sábado, 8 de enero de 2022

Apruebo Dignidad y el proyecto socialdemócrata

 Apruebo Dignidad y la posibilidad de un proyecto socialdemócrata

por  7 enero, 2022



¿El gobierno de Gabriel Boric será socialdemócrata?, ¿el programa de Apruebo Dignidad es socialdemócrata?  Esta pregunta ha cruzado la campaña electoral y sigue abierta en medio de innumerables confusiones conceptuales. Para algunas personas ser socialdemócrata es el peor de los insultos y para otras el mayor de los halagos. Y ambas podrían militar en el mismo partido. Hasta Joaquín Lavín se declaró en algún momento “socialdemócrata”, mostrando la elasticidad de un concepto que puede ser usado para todo. En Chile se puede utilizar esta noción para los fines más disímiles. Algunos piensan que la socialdemocracia es lo mismo que el social-liberalismo. La ultraderecha cree que la socialdemocracia es una forma suave de comunismo y la extrema izquierda, un intento (inútil) por humanizar el capitalismo. A la vez, hay quienes asocian la socialdemocracia a cualquier intento redistributivo o política de estado de bienestar, sin consideración de los factores democráticos o institucionales, y en otros casos, a un tipo vago de progresismo cultural o social.  

La raíz de esta confusión no sólo radica en el oportunismo de quienes manipulan esta idea.  En la actualidad es difícil llegar a una definición tanto empírica como normativa de socialdemocracia, debido a la evolución que esta categoría ha adquirido con el correr del tiempo. Por eso es bueno recordar que el primer partido socialdemócrata fue fundado en 1863 por Ferdinand Lasalle en Alemania, con el nombre de Asociación General de Trabajadores, cambiando en 1875 a Partido Socialista Obrero y tomando en 1890 el nombre actual: Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). En este partido militaron activamente Marx y Engels, a pesar de sus críticas al programa sancionado en el Congreso de Gotha, en 1875. En 1891 el SPD asumió el Programa de Erfurt, en varios aspectos más radical y concreto que el anterior, bajo la redacción de Karl Kautsky, Eduard Bernstein y August Bebel, quienes representaban a tres tendencias internas de la socialdemocracia europea, anteriores a la primera guerra mundial. En esa fase la socialdemocracia era un amplio movimiento, basado en la cultura obrera y sindical, que abarcaba desde académicos y profesionales suavemente reformistas, hasta revolucionarios como Lenin. Todos estaban de acuerdo en la construcción de un partido de masas, capaz de organizar a los trabajadores, que pudiera conducir a todos los oprimidos en la lucha de clases y en la lucha por la democracia, hasta producir una ruptura revolucionaria con el capitalismo y sentar las bases de una sociedad socialista. El ritmo de esta transición no estaba claro, y podían existir posiciones que buscaban acelerar este proceso (Rosa Luxemburgo) o algunas que deseaban ir muy despacio (Eduard Bernstein), pero hasta 1914 esta era la “ortodoxia” socialdemócrata. 

El inicio de la Primera Guerra Mundial supone un fracaso político y teórico de este proyecto. La Segunda Internacional se quiebra, producto del enfrentamiento armado, y los éxitos logrados desde 1875 parecen perdidos. En 1917 la socialdemocracia rusa adopta una estrategia revolucionaria, en el marco del desmoronamiento del imperio zarista. El nacimiento de la URSS divide aún más a los partidos socialdemócratas, que viven en cada país quiebres internos a favor o en contra de la nueva estrategia iniciada en Moscú. En ese momento nacen los partidos comunistas, en general como escisiones dentro de la socialdemocracia, que rápidamente entran en conflicto con sus antiguos partidos de origen. 

Los socialdemócratas entre 1917 y 1945 tuvieron desarrollos disímiles en Europa, participando en gobiernos de coalición en Alemania, Austria, Bélgica, Gran Bretaña, Dinamarca, España y gobernando Suecia desde 1932, como partido mayoritario. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se comenzó a configurar un debate sobre el llamado “segundo revisionismo”, que ha llegado hasta la actualidad. El SPD asumió en 1959 el programa de Godesberg, motivado fuertemente por la necesidad electoral y política de marcar profundas distancias con la RDA. En medio de la Guerra Fría, la socialdemocracia alemana se trató de distanciar de su origen marxista, renunciando a proclamar “verdades últimas” ligadas a alguna filosofía de la historia. El socialismo se redefinió procedimentalmente, como un conjunto de valores básicos, dejando de ser el fin último de los desarrollos históricos, para ser entendido como la tarea constante e inacabable de “luchar por la libertad y la justicia, preservarlas y probarse en ellas”. De esta manera, la socialdemocracia alemana aceptó la propiedad privada y la economía de mercado, pero bajo el principio de “competencia en la medida de lo posible, planificación según sea necesario”. 

Esa reconfiguración de la tradición socialdemócrata europea ha tenido muchos ciclos, que la han hecho transitar hacia la derecha y hacia la izquierda en determinadas circunstancias. Durante los años setenta, los gobiernos de Willy Brandt en Alemania, Olof Palme en Suecia, Joop den Uyl en Holanda lograron consolidar modelos de estados de bienestar muy avanzados, con procesos democráticos que incorporaron prácticas que hoy resultarían radicales, como la participación de los trabajadores en los directorios de las grandes empresas privadas. En el sur de Europa, los partidos comunistas de Italia, Francia y España adoptaron simultáneamente las tesis “eurocomunistas”, lo que en la práctica significó su conversión en partidos socialdemócratas. 

