miércoles, 28 de octubre de 2020

Nuevo retiro del 10% desde las AFP

 Nuevo retiro del 10% deja en jaque al Gobierno: en qué consiste y lo que viene ahora

Por Yessenia Márquez
La información es de Mario Vera


Con apoyo oficialista, la Comisión de Constitución de la Cámara aprobó la idea de legislar sobre tres proyecto de ley que guardan relación, entre otros, con un segundo retiro del 10% desde los fondos previsionales.

El Gobierno criticó el avance de la iniciativa, reiteró que impactará negativamente en las futuras pensiones, señaló que será incompatible con la Reforma Previsional, y adelantó que hará uso de la reserva de constitucionalidad.

Fue este martes en la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados y Diputadas -luego de una intensa discusión que se extendió por cerca de dos horas y media- que se aprobó, en general, los tres proyectos de ley relacionados con un nuevo retiro de los fondos de pensiones y que también busca sumar a jubilados de rentas vitalicias.

En primer lugar, de manera unánime y con 12 votos a favor, se aprobó la iniciativa que busca un retiro “forzoso” del 10% en caso de que las personas mantengan deudas por concepto de alimentos y así saldarlas, el cual se llevaría a cabo por un Juez de Familia.

El segundo, aprobado con 10 votos a favor y 2 abstenciones, contempla el retiro anticipado de los fondos de aquellos afiliados que hayan optado a la modalidad de Renta Vitalicia, con cargos a los flujos futuros de su compañía de seguros, es decir, sin recargo al pensionado.

El tercero, es el que busca un segundo retiro de las AFP donde se aplicaría una dinámica similar a la primera reforma pero, en esta ocasión, se establecería un pago por parte de las administradoras de hasta 30 días hábiles. La votación aquí fue de 11 a favor, incluido los parlamentarios de Chile Vamos, y sólo 1 en contra, que fue del diputado UDI Jorge Alessandri.

Sin embargo, como explicó el legislador, su rechazo a este punto se debió porque no quiere “que los chilenos utilicen sus ahorros previsionales”, agregando que “para eso está el Estado”, proponiendo la entrega de un bono equivalente a un retiro. Ejerciendo más presión al Gobierno.

Si bien también se registraron abstenciones, éstas fueron con el objetivo de estudiar la introducción de indicaciones a las iniciativas. Así lo explicó el militante de Renovación Nacional, Miguel Mellado.

En tanto, el ambiente que se respira en el Congreso Nacional es de una nueva derrota que encajaría el Gobierno.

De hecho el diputado de su propio sector, Andrés Celis, acusó una falta de alternativas del Ejecutivo frente a “una clase media que está angustiada, endeudada por los créditos hipotecarios, las colegiaturas, incapaz de afrontar los gastos de consumo”, por lo que sostuvo que “lamentablemente la única opción es recurrir a esos fondos”.

La misma tesis fue utilizada por los diputados de la oposición. El independiente René Saffirio, afirmó que la situación de las familias chilenas ha empeorado.

Un análisis similar realizó el socialista Leonardo Soto, quien recordó las limitaciones económicas que han tenido y siguen teniendo los distintos trabajadores que han debido forzosamente cerrar o cesar sus negocios.

En el intertanto, mientras los parlamentarios realizaban sus intervenciones, La Moneda veía que no había resultado su último -y exigido- movimiento. ¿Cuál fue? La difusión de un documento elaborado por la Secretaría General de la Presidencia que mostraba los impactos negativos que tendría un segundo retiro.

Allí, se sostenía, entre otras cosas que, de avanzar la iniciativa, hasta 3.926.052 personas, es decir 1 de cada 3 afiliados al sistema, podrían quedar sin ahorros para sus pensiones. Nuevamente, dice el texto, se hace evidente la brecha de género, ya que mientras el 42,6% de las mujeres afiliadas podría quedar sin ahorros y sólo el 31% de los hombres quedaría sin ahorros para la pensión. Asimismo, se recalcó que unos 4,2 millones de afiliados quedarían con sus cuentas vacías, pero ninguna alerta funcionó.

La ministra del Trabajo, María José Zaldívar, acusó que una eventual aprobación del proyecto, impactará negativamente en las futuras pensiones y no será compatible con el avance de la Reforma Previsional, la cual se encuentra entrampada en la Comisión de Trabajo del Senado.

Por su parte, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, recordó lo señalado hace algunas semanas que, según sus estimaciones, un nuevo retiro será negativo para el Fisco que podría perder alrededor de 4 mil millones de dólares, principalmente por los menores recursos que recaudaría por la vía tributaria.

Asimismo, rechazó los dichos esgrimidos en la discusión donde acusaron al Gobierno de no llegar “a tiempo” con las ayudas estatales.

Una vez conocidos los resultados, la última jugada de La Moneda la reveló el subsecretario de la Segpres, Juan José Ossa, quien presentó una reserva de constitucionalidad para todos los proyectos. Es decir, los proyectos deberán tener una parada en el Tribunal Constitucional.

Pero, ¿Qué viene en lo inmediato? Las iniciativas continuarán tramitándose en la Comisión de Constitución porque ahora serán revisadas en particular y podrían ser despachadas recién a Sala en unas alrededor de 4 o 5 sesiones.

Para su avance desde la Cámara de Diputadas y Diputados hacia el Senado, en tanto, se necesita la aprobación de 93 legisladores. El proyecto podría estar listo en diciembre si se aprueba en su totalidad.

