre 2008)

sábado, 4 de octubre de 2008

CUANDO CHILE DIJO NO A PINOCHET


CUANDO CHILE DIJO NO A PINOCHET

Por Andrea Henríquez, Santiago de Chile

Fue un momento clave en la historia de Chile: el día en que Augusto Pinochet fue derrotado en las urnas.

El 5 de octubre de 1988 se impuso en un plebiscito nacional el "No", la opción que marcaba el fin del régimen militar y que en su eslogan le prometía al país que "la alegría ya viene".
¿Pero llegó realmente la alegría? Eso fue lo que BBC Mundo le preguntó a un grupo de chilenos que votaron por el "No".

También repasamos con los protagonistas de la campaña la apuesta que hicieron para cambiar el rumbo del país.

Vea el video en otra ventana

En los meses previos a octubre de 1988, Chile estaba tenso y efervescente.
Mientras cientos de miles de manifestantes inundaban pacíficamente las calles pidiendo el cambio, quienes apoyaban a Pinochet estaban convencidos de que un triunfo de la oposición era impensable.
Pero la campaña electoral del "No" tuvo un nivel de convocatoria tan alto, que desembocó en un triunfo histórico.

Buscando el camino

La persecución política, la violación sistemática de los derechos humanos y la crisis económica que golpeó al país en 1983 actuaron como detonantes del descontento popular y de protestas masivas.
El fallido atentado en contra de Pinochet en 1986, con la fuerte represión posterior, y el fracaso de una mediación de la Iglesia Católica hicieron que grupos opositores buscaran derrotar al régimen militar por otras vías.

Fue entonces cuando la oposición decidió aceptar jugar con las cartas propuestas en la constitución promulgada por el propio Pinochet en 1980, tras un referendo que en su momento muchos tacharon como un fraude electoral.
Ese texto contemplaba la posibilidad de realizar un plebiscito. Los ciudadanos elegirían entre dos opciones: "Sí" para que Pinochet continuara en el poder, o "No" para convocar a una elección presidencial.

"Esto se hacía en un contexto de total escepticismo porque se había visto la represión y la nula vocación democrática de Pinochet", explicó a BBC Mundo Ricardo Solari, vicepresidente del Partido Socialista, quien participó activamente en la campaña del "No".
"Había múltiples desafíos. Teníamos que armar un padrón electoral, convencer a los electores de inscribirse, pero además teníamos que ganar ese resultado y hacer que la dictadura lo aceptara", señaló Solari.

Explosión creativa

La campaña del "No" se realizó puerta a puerta a lo largo del país, y como un hecho inédito distintos sectores políticos y sociales trabajaron unidos por un objetivo común.

"Nunca habían llegado juntos un dirigente socialista con un demócrata cristiano a transmitir el mismo mensaje. Existía la intención de lograr la unidad democrática del país y de superar conflictos y tensiones", dijo Solari.
Simultáneamente, la franja televisiva del "No" fue una explosión de creatividad que tuvo gran acogida. Por primera vez en 15 años se emitieron mensajes opositores al régimen de Pinochet a través de las pantallas.
"La dictadura abrió un espacio porque supuso que no había condiciones y que no teníamos capacidad. Eran dueños del poder total y de los medios de comunicación y creían que no íbamos a poder hacerlo. Se equivocaron", indicó a BBC Mundo Carlos Tironi, productor ejecutivo de los spots publicitarios de la campaña.
"Vivíamos en la cultura del terror y existía la sensación de que esto era lo último que se podía hacer. No había opciones; si perdía el 'No', o nos metían presos o teníamos que huir. Nos jugamos el 100%", aseguró.

El 5 de octubre

En conversación con BBC Mundo, Genaro Arriagada, secretario ejecutivo del Comando del "No", recordó el momento en que Chile decidió transformar su destino.
"Los días antes al plebiscito teníamos la idea de que íbamos a ganar, pero temíamos que hubiera un fraude o no se reconociera el triunfo. Esto significaba ponerse en un escenario de catástrofe porque ahí podía pasar cualquier cosa", dijo.

Bajo la mirada del mundo y en un ambiente de incertidumbre, el 5 de octubre más de 7 millones de chilenos acudieron a las urnas. A las ocho de la noche, el régimen militar dio a conocer el primer cómputo, basado en el 0,4% de los votos: Pinochet llevaba más de 17 puntos porcentuales de ventaja.
"Acudí a las radios, acusé al gobierno de cometer un acto irresponsable y dije que en una hora más, cuando tuviéramos una cantidad significativa de mesas, íbamos a dar a conocer nuestros resultados".

Voto a voto

A las nueve de la noche, frente a la prensa, Arriagada declara que las cifras indican un 41, 3% para el "Sí" y un 58,7% para el "No", resultado basado en el 20% de los votos. Los canales de televisión chilenos silenciaron esta información, que sólo fue transmitida a través de radios independientes y medios internacionales.

"Yo creo que el gobierno nunca imaginó perder y la noche del plebiscito el resultado lo tomó por sorpresa. Su confusión era tal que hay un momento en que se para el cómputo y la televisión comienza a transmitir dibujos animados", sostiene Arriagada.
Luego de una larga y tensa espera, aproximadamente a las dos de la mañana la Junta Militar reconoce el triunfo del "No", con casi un 55% de las preferencias. Los días siguientes, la alegría y las celebraciones se apoderaron del país.
Después de 17 años de régimen militar, en 1989 se realizaron elecciones presidenciales. Comenzó así la transición a la democracia en Chile.

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