La elección de François Mitterrand en Francia (1981) y Felipe González en España (1982) representó el momento de mayor expansión de la socialdemocracia europea, pero a la vez, el inicio de una crisis que llega hasta hoy. Los vientos favorables que habían acompañado a la construcción de los estados de bienestar cedieron ante la ola neoliberal que impulsaron Ronald Reagan y Margaret Thatcher. El PSOE y el PSF debieron morigerar sus programas y adaptarlos a un ciclo privatizador que se impuso en todo el mundo. En los años noventa, este proceso se agudizó todavía más. Los triunfos de Tony Blair en el Reino Unido (1997) y Gerard Schröder en Alemania (1998) supusieron un cambio profundo en la naturaleza de la socialdemocracia. En el caso de Schröder, este giro se materializó en la llamada “Agenda 2010”, cuyo objetivo fue reducir el coste en el modelo social alemán y fomentar la productividad. En el caso inglés, Blair propuso su “Tercera Vía”, un programa derechamente social-liberal, diseñado por Anthony Giddens. Con el argumento de hacer sostenibles los elementos básicos del Estado del Bienestar en la era de la globalización, estos programas asumieron que se debía favorecer a toda costa la estabilidad macroeconómica y desmontar lo que llamaron “políticas paternalistas” tales como el poder negociador de los sindicatos, la protección de las industrias nacionales, impulsando la privatización o concesión de empresas estatales.

La Agenda 2010 de Schröder y la Tercera Vía de Blair han sido objeto de profundas críticas y controversias en la socialdemocracia, apuntando a que estos programas carecían de un análisis crítico de la sociedad y del Estado. Se les acusa de convertir una respuesta coyuntural a las dificultades de financiamiento público en un abandono deliberado de los objetivos, estrategias y tácticas propias de los partidos socialdemócratas. Esta crítica la desarrollaron líderes que se escindieron hacia la izquierda, como Oskar Lafontaine y Jean-Luc Mélenchon. Pero también al interior de los propios partidos, como Jeremy Corbyn en los laboristas británicos. En la actualidad se aprecia un abandono de las posturas social-liberales, lo que se evidencia en el programa emanado del último Congreso del SPD realizado en Berlín en 2019, donde los “Jusos”, los jóvenes socialdemócratas, impulsaron un regreso a la identidad socialista, lo que fue fundamental para arribar al actual gobierno de Olaf Scholz. Lo mismo se aprecia en España, donde el PSOE gobierna en coalición con Podemos y los procesos de apoyo parlamentario al gobierno Socialista por los partidos de izquierda en Portugal. 

¿Es posible la socialdemocracia en Chile?

Este recorrido histórico permite preguntar por la posibilidad de un proyecto socialdemócrata en Chile. El Partido Socialista de Chile nació en 1933 con una clara influencia del Programa de Erfurt, en lo que concierne a la idea de un partido de masas, de raíz obrera. El problema, que surgió desde ese mismo origen, radicó en la debilidad de la economía chilena, todavía fuertemente agraria, con un empresariado industrial muy débil y poco cualificado, y un Estado insuficientemente sólido y democrático. Por este motivo, el socialismo chileno siempre ha tenido la necesidad de plantearse de forma creativa, adaptando las ideas generales del socialismo al contexto local. Es lo que afirmó la “Fundamentación teórica del programa del Partido Socialista” de 1947, que denota la autoría de Eugenio González Rojas: “La doctrina socialista no es un conjunto de dogmas estáticos, sino una concepción viva, esencialmente dinámica, que expresa en el orden de las ideas políticas las tendencias creadoras del proletariado moderno”. De allí que se afirme que “El socialismo es, en su esencia, humanismo”, y que “el Partido Socialista lucha por una pacífica y democrática convivencia internacional, ajena a toda forma de presión imperialista y opuesta a la existencia de regímenes dictatoriales y totalitarios”. 

Por esta razón, el programa socialista de 1947 dialoga con todos los elementos programáticos y estratégicos de un proyecto socialdemócrata europeo, pero adaptado e inculturado al contexto latinoamericano. El elemento diferenciador del PS chileno es su política de alianzas, que se va a definir desde 1952 en torno al “Frente de Trabajadores”, que impulsa en particular Raúl Ampuero, y que suponía una alianza estratégica con el Partido Comunista e, implícitamente, una exclusión de fuerzas de centro como la Democracia Cristiana y el Partido Radical. Paradojalmente, el Partido Comunista sostenía una política de alianzas mucho más amplia, bajo la idea del “Frente de Liberación Nacional”, que proponía una coalición de todos los sectores progresistas no importando su clase, ideología, religión. Esta paradoja es muy especial, ya que el PS sostenía un programa de reformas, relativamente moderado, pero sobre la base de una alianza “clasista”, revolucionaria o radicalizada. En cambio, el PC, siendo más radical en su programa, proponía una estrategia mucho más gradualista y moderada. La paradoja es que la línea estratégica del PC, el "Frente de Liberación Nacional", era más adecuada a una visión reformista o socialista democrática que la línea más “clasista” del "Frente de Trabajadores" que impulsaba el PS. No es extraño que durante el gobierno de la UP el PC se convirtiera en el partido ancla de Allende y el PS, en el socio díscolo de la coalición. 

La hipótesis de una alianza del PS con el PC era vista con extrañeza desde el exterior, ya que bajo la lógica del programa de Godesberg sería imposible este tipo de colaboración, ya que imperaba el veto recíproco, propio de la Guerra Fría. Para entender la conformación del FRAP en 1956 y luego de la UP en 1969, fue necesario asumir la influencia de la revolución cubana como también el proceso de la "revolución en libertad" democratacristiana. Ambos sucesos contribuyeron a cambiar las definiciones ideológicas, políticas y estratégicas tanto en el PS como en el PC, lo que determinó la necesidad de su confluencia. Por eso, la conformación de la UP no fue fácil ni espontánea. Supuso un largo debate que tuvo en el centro la crítica al carácter eminentemente electoral de la izquierda, sobre todo después de la elección de 1964.