Fuente : Radio Biobío Chile, 28 de Octubre 2020

martes, 27 de octubre de 2020

Que no digan que no lo vieron venir



Por Germán Silva Cuadra

La señal de malestar que entregó la gente a la clase política fue clara y categórica. Los chilenos quieren una nueva Constitución elaborada por personas elegidas de manera democrática, independientes y que representen el espíritu y demandas que dieron inicio al estallido social. Sin embargo –y como si no hubieran entendido nada–, desde ayer lunes empezaron a circular los nombres que cada partido, sin excepción, quiere llevar al proceso constituyente. Exministros, alcaldes y parlamentarios que no pueden volver a repostular, rostros de la elite. Los de siempre.

El domingo comenzó a cerrarse, definitivamente, una parte de la historia de nuestro país. Esto, luego del triunfo arrollador de las opciones Apruebo y Convención Constitucional, que superó incluso los cálculos más optimistas. Cuarenta años regidos por una Constitución ilegítima, elaborada –literalmente– entre cuatro paredes y firmada por el dictador Augusto Pinochet Ugarte. Y aunque es cierto que ha sufrido varias modificaciones con el transcurso del tiempo, lo medular, su base y principios se mantuvieron intactos. De ahí que las manifestaciones masivas que se llevaron a cabo desde el 18 de octubre del año pasado en adelante, tenían una consigna común: cambiar la Constitución. La jornada histórica que vivimos –tan importante y emocionante como el triunfo del NO en 1988– tuvo un gran ganador: la ciudadanía.

La señal de malestar que entregó la gente a la clase política fue clara y categórica. Los chilenos quieren una nueva Constitución elaborada por personas elegidas de manera democrática, independientes y que representen el espíritu y demandas que dieron inicio al estallido social. Sin embargo –y como si no hubieran entendido nada–, desde ayer lunes empezaron a circular los nombres que cada partido, sin excepción, quiere llevar al proceso constituyente. Exministros, alcaldes y parlamentarios que no pueden volver a repostular, rostros de la elite. Los de siempre.


No cabe duda que la brecha entre la elite política y la gente quedó de manifiesto este 25 de octubre. Si algo caracterizó a las demandas ciudadanas, expresadas a partir del 18 de octubre del año pasado y luego para el retiro del 10%, fue la presión de la calle. El mundo político no tuvo más que aceptar, a regañadientes en el caso de la derecha, la voluntad popular. Pese a las promesas de cataclismo para el país, incluso el Presidente Piñera tuvo que olvidarse de vetar la ley. Sin embargo, las reacciones políticas de estas primeras horas han apuntado en el sentido inverso. Un Gobierno intentando –casi vergonzosamente– subirse a un carro ajeno, quiebre y recriminaciones cruzadas en Chile Vamos y la incapacidad de la oposición de emitir una señal de unidad, ni siquiera a la hora del triunfo.

El Presidente Piñera optó por la estrategia de jugar un rol en el proceso constituyente que vendrá, desplegando un relato que intentó apropiarse del origen del plebiscito. Más allá de que este argumento no le hace sentido a la gente, el Mandatario puso dos puntos en el debate.

El primero, su llamado a la unidad del sector, algo que se ve imposible considerando que, si la tensión ya era alta antes del 25 de octubre, desde esa misma noche vimos que los partidos de Chile Vamos tomaron caminos diferentes, y lo que se avecina es un evidente quiebre entre el ala más liberal y la derecha dura. A eso se sumará la decisión que tendrá que tomar Joaquín Lavín, cuya candidatura no se podrá sostener si no renuncia a la UDI, si es que antes no lo declaran “persona non grata”. Y en segundo lugar, intentó reforzar la idea de no a la página en blanco, argumento que de seguro no tendrá eco en el debate.

Si ya teníamos un Gobierno débil –ayer llegó a 15% en Cadem–, de aquí en adelante tendremos un Gobierno intrascendente. El Primer Mandatario cometió el error de ni siquiera hacer trascender su opción en el plebiscito, por lo que de seguro carecerá de legitimidad ciudadana para conducir políticamente un proceso tan complejo como el que se viene por delante.

Pero sí Piñera deberá hacer cambios en su Gobierno para la recta final. No es sostenible mantener un equipo de ministros que tenga tanta distancia con la voluntad mayoritaria expresada el domingo. Víctor Pérez tiene una actitud, conductas y posiciones del Chile que se enterró –junto a Pinochet– el domingo. Lo mismo en el caso de Allamand. Y la derecha tendrá que hacer una reflexión profunda de si, como afirmó Jacqueline Van Rysselberghe esa noche, “somos el 20%” y la UDI y Republicanos “mueren con las botas puestas”, o tratan de entender lo que el electorado expresó tan claramente.


Y otros grandes perdedores también deberán cuestionarse la distancia que tienen con la sociedad chilena y los nuevos tiempos. Evópoli, que –pese a la promesa de convertirse en un partido de derecha moderna– terminó sumido en las tinieblas de cambiarse al Rechazo a última hora y oponerse antes al 10%. Un sector del empresariado que volvió a pronosticar que el triunfo del Apruebo sería una tragedia para Chile. Algunos medios de comunicación, especialmente la televisión, que insisten en llevar a los mismos rostros que distorsionan la representatividad popular –como Marcela Cubillos, que pareciera vivir en otro país– y, por supuesto, José Antonio Kast, que cree que nuestra sociedad sigue pegada en el siglo pasado.

Y la oposición y su incapacidad crónica, que puede llevarlos a sacar un cálculo equivocado del resultado del plebiscito e interpretar que con esto tienen la carrera ganada. La noche del domingo, como estos dos años, no fueron capaces ni siquiera de ponerse de acuerdo para entregar una señal unitaria. Era fácil y simple y ellos lo convirtieron en difícil e imposible.