Otro factor que facilitó esta confluencia fue el movimiento de los “No Alineados”. La existencia de este campo amplio, y un poco ambiguo, de países que se resistían a la política de bloques de la Guerra Fría, permitió dar una solución temporal a las profundas diferencias entre socialistas y comunistas en materia de política internacional. La existencia de los No Alineados suponía reconocer un campo de países, dependientes, no desarrollados, que se negaban a someter a la ortodoxia de Moscú y a la de la socialdemocracia europea. Su tesis radicaba en la posibilidad de un socialismo latinoamericano, o africano o asiático, no determinado por criterios normativos impuestos desde el primer o del segundo mundo desarrollado. 

De esta forma, el programa de la UP suspendió sine die el juicio definitivo respecto a un modelo preciso de socialismo, en vistas a desarrollar una tarea mucho más inmediata, de carácter “anti-oligárquica, anti-imperialista y antimonopólica”. Se trata de objetivos que buscaban las condiciones para el desarrollo futuro del país y la emancipación de los sectores sociales menos integrados a la modernidad: la reforma agraria junto a la nacionalización del cobre y la gran minería. Este programa no era ni comunista, ni socialista, ni socialdemócrata. En rigor, era un programa desarrollista y proto-socialista sólo en relación con el tipo de desarrollo que se deseaba generar en el futuro, luego de concluidas estas reformas estructurales. 

Por este motivo, no se puede definir al gobierno de la Unidad Popular como socialdemócrata, ya que asumió un marco de alianzas y consideraciones estratégicas e ideológicas que no cabe en esa definición. La UP se debe caracterizar como un proyecto transformador, progresista y democratizador, que buscó crear las condiciones necesarias, previas a un estado de bienestar, y un socialismo democrático adaptado a las circunstancias latinoamericanas, en el contexto de un país altamente dependiente, que requería recorrer una fase anterior, que permitiera generar las condiciones económicas e institucionales que garantizaran su viabilidad. El socialismo buscado a largo plazo por Salvador Allende no era contradictorio con lo que proponían Harold Wilson o Willy Brandt en 1970, pero difería en la temporalidad y en la estrategia, ya que las condiciones de Latinoamérica imponían un programa y unas alianzas muy distintas. 

 La socialdemocracia bloqueada

El golpe de Estado y la imposición del régimen constitucional de 1980 suponen una clausura anticipada de cualquier intento de avanzar en un programa socialdemócrata en Chile. Todo el dispositivo neutralizador de la Constitución y sus mecanismos institucionales se diseñó para impedir la construcción de un estado social de derecho y mantener el modelo subsidiario, privatizador y tendiente al Estado mínimo. En ese marco, no es extraño que el único programa alternativo que se ha podido llevar adelante desde 1990 haya sido de carácter social-liberal, en la línea de Blair y Schröder. La Concertación/Nueva Mayoría fue consistente en asumir ese paradigma y aplicar una estrategia adecuada a este diagnóstico. Algunos dirigentes lo hicieron a disgusto, otros con agrado, pero no se puede negar que esa fue la política desarrollada, y que en el marco de la Constitución vigente era el único modelo posible. 

El balance de las políticas social-liberales es contradictorio. En su defensa se argumenta que las recetas socialdemócratas tradicionales (impuestos en alza y redistribución progresiva, subsidios, defensa de la renta de grupos condenados a la marginalidad económica) se hicieron inviables en todo el mundo a raíz de la crisis del Estado de Bienestar generada por la globalización. Pero Giddens va mucho más allá cuando sostiene que “los partidarios de la tercera vía deben aceptar algunas de las críticas que contra el Estado de Bienestar ha hecho la derecha. Se trata de un Estado antidemocrático, puesto que depende de una distribución vertical, o desde arriba a abajo, de los subsidios. Su fin es proteger y cuidar, concediendo poco margen a la libertad personal. Muchas de sus instituciones están burocratizadas, son alienadoras e ineficientes, e inducen con frecuencia efectos perversos que anulan los objetivos que se pretendía alcanzar…” (Anthony Giddens, 1998). Este tipo de argumento, que descalifica como antidemocrático el Estado de Bienestar, es muy difícil de compatibilizar con un enfoque mínimamente socialdemócrata. Giddens comenzó apelando a la sostenibilidad financiera del Estado de bienestar, pero terminó deslegitimando lo que se suponía buscaba proteger y hacer viable. 

En Chile es posible advertir un proceso similar, en la medida en que no sólo se limitó la viabilidad de un proyecto de estado de bienestar producto de las clausuras constitucionales que construyeron una sociedad bloqueada, que terminó reventando en el estallido de 2019. También se incubó en una parte de la Concertación la misma mentalidad social-liberal de Giddens, que no constituye una prolongación, o para ser más exactos, una plausible reelaboración, de la socialdemocracia clásica. Este es el escollo que hoy se expresa en la evidente dificultad para construir una coalición parlamentaria entre Apruebo Dignidad y parte importante de la ex Concertación, que se encarga periódicamente de recordarnos que ha inoculado una forma de thatcherismo vergonzante, que mediante actos de prestidigitación, adornado con plumas y retórica socializante, oculta que ha convertido a los conservadores en sus mejores referentes.  

Hecha esta aclaración ¿es Apruebo Dignidad un proyecto socialista democrático? La pregunta presupone saber qué es fáctica y normativamente el socialismo. No cabe la menor duda que AD es un conglomerado de probadas convicciones democráticas. Lo que falta por responder es lo que puede significar hoy el socialismo para AD, más allá de las generalidades referidas al valor de lo colectivo, el Estado Benefactor, la necesidad de la inversión pública, los impuestos progresivos y las economías nacionales. Es probable que AD tenga más claridad respecto del carácter feminista y ecológico de su proyecto, que del sentido socialista de su acción, lo que es positivo en tanto obliga a complejizar interseccionalmente toda la mirada estratégica.

En los años de la UP la pregunta era otra. El allendismo, como vía chilena al socialismo, tenía que lidiar con el gran problema de lograr esa meta manteniendo el respeto a las reglas de la democracia. Entonces, todos sabían o daban por supuesto lo que era el socialismo. Hoy nadie duda de las reglas de la democracia, pero no existe claridad sobre lo que llamamos socialismo. Y sigue pendiente la pregunta por la forma de compatibilizar el capitalismo en el cual vivimos, y del que no podremos salir ni por decreto ni por sanción constitucional, y una forma de socialismo que sea digno de ese nombre. 

Tal vez la pregunta por el carácter socialdemócrata de Apruebo Dignidad deba ser más modesta y centrarse en la manera en que esta coalición se aleje de las políticas social-liberales que se han implementado desde los años noventa, y empiece a crear las condiciones institucionales de aproximación asintótica a un futuro de relativo igualitarismo en lo económico y emancipación individual en lo social. La nueva Constitución debería generar las condiciones para que una hipótesis socialista (pendiente aún por desarrollar) pueda desplegarse democráticamente en Chile, sin bloqueos institucionales arbitrarios, ni clausuras políticas injustificadas. Creo que con el logro de ese objetivo nos podríamos dar por satisfechos en esta etapa de la historia. 

Fuente: El Mostrador, 7 de Enero 2021

sábado, 1 de enero de 2022

A 158 años de un hito

 A 158 años de un hito

por  1 enero, 2022


Esta semana el Partido Radical acaba de cumplir 158 años, siendo la agrupación política más antigua de Chile, de Latinoamérica, el segundo más longevo de América, y según lo estudiosos en politología, uno de los más antiguos del mundo.

Parece atípico, pero este partido se ha logrado sostener en el transcurso de estos años manteniendo una tradición republicana, laica, socialdemócrata, y comprometida con el desarrollo humano y crecimiento económico. Bien vale la pena peguntarse en este contexto, ¿qué fue?, ¿qué es? y ¿qué espera ser el Partido Radical en los próximos años?

El Partido Radical (PR) es dueño de una tradición que surge el 27 de diciembre de 1863, y que tiene relación con la clase media ilustrada que buscó una mirada equitativa y justa en una sociedad que era groseramente muy desigual. Asimismo, promovió la profundización de la democracia y soberanía popular no solo en las ideas, sino con la acción. Sus militantes siguieron los dictados de sus conciencias, en el sentido de relevar a la educación como medio de movilidad social. Valentín Letelier, Enrique Mac-Iver y el mismo Pedro Aguirre Cerda, quien abrió una época de gloria del radicalismo, son nombres que escribieron la historia grande de nuestra nación.

Hoy, los que seguimos creyendo que el laicismo y que PR puede dar mucho más, estamos en un estado de desazón. Los años han pasado y hemos visto que todo el caudal político, la impronta radical, y por qué no, parte de la historia, se ha ido diluyendo ante nuestros ojos. Esto se refleja en el aletargado trabajo interno lo cual se ha traducido, pese a tener un número respetable en Cores, alcaldes y concejales, en la cifra de los escaños en el congreso ocupados por nuestras ideas. 

¿Qué nos ha pasado entonces si las ideas del radicalismo siguen más vigentes que nunca? Necesitamos cultivar una nueva mirada y conjugar los verbos sumar y multiplicar voluntades, dejando en el baúl de los recuerdos en restar y dividir, el volver con convicción a salir a la calle, a “gastar los zapatos”, porque gran parte de sus dirigentes se han quedado solo como observadores de las transformaciones sociales, provocándose una desconexión con la ciudadanía.

Las grandes banderas de antaño, muchas de las cuales fueron revividas con fuerza el año 2013, hoy son levantadas con ahínco por el ala más de izquierda del arco político. En dicho escenario la mirada de centro izquierda que representa el PR se fue desdibujando más aún con el estallido social, el resultado de la convencional constituyente y por supuesto el Congreso Nacional. 

El gran capital que mantiene el PR es el territorio, enfocando el rol de su importante número de Alcaldes (as), Concejales (as) y el aumento en el número de CORES electos (as), pero el desafío aún sigue siendo enorme, y para evitar que la brecha con la ciudadanía siga creciendo, el PR tiene la misión de cambiar y refundarse totalmente, donde los espacios los tengan las nuevas generaciones, que se adapte su accionar político a las nuevas formas de conexión y trabajo con la gente, que exista un cambio de caras que no constituyan los mismos de siempre, que han ejercido sin impacto alguno, importantes cargos como autoridades públicas y parlamentarias.   

Somos herederos de una tradición la cual debe ser labrada bajo los matices sociales que hemos visto surgir a partir del 18-0. Regionalismo de verdad, mirada con enfoque de género y si algo nos han dejado las últimas elecciones, es que reitero, se requieren nuevas miradas, rostros más frescos, dejar atrás la vieja política, eliminar aquellos códigos que solo dañaron al partido. Tenemos que recuperar el protagonismo perdido, y para eso solo se requiere voluntad, compromiso en serio, no voluntarismo. No podemos seguir viviendo de la historia, considerando la importancia de ella en las instituciones, sino la convocatoria de hoy es hacer historia, y ese es el desafío. ¡Sí podemos! .