Sí está claro que enfrentarán el próximo año –con siete elecciones, incluidos(as) los(as) 155 constituyentes– divididos al menos en dos bloques: Unidad Constituyente y FA-PC. La falta de comprensión de lo que quiere la ciudadanía, a nivel de las cúpulas de los partidos, es tan dramática que fueron los alcaldes –de manera transversal– los que hicieron nuevamente un llamado a la unidad, sin resultados hasta ahora.

También es el momento de preocuparnos –ocuparnos, la verdad– por los dos países que emergieron el domingo. Uno que representa a unos pocos, se concentra en tres o cuatro comunas, que votó por que todo siguiera igual, y el resto de Chile. Porque si hay una forma de representar la desigualdad, es así.

Si nuestra elite política –toda, de Kast a Teillier– no entiende pronto la alerta enviada por el 78% de los chilenos, lo que vamos a tener es un proceso Constituyente capturado por los partidos, mientras la sociedad, los jóvenes –que votaron de manera masiva–, los grupos minoritarios, nuestros pueblos originarios, quedan como actores secundarios. En ese caso, la cuenta que pueden pagar será grande. Y ya no podrán decir "no lo vimos venir".

Fuente : El Mostrador, 27 de Octubre 2020

 

lunes, 26 de octubre de 2020

Chile entierra la Constitución de Pinochet

 "CHILE ENTIERRA LA CONSTITUCIÓN DE PINOCHET" : LA REACCIÓN EN EL EXTRANJERO TRAS LA APLASTANTE VICTORIA DEL APRUEBO EN EL PLEBISCITO

Por El Mostrador, 26 de Octubre 2020



El histórico plebiscito del 25 de octubre no solo fue noticia en Chile. Medios internacionales destacaron la masiva votación que se produjo en las urnas, con la idea principal de que -con la redacción de una nueva Carta Fundamental- se desecha por completo la herencia del dictador Augusto Pinochet, quien promulgó esta norma en 1980. En Argentina, el diario Página 12 publicó en su página principal: "¡Viva Chile, Mierda!", y el medio público alemán Deutsche Welle destacó que el país dio un “carpetazo al último remanente de la dictadura con una contundente votación” y abre ruta para actualizar su democracia”. Mientras, la BBC subrayó que “tildar de histórico lo ocurrido este domingo en Chile no es un cliché: es la primera vez en la historia del país en que la Constitución será redactada por una asamblea completamente elegida”.

El 25 de octubre quedará registrado como un día histórico para Chile. Ese día, un 78 por ciento de los chilenos votó por redactar una nueva Constitución a través de una Convención Constituyente.

De acuerdo a datos del Servicio Electoral (Servel), 5.886.421 (78%) votó por la opción Apruebo, mientras que solo 1.634.107 (21,73%) eligió la alternativa del Rechazo.


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El histórico plebiscito no solo fue noticia en Chile. Medios internacionales destacaron la masiva votación que se produjo en las urnas, con la idea principal de que -con la redacción de una nueva Carta Fundamental- se desecha por completo la herencia del dictador Augusto Pinochet, quien promulgó esta norma en 1980.

El medio público alemán Deutsche Welle tituló “Chile entierra la Constitución de Pinochet y abre ruta para actualizar su democracia”, destacando que el país dio el domingo el “carpetazo al último remanente de la dictadura con una contundente votación”.

“Si bien Chile ha vivido treinta años en democracia, las reglas por las que se rige fueron establecidas todavía durante la dictadura, y la nueva realidad abierta tras el aplastante triunfo cosechado por la ciudadanía en el plebiscito termina de sepultar un régimen del terror que dejó más de 3.200 muertos y la violación sistemática de los derechos humanos”, destaca DW.

En BBC también pusieron el foco en lo que pasa en Chile y se preguntan “¿qué pasa ahora y por qué es un hito mundial?” esta abrumadora victoria del Apruebo.

BBC también subraya que “tildar de histórico lo ocurrido este domingo en Chile no es un cliché: es la primera vez en la historia del país en que la Constitución será redactada por una asamblea completamente elegida”.

En este contexto, destaca que el órgano encargado de redactar la nueva Carta Fundamental tendrá “una característica inédita en el mundo: estará compuesta por la misma cantidad de hombres y de mujeres. La paridad de género está garantizada”. Aunque, recuerda que “también habrá una cuota para los pueblos indígenas, pero esta aún no ha sido especificada”, en alusión a la discusión sobre los escaños reservados aún pendiente en el Congreso.

Las portadas del mundo

En tanto, el diario británico The Guardian tituló: "Celebraciones en Chile tras elegir por amplia mayoría desechar la Constitución de la era Pinochet".

Por su parte, el diario español El País destacó que "Una abrumadora mayoría de chilenos aprueba enterrar la Constitución de Pinochet".

La victoria de Apruebo también fue destacada por el diario peruano El Comercio. El titular fue: "Chile aprueba derogar la Constitución de Pinochet con un aplastante 78% de los votos".

 

El diario argentino Clarín, en tanto, recalcó: "Histórico plebiscito en Chile: arrollador apoyo al cambio de la Constitución heredada de la dictadura de Pinochet".

También en Argentina, el diario Página 12 publicó en su página principal: "¡Viva Chile, Mierda!, destacando el contundente triunfo de la opción Apruebo, y recordando que el camino hacia el plebiscito fue "arrancado" al gobierno de Piñera gracias a las movilizaciones sociales del año pasado.

El triunfo del Apruebo también fue noticia en Colombia. Allí el diario El Tiempo tituló que "Los chilenos le dijeron adiós a la Constitución heredada por Pinochet".

Fuente : El Mostrador, 26 de Octubre 2020

domingo, 25 de octubre de 2020

Llegó el día del plebiscito

Llegó el día del plebiscito: Chile acude a las urnas para decidir sobre la nueva Constitución

Para esta elección -considerada por muchos como la más importante en los últimos 30 años- están habilitadas para votar 14.855.719, según datos del Servel. El camino comenzó el 18 de octubre de 2019 con el estallido social. Casi un mes más tarde, el 15 de noviembre, la mayoría de los partidos políticos pactaron lo que se conoce como el "Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución", que estableció una hoja de ruta para la creación de una nueva Carta Fundamental. En principio, el plebiscito de entrada tenía fecha para el 26 de abril, pero debido a la pandemia del Covid-19 se postergó para este 25 de octubre bajo estrictas medidas sanitarias con el objetivo de evitar contagios de coronavirus.

Fueron meses de espera, pero finalmente el día llegó. Este domingo 25 de octubre, los chilenos acuden a las urnas para votar "Apruebo" o "Rechazo" la creación de una nueva Constitución.

El camino al plebiscito comenzó el 18 de octubre de 2019 con el estallido social. Casi un mes más tarde, el 15 de noviembre, la mayoría de los partidos políticos pactaron lo que se conoce como el "Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución", que estableció una hoja de ruta para la creación de una nueva Carta Fundamental.

En principio, el plebiscito de entrada tenía fecha para el 26 de abril, pero debido a la pandemia del covid-19 se postergó al 25 de octubre bajo estrictas medidas sanitarias con el objetivo de evitar contagios de coronavirus.

Para esta elección -considerada por muchos como la más importante en los últimos 30 años- están habilitadas para votar 14.855.719. De ese total, hay 378.829 extranjeros residentes en el país en condiciones de sufragar. En el exterior, más de 59 mil chilenos pueden cumplir con su deber cívico

Los electores también tendrán que elegir el órgano encargado de redactar la nueva Constitución en caso de que gane la opción "Apruebo". Las opciones son Convención Constitucional, conformada por 100% de candidatos electos, y Convención Mixta Constitucional (50% de candidatos electos y 50% parlamentarios).

Por otra parte, vale destacar que la ministra de Transportes, Gloria Hutt anunció gratuidad en Metro, Merval y Biotren para esta jornada de elecciones, que se suma a a los 2.013 recorridos rurales y zonas aisladas dispuestos por el Ministerio que serán gratuitos a nivel nacional.

Protocolo sanitario

A principios de septiembre, el Servicio Electoral (Servel) dio a conocer el protocolo sanitario para el plebiscito, que contempla una serie de medidas que deben cumplir los electores con el fin de que puedan ejercer su derecho a sufragio de forma segura.

Concretamente, el protocolo recomienda que cada votante acuda a su lugar de votación con lápiz pasta azul. También se extendió en dos horas el horario de votación (08:00 a 20:00) para evitar aglomeraciones, y se estableció un horario exclusivo para votantes mayores de 60 años, que será de 14:00 a 17:00 horas.

El protocolo también dice que los votantes tendrán que acudir al lugar de votación sin acompañantes al menos que requiera de asistencia. Además es obligatorio el uso de mascarilla en todo momento. Solo se podrá retirar por tres segundos para que el presidente de mesa verifique la identidad.

La distancia física en la fila de votación será de al menos un metro, y la persona tendrá que higienizar sus manos con alcohol gel antes y después de votar.

Finalmente, para evitar aglomeraciones, el Servel aumentó a 2.715 los locales de votación, 25,9% más que en las elecciones de 2017.

Personas con covid-19 que voten serán perseguidas penalmente

El viernes, el fiscal nacional Jorge Abbott dio la instrucción a los fiscales regionales y al jefe de la Unidad de Delitos contra el Crimen Organizado, Mauricio Fernández, de perseguir penalmente a aquellas personas que estando contagiadas con covid-19, acudan a votar en el plebiscito.

Para el jefe del Ministerio Público, "las restricciones al derecho a voto son legítimas en el contexto de una emergencia sanitaria como la que se experimenta y en dicha medida, un enfermo de Covid no podrá esgrimir exitosamente, en su defensa, una causal de justificación en relación con su conducta infractora de una orden de aislamiento sanitario, bajo el pretexto de estar ejerciendo legítimamente un derecho".

El jefe del Ministerio Público también argumentó que existe un enfrentamiento entre derechos fundamentales como lo son el derecho al sufragio y el derecho a la salud de las personas, imponiéndose el segundo.

"La colisión de derechos fundamentales que se constata en estos casos, por una parte el derecho a sufragio (derecho humano de carácter político, emanado de la ciudadanía, pero sin referente en un interés vital individual) y el derecho a la salud (sea que se entienda como salud pública o individual, indudablemente posee como referencia un interés vital".

Fuente : El Mostrador, 25 de Octubre 2020

viernes, 23 de octubre de 2020

Visiones de la prensa internacional a dos días del plebiscito

 Las visiones de la prensa internacional a dos días del plebiscito: un proceso que "completará la transición que comenzó en 1988” y una opción para un Chile más socialdemócrata.