Fuente: El Mostrador, Blogs y Opinión, 1 de Enero 2022

lunes, 27 de diciembre de 2021

158 años del Partido Radical de Chile

 

Partido Radical de Chile

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Partido Radical de Chile
Emblema Partido Radical Chile.svg
PresidenteAlberto Robles Pantoja
Vicepresidente
Ver lista
Secretario/a generalMauricio Andrews1
Jefe de bancada de diputadosAlexis Sepúlveda2
Vicepresidencia de la mujerJacqueline Castillo
Fundación27 de diciembre de 1863
EsloganGobernar con la gente
IdeologíaRadicalismo3
Socioliberalismo43
Liberalismo igualitario4
Socialdemocracia54
Laicismo43
PosiciónCentro6​a Centroizquierda5478
Miembro deNuevo Pacto Social
Coaliciones históricas
SedeLondres Nº57, Barrio París-LondresSantiago de Chile
PaísBandera de Chile Chile
HimnoHimno del Partido Radical de Chile9
Think tankCentro de Estudios Pedro Aguirre Cerda (CEPAC)
Corporación de Investigaciones Sociales (CISO)10
Asesoría en Gestión de Oportunidades11
Organización
juvenil
Juventud Radical
Afiliación internacionalInternacional Socialista12
Alianza Progresista13
Afiliación regionalCOPPPAL
Membresía26 047 (noviembre 2021)14
Senadores
0/43
Diputados
4/155
Convencionales constituyentes
1/155
Consejeros regionales
12/278
Gobernadores regionales
1/16
Alcaldes
22/345
Concejales
174/2240
Instituciones relacionadasCentro de Estudios Pedro Aguirre Cerda
Sitio webwww.partidoradical.cl

El Partido Radical de Chile (PR)15161718​ es un partido político chileno laicista de carácter liberal igualitario y socialdemócrata. Se originó a partir de la derrota del bando rebelde en la Revolución de 1859, muchos de los cuales pertenecían al ala más subversiva del Partido Liberal. El 27 de diciembre de 1863 se fundó la primera Asamblea en Copiapó, precediendo a la instalación de diversas asambleas autodenominadas como "radicales" y que funcionaron en el territorio chileno con plena independencia electoral hasta la Convención Radical de 1888, ocasión en que dichas asambleas se federaron y legalizaron como un partido político. 19​ El radicalismo chileno se caracteriza por la difusión de una doctrina racionalistalaica y democrática, motivada por el Idealismo filosófico de la Ilustración.2021

Tras la Guerra civil de 1891, y a lo largo del régimen parlamentario, los radicales fueron los principales impulsores de la llamada Alianza Liberal, que junto a la Coalición Conservadora se disputaron el poder hasta 1925.20​ Fue en aquellos años, bajo el fragor de la llamada cuestión social que el viejo liberalismo económico de los primeros radicales, dio paso a la incorporación de nuevas corrientes socialistas al interior del partido, encabezada por Valentín Letelier,20​ uno de los principales promotores del llamado socialismo de Estado y que llevaron a los radicales, en los años venideros, a convertirse en el principal intérprete de la emergente clase media chilena.20

Una vez superada la inestabilidad de los años veinte y luego de haber apoyado la nueva Constitución,20​ los radicales del treintaa​ se alejaron de los sectores liberales, para conformar una alianza con los nuevos movimientos sociales dirigidos por Socialistas y Comunistas, dando origen al Frente Popular (FP), en 1937. Desde entonces y por los próximos catorce años, el Partido Radical se transformó en la principal fuerza política del país, expresado en las presidencias de: Pedro Aguirre Cerda (1938-1941), Juan Antonio Ríos (1942-1946) y Gabriel González Videla (1946-1952).20

Bajo estos gobiernos se implementó un modelo económico de "industrialización por sustitución de importaciones" que bajo la conducción de la Corfo logró el surgimiento de empresas estatales básicas para la industrialización. Sin embargo, las políticas populistas aplicadas provocaron una inestabilidad económica debido a las altas tasas de inflación. Estos hechos, sumado a los actos de corrupción y la persecución de los comunistas, llevaron al radicalismo al desprestigio y la pérdida del poder en 1958.20​ A partir de entonces el radicalismo comenzó a decaer, siendo desplazado por la Democracia Cristiana como eje del centro político y representante de las llamadas "clases medias".20

Los radicales han participado en coaliciones políticas tanto con la izquierda democrática (Frente PopularUnidad PopularConcertación y Nueva Mayoría) como con la derecha liberal (Alianza LiberalUnión Liberal y Frente Democrático). En 1994 se fusionó con el Partido Socialdemocracia Chilena, y dio origen al Partido Radical Socialdemócrata (PRSD), el cual fue considerado heredero de la historia y la tradición del radicalismo chileno hasta 2016, cuando retomó el nombre histórico de Partido Radical de Chile.

Tiene presencia en todo el territorio chileno. Está afiliado a la Internacional Socialista (IS) desde 198122​ y es miembro activo de la Alianza Progresista.13​ Según el Servicio Electoral (Servel), en 2012 el partido era el sexto más grande de Chile en cuanto a militantes, teniendo 83 373.23​ A mayo de 2020 contaba con 30 812 militantes.24

El PR tiene estrechos vínculos históricos con la francmasonería, especialmente con la Gran Logia de Chile, la Gran Logia Mixta y la Gran Logia Femenina.2526

Historia[editar]

El ideario político del radicalismo se fue construyendo progresivamente en las décadas anteriores a su fundación oficial de 1888, en gran parte por la influencia del legado ideológico y cultural de la Sociedad Literaria, el Club de la Reforma y la Sociedad de la Igualdad.

En 1842, a partir de un movimiento intelectual que reunió a connotados jóvenes liberales, se fundó la Sociedad Literaria, que convocó a la intelectualidad de avanzada de aquella época, entre los cuales se distinguían José Victorino LastarriaFrancisco Bilbao y Manuel Antonio Matta. Pusieron el acento en reconocer a la Ilustración como un proceso fundamental para el progreso del país, al mismo tiempo que formalizaron su inquietud por el tema educacional en Chile.