No solo en Chile despierta la ansiedad y la expectación por lo que, en voces de muchos, es la elección más importante de la democracia nacional en los últimos 30 años. Y a medida que se acerca el Plebiscito que se desarrollará este domingo 25 de octubre, los ojos de la prensa internacional también se posan sobre un proceso histórico que, sin lugar a dudas, se inició a raíz de la desobediencia civil en el marco de las protestas que partieron incluso mucho antes de octubre. Análisis y opiniones de expertos en el extranjero fueron consultados por medios de calibre mundial, sobre el rumbo que podría tomar nuestro país con una —en caso de ganar el Apruebo— nueva Carta Fundamental.

La prensa internacional tiene los ojos puestos en el futuro de Chile tras el Plebiscito de este domingo. Uno de los análisis más duros fue el del Wall Street Journal. El medio estadounidense publicó una columna de opinión escrita por su editora, Mary Anastasia O'Grady, y titulada "La Misión Suicida de Chile", en la que planteó que "es difícil entender por qué existe un respaldo popular para hacer estallar un sistema que ha tenido tanto éxito", subrayando que "es probable que una nueva Constitución haga al país más pobre, más corrupto y menos libre".

Sin duda un categórico análisis desde el medio económico de Estados Unidos que se contrapone con la visión del periódico español El País que destacó que "Chile celebrará la que probablemente sea la votación más trascendental en sus últimas tres décadas" para "cambiar el armazón institucional del país, dejando definitivamente atrás el legado por la dictadura de Augusto Pinochet".

"Se trata de un momento crucial en la historia del país al que, desgraciadamente, se llega en un grave clima de tensión que ha ido creciendo durante el último año", añadió el medio español, subrayando que el estallido social del año pasado y la conmemoración del 18-O el pasado fin de semana, culminó con graves hechos de violencia.

El País señaló, además, que "la violencia no puede de ninguna manera ser justificada por una legítima aspiración de cambio. Chile ha sido ejemplo desde la restauración de la democracia del entendimiento entre sectores muy alejados (…) lo que se discute en Chile es un cambio de gran calado en la misma historia de país".

Ayer fue el turno de The Economist, donde se calificó el proceso como "trascendental". El medio británico señaló que "desde 1990, la economía ha crecido rápidamente, la pobreza se ha reducido drásticamente y la política se ha mantenido estable. Pero la ira que estalló el año pasado se ha estado acumulando durante más de una década".

De acuerdo el semanario en inglés, "los chilenos están furiosos por la atención médica de dos niveles, que sirve a los ricos mejor que a la gente común, sobre la mala calidad de las escuelas públicas y sobre las pensiones de gestión privada, que pagan menos de lo que muchas personas esperaban".

"Es probable que cualquier nueva Constitución haga a Chile más socialdemócrata. Los defensores de la nueva carta quieren introducir la idea de ‘igualdad de oportunidades’, que en términos chilenos significa hacer que mejores servicios públicos sean asequibles para todos", agregaron.

Asimismo, The Economist advirtió que "las nuevas demandas sobre el gasto público pueden ser controladas por reglas que protejan la estabilidad fiscal (…) si los chilenos no logran reescribir su Constitución ahora, las demandas por radicalismo podrían crecer".

El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, comentó el análisis del medio británico y puso una vez más a Nueva Zelanda como un modelo de referencia para la estrategia de desarrollo de Chile. “Hay una larga discusión en política en los últimos meses de socialdemócrata no social demócrata. Mire, yo siempre he puesto como referente un país como Nueva Zelanda. Creo que es un modelo a seguir, es un referente por muchas razones, pero en parte porque conjuga los elementos que estamos hablando acá. Es una economía tremendamente dinámica, tremendamente competitiva, extraordinario clima para hacer negocios, pero también con un estado tremendamente moderno. Acá no estamos olvidando de la parte del estado, hablamos mucho de recaudación y menos de cómo gastamos esa recaudación”, dijo el jefe de la billetera fiscal, en conversación con ADN.

Briones advirtió, eso sí, que la reflexión sobre si Chile se volverá más socialdemócrata no va necesariamente de la mano de la discusión constitucional ya que, sostuvo, esos temas se zanjan en general en la política pública. "Lo que sí es cierto, y lo que yo sí me imagino, y lo que uno constata, es que lo países conforme se desarrollan, van avanzando, se hacen más ricos, la carga tributaria tiende a subir y eso es una constatación empírica. Por qué, porque tienen que financiar una institucionalidad, de bienes públicos de necesidades más complejo", agregó el secretario de Estado.

BBC y las claves del proceso

La cadena británica BBC también reaccionó al hito chileno y, fiel a su estilo, presentó cuatro claves para entender qué está en juego en el referendo "para cambiar la Constitución de Pinochet".

De ganar el "Apruebo", dicen, será la primera vez desde 1833 que la Constitución es redactada por una convención ciudadana elegida en votación popular. Pero, más allá de las opciones y del tipo de convención que eventualmente surja para redactarla, la BBC conversó con analistas chilenos y latinoamericanos sobre el proceso per se e insiste en los siguientes cuatro tópicos.

1. Generar una Constitución "sin traumas"

Pese a que sufrió numerosas reformas, la Constitución vigente hasta hoy en Chile fue redactada y aprobada en 1980 bajo el régimen militar del general Augusto Pinochet y, según afirma el politólogo Gabriel Negretto, "simbólica y políticamente, nunca superó ese defecto congénito".

Por eso, lo que está en juego en el proceso constituyente que podría comenzar con el triunfo del "apruebo" es la legitimidad de origen de una eventual nueva Constitución para Chile, le dice a BBC Mundo Negretto, quien ha sido consultor de Naciones Unidas en procesos de reforma constitucional en distintos países latinoamericanos.

"¿Qué rodeó a la Constitución de Pinochet?: que nació de un acto de fuerza, de violencia; que se hizo en un clima de miedo, de terror", describe el académico. "Para marcar un contraste con el origen de la vieja Constitución, la nueva debe nacer de un amplio respaldo ciudadano y en un entorno pacífico", precisa.

"En ese sentido, hay un llamado a la atención de quienes apoyan el 'apruebo' de llamar a la calma... El estallido social, que incorporó gran cantidad de demandas legítimas, también estuvo asociado a actos de violencia injustificados que hasta hoy no están claros. No se puede eliminar toda la violencia, pero tiene que quedar claro que corresponde a grupos aislados", plantea el analista a la versión en español del medio inglés.

Para que Chile efectivamente cuente con una Constitución que no arrastre los traumas de la actual, argumenta Negretto, además, se requiere además que una de las dos opciones gane por una mayoría suficientemente amplia y en una votación con una participación importante, ojalá mayor a los promedios de las últimas elecciones chilenas.

"No es lo mismo un referéndum como el que se hizo por el acuerdo de paz en Colombia que uno sobre las reglas fundamentales con las que queremos vivir como sociedad, como se definirá en Chile. En este caso, si la diferencia entre la opción que gana y la que pierda es pequeña, es problemático", advierte el académico.

"Sería un mal comienzo que el 'apruebo' ganara por un margen pequeño: el trauma que vive Chile respecto a los legados de la dictadura provienen del plebiscito de 1988, cuando la dictadura militar terminó cediendo la transición a la democracia con un altísimo poder político (el "Sí" a Pinochet obtuvo un 43% y el "No" un 54,7%). Aquí no debe quedar duda de la posición mayoritaria", sostiene Negretto.

"Si el resultado fuera 51 para el 'apruebo' y 49 por el 'rechazo', estaría muy preocupado por el futuro de Chile", agrega Negretto.

"Porque eso querría decir que el cambio constitucional no lo rechaza una minoría, sino la mitad de la población. Y eso es preocupante en un contexto polarizado, porque aquí no hay medias tintas: se cambia la Constitución o no".

2. Recuperar legitimidad de la política

Vicky Murillo, directora del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Columbia en Nueva York, precisó, en conversación con la BBC, que el plebiscito en Chile emergió como respuesta a la movilización social, "síntoma de la crisis de representación del sistema político" en el país.

"La toma de la calle y los gritos buscaban que los políticos escucharan a la ciudadanía, incluso cuando esta demanda de atención requiriera romper la puerta del salón donde se toman las decisiones, como dice la canción de 'Hamilton'".

La académica se refiere a "The room where it happened" uno de los temas del popular musical estadounidense que describe las negociaciones secretas donde la élite negocia fuera del ojo de la opinión pública, una práctica que en Chile se describe como "la cocina".

"Es importante recordar las expectativas que conlleva el proceso constituyente y la importancia de mantener esa puerta abierta. Esto implica que no solo el resultado, sino también el proceso constitucional será clave para la recuperación de la legitimidad política", dice Murillo.

De ganar el "apruebo", la politóloga advierte que es importante "asegurar la entrada de nuevos actores como agentes de representación ciudadana y, al mismo tiempo, que tanto viejos como nuevos representantes garanticen su atención a la ciudadanía incluso cuando no grite o esté en las calles", dice.

¿Cómo lograr ese objetivo? Estableciendo una conexión humana, basada en la empatía y la experiencia compartida, propone.

"Que la ciudadanía se reconozca en sus representantes y pueda confiar en ellos. El proceso no podrá ser participativo hasta las últimas instancias, requerirá de esperas, y puede involucrar errores. Por ello, la confianza en quienes están en el salón donde se tomen las decisiones depende tanto de una puerta abierta como de la empatía entre estos y quienes han estado ya por demasiados años pidiendo ser oídos", describe la politóloga al medio británico.

3. Redistribuir poder y bienes públicos

"Las constituciones definen las reglas del juego", describe Miriam Henríquez, decana de la Facultad de Derecho de la Universidad Alberto Hurtado.

"La etiqueta mayor que yo pondría al proceso chileno sería la opción de cambiar las reglas del juego sobre la distribución del poder y los bienes públicos valiosos para la existencia de toda la sociedad. No sólo los derechos civiles, las libertades, también los sociales, como agua, vivienda, educación".

Henríquez plantea que, si se lleva adelante el proceso constituyente, una de las opciones es que se remuevan los obstáculos que hoy impiden cambiar algunas políticas públicas en Chile a través del Congreso. Bajo la Constitución actual, incluso si una ley es aprobada por una súper mayoría parlamentaria, puede ser impugnada ante el Tribunal Constitucional (TC).

"Si uno establece en la Constitución que los asuntos se regularán por ley simple, por ejemplo, y se modifica el TC, el efecto será que los cambios de políticas públicas serán más sencillos", dice la académica.

"El 'rechazo' supondría que la ciudadanía no tiene voluntad de cambiar Constitución, porque las cosas como están, están bien. Pero eso no obsta que se pueden hacer reformas. Hay personas del 'rechazo' que creen que se necesitan cambios profundos y se han comprometido a emprenderlos", dice Henríquez.

"La diferencia es que en el 'apruebo' hay un itinerario, un camino claro, un órgano específico. Las reformas que se hicieran en el caso del 'rechazo', se harían a través del actual Parlamento, y los cambios no tendrían tanta legitimidad como los que tendría un órgano especialmente elegido para ello", agrega.

"Es posible que una nueva Constitución se parezca bastante a la actual, y las expectativas pueden quedar frustradas, pero insisto en la importancia del hecho de sentarse a conversar. Esa diferencia ya debería satisfacer muchas expectativas: tener un pacto social que sintamos propio", concluye.