Francisco Bilbao Barquín, escritor, filósofo y político chileno, fundó la Sociedad de la Igualdad.

Las ideas renovadoras del liberalismo progresista se fueron difundiendo rápidamente en la intelectualidad joven, encontrando adecuada tribuna el Club de la Reforma fundada por Federico Errázuriz Zañartu, sin embargo, nunca pudo definir un plan de acción para la modernización de la política, siendo precedida por la Sociedad de la Igualdad, fundada en 1850 por Santiago Arcos y el propio Francisco Bilbao. Ambos jóvenes chilenos habían vivido el ambiente de los acontecimientos revolucionarios franceses de 1848 y se impregnaron de ese ideario.

La Sociedad de la Igualdad se convirtió en el foco de agitación política del país y atrajo a su seno a todos los jóvenes intelectuales y un buen número de artesanos. Los integrantes de la Sociedad de la Igualdad promovieron levantamientos en contra del gobierno, razón por la que el 9 de noviembre de 1850, por decreto de la Intendencia se disuelve la Sociedad de la Igualdad y sus líderes son apresados y encarcelados.

No obstante, también se puede decir que los orígenes del Partido Radical se remontan a octubre de 1858 en la ciudad de Copiapó con la formación de una organización llamada La Asamblea Constituyente, que agrupó a la mayoría de los líderes del partido: Manuel Antonio MattaAngel Custodio GalloPedro León GalloFrancisco MarínJuan Arteaga Alemparte y Guillermo Matta, que impulsaban la reforma a la Constitución de 1833.

Las ideas que se cuestionaban por aquellos días se pueden sintetizar en tres puntos fundamentales:

  • El autoritarismo presidencial.
  • La centralización administrativa.
  • La excesiva influencia de la iglesia en las decisiones del gobierno.

La fuerte tensión que generaba el clericalismo en oposición a las difundidas ideas de la Revolución francesa, estaba en el centro del conflicto que se extiende por más de tres décadas, tiempo en el que la Sociedad de la Igualdad, con los escritos de Manuel Antonio Matta protagonizan duros y hasta violentos enfrentamientos.

Pero fue sólo hacia fines del segundo gobierno de Manuel Montt Torres, que los Radicales surgen como el tercer partido político de la historia de Chile, después de los Conservadores y Liberales.

Cabe destacar la notoriedad que alcanzó la controversia entre iglesia y Estado, en la cual aparece un hecho singular conocido como la "cuestión del sacristán", situación que el obispo Rafael Valentín Valdivieso quiso aprovechar para someter el poder de civil a la supremacía de la iglesia. Hecho que Manuel Antonio Matta aprovecha para pedir la separación de la iglesia del Estado.

El 12 de mayo de 1862 se funda el periódico "La Voz de Chile" que difunde las bases del radicalismo; enseñanza laica, libertad electoral, derecho edilicio, descentralización administrativa, reforma a la Constitución de 1833 y la interacción del pueblo en la generación de autoridades.

El origen atacameño[editar]

Manuel Antonio Matta, fundador del Partido Radical.

El Partido Radical tuvo su origen en Copiapó, donde la riqueza minera permitió que pudiese desarrollarse un pensamiento independiente a los tradicionales de la oligarquía chilena, este pensamiento representaba a la aristocracia provinciana y a grupos de la potente aristocracia castellano-vasca que no se sentían identificados con los dos pensamientos imperantes en el Chile decimonónico: el Partido Conservador y el Partido Liberal y a los cuales acusaban de no estar compenetrados con la realidad nacional.

Fue tal la fuerza con que irrumpió este ideario, que en 1859, estalló una guerra civil, entre el gobierno de Montt y los revolucionarios (radicales), los revolucionarios, como eran llamados planeaban un alzamiento nacional pero solo en Concepción y en Copiapó prendió con fuerza, incluso en esta última ciudad, debido a su riqueza y a su ubicación geográfica, el conflicto fue de grandes proporciones ya que se armó un pequeño pero eficiente ejército que avanzó al sur derrotando a la Guardia Nacional (fuerza paramilitar creada por Diego Portales para mantener el orden interno y proveer contingente de reserva en caso de guerra externa y que fue disuelta en 1910, con la Ley del Servicio Militar Obligatorio) en su paso por Vallenar y otras localidades y derrotando a un pequeño destacamento del Ejército que guarnecía la ciudad de La Serena, incluso mantuvo sitiada esta ciudad, el Ejército chileno debió enviar tropas desde Santiago y otras ciudades, debido a que si no cortaba el problema de raíz, los revolucionarios llegarían rápidamente a la capital ya que entre La Serena y Santiago no existían cuerpos militares que pudieran enfrentar a los rebeldes, el territorio era fértil lo que facilitaba la mantención de las tropas y lo más complicado vivía gente, a diferencia del norte despoblado, gente que por su descontento con el gobierno de Montt podía plegarse a los revolucionarios o colaborar con ellos.

El Ejército de Chile derrotó a los revolucionarios en la Batalla de Cerro Grande. Cabe señalar que los revolucionarios en ningún momento pensaron en trasladar la capital desde Santiago a Copiapó como erróneamente algunos han sostenido, esto porque el conflicto no era de carácter regionalista sino netamente político-ideológico, ya que desde la promulgación de la Constitución en 1833 no se había realizado absolutamente ningún cambio, manteniéndose vigente el modelo autoritario de Portales, que aunque daba estabilidad no generaba real representación, incluso hasta 1851 solo los conservadores, originados en los Pelucones de 1830 estaban representados en el congreso y en el ejecutivo, recién en 1851 y como consecuencia de otra sublevación hubo una pequeña apertura a los Liberales (Pipiolos), en vista que estos grupos no habían desarrollado pensamientos que los definieran como partidos políticos modernos y que esa base doctrinaria fuera además aplicable a Chile es como surgen 2 partidos más el Radical (escisión de los liberales) y el Nacional (escisión del Conservador) . En 1861 se eligió al primer presidente liberal, José Joaquín Pérez Mascayano, quién para poder avanzar en su programa debió moderar al máximo sus posturas, negociando con los nacionales.

Pedro León Gallo, promovió la formación de los llamados "liberales rojos", el grupo base que posteriormente formó al Partido Radical.

Aunque derrotados militarmente los revolucionarios impulsaron el nacimiento de una nueva política chilena, que los llevó a ser el partido político chileno más importante de gran parte del siglo XX.

La Asamblea Radical y el periódico El Constituyente[editar]

Pedro León Gallo regresó al país en 1863, luego de una ley de amnistía dictada por el presidente José Joaquín Pérez. En Copiapó fundó la Asamblea Radical y creó el periódico El Constituyente, en el que pedía la revisión y reforma de la Constitución de 1833.

Habiendo sido diputado por Copiapó y Caldera, fue reelegido por 10 años consecutivos, hasta obtener una senaduría en 1877. Su repentina muerte estuvo ligada al agravamiento de una antigua herida que había recibido en la Batalla de Los Loros en 1859.

En 1859, Gallo organizó una junta política que agrupó a ciudadanos descontentos con el gobierno y que logró popularidad a nivel regional. Se apoderó de la ciudad de Copiapó e, incluso, consiguió armar a un mediano ejército.

Los revolucionarios se enfrentaron en tres ocasiones con las fuerzas del gobierno: obtuvieron un triunfo en Los Loros el 14 de marzo de 1859, pero fueron derrotados en Cerro Grande, el 29 de abril, y en Petorca, el 14 de octubre. Tuvieron que huir y Gallo inició así un largo exilio por casi 4 años, que lo llevaría a Buenos Aires, Estados Unidos y Europa.

Primera Asamblea Radical de Chile[editar]

En 1863 Pedro León Gallo regresa al país después de su exilio en 1859, gracias a la Ley de amnistía, dictada por el Presidente José Joaquín Pérez Mascayano en 1861 y se incorpora con entusiasmo a la acción del grupo opositor al gobierno, liderado por Manuel Antonio Matta, cuyos postulados lo interpretan plenamente:

  • Enseñanza Laica
  • Disminución del poder presidencial
  • Descentralización Administrativa
  • Libertad Electoral
  • Reforma a la Constitución.

A mediados del siglo XIX el desierto de Atacama había adquirido un gran valor económico debido al descubrimiento de valiosos yacimientos de guano y, posteriormente, de salitre, ambos, entonces, con buena ley y buen precio en el mercado internacional.

Existen discrepancias entre los historiadores bolivianos y chilenos con respecto a si el territorio de la Audiencia de Charcas (primero dependiente del Virreinato del Perú y luego del Virreinato del Río de la Plata), disponía o carecía de litoral. Apoyándose en diversos documentos, los bolivianos insisten en que lo tenía; por su parte, los chilenos lo niegan o lo ponen en duda.

Razones que le impulsan a establecer en Copiapó, la primera Asamblea Radical Electoral del país el 27 de diciembre de 1863. Fecha en que históricamente y tradicionalmente se da por constituido el Partido Radical de Chile.

Comienzos del Partido Radical[editar]

El Partido Radical tiene una destacada participación en los gobiernos liberales en Chile, apoyando desde 1874 a los gobiernos de Federico Errázuriz ZañartuAníbal PintoDomingo Santa María. En las elecciones de 1886 apoya a su propio candidato presidencial, José Francisco Vergara, quién pierde con José Manuel Balmaceda. En 1888 se constituye oficialmente como partido. En la Guerra Civil de 1891, apoya al bando parlamentario, haciendo de opositor al gobierno de José Manuel Balmaceda.

Entrado ya el siglo XX, el PR se adhiere a los postulados socialdemócratas. En 1917 se funda la Juventud Radical de Chile. El PR apoya a diversos gobiernos durante la época parlamentaria, como los de Jorge MonttGermán RiescoPedro Montt y Ramón Barros Luco. En 1920 da su apoyo al gobierno reformista de Arturo AlessandriChile era uno de los países con mayor tasa de mortalidad infantil en el mundo, y la cuestión social era un tema muy discutido en el país. Luego de la dictadura de Carlos Ibáñez del Campo, y el estallido de la crisis en Estados Unidos, el radical Juan Esteban Montero asume como presidente de la República, pero es derrocado por un golpe de estado a los meses de haber asumido (1932).

En 1937, el PR se aleja del segundo gobierno de Arturo Alessandri, sumándose al Partido Comunista de Chile y el Partido Socialista de Chile, formando así el Frente Popular, y en 1938, el radical Pedro Aguirre Cerda logra un estrecho triunfo en las elecciones presidenciales de ese año, con el lema "Gobernar es educar".

Gobiernos radicales (1938-1952)[editar]

Pedro Aguirre Cerda. Presidente de Chile desde el 24 de diciembre de 1938 hasta el 25 de noviembre de 1941.

Pedro Aguirre Cerda fue un destacado político que llegó a la Presidencia tras ganar las elecciones de 1938, por escasos votos al candidato de la derecha el economista Gustavo Ross, quien era, Ministro de Hacienda en el segundo Gobierno de Arturo Alessandri Palma.

Aguirre Cerda era apoyado por el frente popular quien albergaba al Partido Radical, al Naciente Partido Socialista, sectores Comunistas e independientes de izquierda… Los eslogan más importantes de la campaña de Aguirre Cerda fue “Pan, Techo y abrigo” y “Gobernar es Educar”.