4. Generar un proceso constituyente único en Latinoamérica

De acuerdo a la BBC, tanto la realización del plebiscito como el proceso constituyente que derive de sus resultados se normarán por la Constitución vigente, que fue especialmente reformada por el Congreso con este fin. Eso marca, según el medio, una de las diferencias del referéndum constitucional chileno con otras experiencias latinoamericanas.

"No es tan habitual que una Constitución vigente se modifique para su reemplazo. Es excepcional que Chile siga este cauce, este proceso, con procedimientos y plazos establecidos. Y es un desafío máximo que los cumplamos", precisa Henríquez.

Además, en este caso no es el gobierno el que definirá el cambio constitucional ni el órgano que podría redactar la nueva Constitución, sino la ciudadanía.

"En Chile, además, no hay una fuerza hegemónica que se imponga en el debate. Varios de los procesos latinoamericanos han sido marcados por la existencia de fuerzas políticas muy preponderantes, donde se impone una mayoría. Eso no ocurre en Chile porque las fuerzas están fragmentadas. Y eso, que podría ser complejo y lo es, nos obliga a hacer pactos" dice la politóloga.

"Cada proceso en Latinoamérica tiene algo que lo hace único. En el caso chileno que todas, o gran parte de las fuerzas políticas hayan acordado un cauce institucional a la crisis es algo que lo hace único", remata Henríquez.

La DW y la autenticidad del proceso chileno

¿Cómo es el panorama constitucional en América Latina? ¿Impera la tradición o soplan aires de cambio? A días de que Chile vote si quiere una nueva carta magna, expertos analizaron para nuestro medio asociado Deutsche Welle el escenario regional donde, a diferencia del resto del mundo, en América Latina los procesos constituyentes son bastante frecuentes.

"Esta es la región que ha producido el mayor número de constituciones entre 1900 y 2015 en general, y entre 1978 y el presente en particular", indica Gabriel Negretto, también consultado por la DW.

En total, ha habido más de 190 constituciones en la región desde la independencia, un promedio de diez por país. El que más ha promulgado es Venezuela, con 29. El que menos, Argentina, con solo tres. Colombia tuvo una de las constituciones más duraderas de toda América Latina, desde 1886 hasta su reemplazo en 1991. La más antigua vigente es la de México, de 1917.

Es habitual elaborar una nueva Constitución al pasar de un régimen autoritario a uno democrático, pero también la demanda de cambio puede responder a "una crisis de representación o gobernabilidad y a la necesidad de incorporar reformas democráticas profundas, que no pueden pasar por una mera enmienda ni implementarse por una interpretación judicial", señala Negretto al medio alemán.

En Chile, señala la DW, "el deficiente desempeño democrático, la profunda crisis social, la desigualdad e insatisfacción se atribuyen en gran parte a la constitución vigente, como se evidenció tempranamente en las protestas iniciadas hace un año".

A la crítica social se suma el origen del texto, considerado "ilegítimo", dicen. Y si bien ha tenido numerosas modificaciones en democracia, "acarrea ese lastre histórico que refuerza las demandas de reemplazo", dice Negretto.

Cabe mencionar que las únicas constituciones sancionadas en dictadura que aún están vigentes en la región son la chilena y la de Panamá, de 1972, donde también hay demandas de cambio.

"En el mundo, una asamblea constituyente o convención especial elegida para crear una nueva Constitución es extremadamente inusual. El modelo típico es el Congreso Constituyente: una legislatura elegida con el propósito de elaborar una nueva Constitución, que luego continúa como legislatura ordinaria, o bien una legislatura que por un proceso especial asume facultades constituyentes", destaca la DW.

En la región, agregan, solo una Constitución -la de República Dominicana, 2010- fue creada por un Congreso Constituyente en los últimos años. En todos los demás países se eligió un órgano completamente nuevo.

El medio pone énfasis en que el plebiscito chileno, además de consultar al votante si aprueba o rechaza elaborar una nueva Constitución, tendrá una segunda papeleta para preguntar qué órgano debiera redactarla.

"Se trata de una consulta inédita", dicen desde la DW, apuntando que en estos procesos siempre se presenta un mecanismo ya decidido por los representantes o establecido por el sistema institucional. En Chile, en cambio, "como el gobierno de Sebastián Piñera y los partidos de derecha inicialmente se resistían a un cambio constitucional, al aceptar el acuerdo para el plebiscito agregaron la votación por el tipo de mecanismo".

"La opción de la asamblea mixta les da la esperanza de asegurar cierta representatividad", sentencian.

Así las cosas, la DW prevé que quien está por el "rechazo” prefiera la convención mixta y quien vota "apruebo” elija la plenamente elegida, que asegura mayor representatividad y diversidad, de acuerdo con la realidad chilena actual.

Reuters: "Chile decide bajo tensión social si reemplaza la Constitución de Pinochet"

La agencia británica Reuters también se refirió al denominado 25-O y destacó que "los chilenos votarán el domingo en un plebiscito si escriben o no una nueva Constitución que reemplace al texto vigente originado durante la dictadura de Augusto Pinochet, en momentos en que hay una gran presión social tras una ola de descontento y protestas que comenzó a fines del año pasado".

El análisis del medio con sede en Londres señala que las bajas pensiones, las deficiencias de la salud y la educación pública y la desigualdad provocaron el año pasado un "estallido social" en "uno de los países más estables de América Latina", el que fue canalizado hacia un referendo constitucional a través de un amplio acuerdo político promovido por el gobierno de centroderecha del presidente Sebastián Piñera.

"Hay una primera expectativa, la minimalista, que es la de relegitimar las reglas del juego a través de un nuevo pacto político y social, donde todos sintamos que el producto de este proceso tiene nuestras huellas dactilares, no de un solo sector", dijo a Reuters el académico y analista político Cristóbal Bellolio, partidario de redactar un nuevo texto.

Pero por otro lado, señala, una serie de expectativas "maximalistas" -como considerar que una nueva Constitución resolvería asuntos más bien del orden de las políticas públicas como pensiones o educación- puede desatar frustración y choques con quienes consideran que el texto debe obedecer exclusivamente a la voz de quienes salieron a la calle a protestar.

"Me da la sensación que hay mucha gente que está pensando en la Constitución como un programa de gobierno", plantea Bellolio, cuando justamente se trata de alejarse de la política contingente.

El expresidente Ricardo Lagos (2000-2006), que promovió la más amplia reforma al texto de 1980, alertó en una reciente entrevista con Reuters sobre crear expectativas demasiado altas en torno a una nueva Constitución, aunque destacó el valor de un acto que renueve la confianza de los ciudadanos en la política y las instituciones.

"A muchos chilenos este referendo les rememora el plebiscito de 1988 que derrotó a la dictadura militar", apunta Reuters.

Cabe mencionar que un total de 14,8 millones de electores están habilitados para votar el domingo por las opciones "Apruebo" o "Rechazo", y qué órgano sería el encargado de escribir el nuevo texto, si una convención mixta compuesta por parlamentarios en ejercicio y ciudadanos elegidos popularmente o un cuerpo sólo de constituyentes elegidos para ese fin.

Para Bellolio, será importante analizar cuántas personas voten finalmente y por cuánta diferencia se impondrá la opción ganadora que, según las encuestas, será el "Apruebo".

Mariano Machado, analista para América Latina de la firma de análisis de riesgo Verisk Maplecroft, dijo que si el referendo abría la puerta a una nueva Constitución, esto podría contener las recientes tensiones, la inestabilidad política y malestar social, pero no erradicarlos.

Por su parte, el director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), Alejandro Werner, estima que el proceso constitucional abre las puertas a que Chile siga siendo un líder en la región.

El país podría entrar en una etapa "en la cual se mantengan los principales elementos que generaron el éxito chileno, en términos del crecimiento económico de las últimas décadas; pero que también esto se complemente con una agenda de cobertura social, con unas finanzas públicas más progresivas", afirmó el experto a Reuters.

EFE: Chile, un país que escribe su historia política a través de plebiscitos

"Tanto este referéndum como el que sacó a Pinochet del poder son claves para el relato político de Chile", explicó a la agencia española EFE Claudia Heiss, autora del libro "Por qué necesitamos una nueva Constitución".

Ambas votaciones, aclaró la experta, surgen de la "necesidad de destrabar un contexto sociopolítico complejo".

"Esta votación es un camino intermedio entre el quiebre revolucionario y la continuidad política", apuntó Heiss, investigadora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES).

Para Jaime Abedrapo, director de la Escuela de Gobierno en Universidad San Sebastián, el actual referéndum es la "única salida" para una situación que "sobrepasó" a las instituciones: "Después del tiempo de la dictadura, el país ha entendido que hay que buscar cauces institucionales para resolver los problemas".

"Completar la transición"

"Nunca en los 200 años de independencia del país se le ha preguntado a los ciudadanos si quieren cambiar la Constitución. Tampoco ha sido algo habitual en Latinoamérica", dijo a Efe Javier Couso, catedrático de Derecho en la Universidad de Utrecht (Holanda).

"Este proceso puede abrir paso a una democracia ciudadana que nos garantice a todos el acceso a los derechos fundamentales", opinó, también a la agencia de noticias española, Francisco Estévez, director del Museo de Memoria Histórica de Chile, donde se guardan archivos inéditos sobre la dictadura.

Si el proceso constituyente culmina con éxito, apuntó Couso, Chile "completará la transición que comenzó en 1988" y "mandará una señal importante para Latinoamérica, donde figuras populistas han usado los cambios constitucionales para perpetuarse en el poder".

Los jóvenes impulsores del cambio

El análisis de EFE también hace referencia a que, en el plebiscito de 1988, con una histórica participación del 90 %, los jóvenes fueron decisivos para el resultado, puesto que abarcaban más de un 50 % del total de votantes. En esta votación, dicen, que se prevé que rompa con la alta abstención de las últimas décadas, los menores de 39 años también podrían ser cruciales, pues suponen un 40 % del total de los 14,5 millones de ciudadanos llamados a las urnas.

"Los jóvenes se retiraron bastante de la actividad política, sin embargo, en esta ocasión se espera que sean actores protagonistas de la historia a la que estamos llegando", añadió Abedrapo.

Para Arturo Pardo, un joven que nació el mismo año en que Pinochet abandonó el poder, dejar atrás la actual Constitución es un cambio "esencial" para Chile que va a alentar la participación en política de los jóvenes.

Pablo Betanzo, de 31 años, consideró por su parte a Efe que las expectativas de mejora con la redacción de un nuevo texto son "muy altas" entre la gente de su generación, que ha estado muy presente durante las actuales protestas: "Si no hubiera sido por los jóvenes, no se hubiera llegado aquí".

De aprobarse, la elección de los constituyentes se realizará en abril y la nueva Constitución -que debe redactarse en un máximo de un año- se ratificará en otro plebiscito, este con voto obligatorio.

Fuente : El Mostrador, 23 de Octubre 2020

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