Pedro Aguirre Cerda muere, el 25 de noviembre de 1941, afectado de una tuberculosis aguda, enfermedad mortal en aquella época, pero, días antes en la última reunión de gabinete les dijo lo siguiente a sus ministros:

“Ayer domingo, salí a andar en automóvil con la Juanita. Como de costumbre, hicimos el recorrido hasta Conchalí; En el camino encontramos a muchos obreros. Iban tan pobres, tan borrachos, tan tristes como antes de que yo llegara al gobierno. Le prometimos al pueblo sacarlo de la miseria, levantarle su nivel social, económico y moral… Me embarga en el alma una profunda pena, porque me imagino que el pueblo, al que tanto amo y al que tanto tiempo de mi vida dedique, pudiera pensar que lo he engañado”.

El gobierno de Aguirre Cerda no fue fácil, ya que debió enfrentar el terremoto de 1939, que afectó a la zona centro-sur del país, el inicio de la Segunda Guerra Mundial y un intento de golpe de Estado. Pese a esto, este gobierno quedará como uno de los más importantes en la historia del país, debido al impulso que recibió la industria nacional, a través de la creación de la CORFO, la reforma a la educación, la importancia dada al desarrollo de la salud, etc. Además se crearon más de 1000 escuelas en todo el territorio nacional, todo un logro para la época.

Aguirre Cerda falleció en noviembre de 1941, antes de terminar su mandato. En las elecciones que se desarrollaron, ganó el radical Juan Antonio Ríos, con una diferencia bastante amplia.

Ríos continuó con la política social de su antecesor, y rompió relaciones diplomáticas con los países del Eje, en enero de 1943, rompiendo así la neutralidad de Chile en la SGM. Murió mientras ejercía su cargo (1946).

El radical Gabriel González Videla triunfó en las elecciones de ese año, transformándose así en el tercer presidente radical en gobernar el país de forma consecutiva. Bajo González Videla se creó la Universidad Técnica del Estado, la Siderúrgica de Huachipato y la Fundición de Paipote. Además se puso en práctica el Plan Serena, el cual crea diversos establecimientos educacionales y de organismos públicos en dicha ciudad, sumado también a una gran inversión en torno a la minería, industria y energía que favorecería a toda la provincia de Coquimbo, generando un polo de crecimiento descentralizador fuera de la capital. Sin embargo, su gobierno se empaña por la entrada en vigencia, de la Ley de Defensa de la Democracia (conocida popularmente como Ley maldita), que proscribía al Partido Comunista de Chile, con el apoyo del cual había llegado al poder. A pesar del rechazo oficial del PR a las políticas represivas impulsadas por el presidente, este hecho significa la debacle del radicalismo en dicha época como referente popular y de clase media.

División, Unidad Popular y dictadura militar[editar]

Esquema que muestra las divisiones del radicalismo chileno desde 1969.

Después del gobierno de González Videla, y la derrota en las elecciones presidenciales de 1952, el radicalismo inicia una fase de decadencia electoral. La clase media deja de apoyar al PR, y pierde importancia en el escenario político chileno. En 1961 ingresó a la administración del centroderechista Jorge Alessandri, lo que derivó la salida de varios militantes, sobre todo de la Juventud Radical. Entre los dirigentes juveniles que abandonaron el partido se encontraban Ricardo Lagos y Genaro Arriagada.

A fines de la década de los sesenta, el partido se comenzó a dividir, y en 1969 apareció la Democracia Radical liderada por Julio Durán y Pedro Enrique Alfonso, del ala derechista del PR, luego de diversos movimientos internos que terminaron con el apoyo del PR a la Unidad Popular.

La casa Ariztía fue la sede del PIR entre 1972 y 1973; después del golpe militar, en ella funcionó la DINA y entre 1992 y 1999 fue la sede del PRSD.

Simultáneamente en este período, la Juventud Radical vive un viraje hacia la izquierda, motivado por el abandono de la vía izquierdista que tuvo históricamente el partido durante el siglo XX y durante el Frente Popular. Así a mediados de los sesenta, el joven sociólogo Patricio Valdés encabezó el cambio que dio origen a la Juventud Radical Revolucionaria, cuya sigla fue JRR. Presidió esta juventud que propugnaba la vía revolucionaria hacia el socialismo democrático. En 1969, el PR entra a la coalición de izquierda Unidad Popular, apoyando en la elección de 1970 al socialista Salvador Allende. Ante la creciente influencia marxista en el PR, a principios de agosto de 1971 el ala moderada del radicalismo funda el Partido de Izquierda Radical (PIR), que inicialmente apoyó al gobierno de la UP, pero en abril del año siguiente abandonó esa coalición y se pasó a la oposición.27

Después del golpe de estado de 1973, la represión de la junta militar cayó también sobre los dirigentes y parlamentarios del PR y entre sus militantes hubo detenidos, desaparecidos (como el diputado Gastón Lobos)28​ y asesinados, como el líder sindical Tucapel Jiménez, que en 1982 encontró la muerte a manos de comandos del Cuerpo de Inteligencia del Ejército.2930

El Partido Radical, al igual que la mayoría de los partidos democráticos chilenos, tuvo miembros que sufrieron a lo largo de su historia cárcel y exilio. Algunos autores sostienen que fueron parte importante de la formación de Chile como nación independiente a través de cambios fundamentales, así como luchadores por la democracia, el laicismo y la justicia social. Casos de chilenos radicales ilustres por ambos motivos en los años setenta son: Carlos Morales Abarzúa,31​ Anselmo Sule,32​ Hugo Vigorena y Hugo Miranda, entre otros.33

En 1983 el Partido Radical fue uno de los partidos creadores de la Alianza Democrática junto con el Demócrata Cristiano, el Republicano, la Social Democracia y el sector renovado del Partido Socialista de Chile, conformándose como coalición opositora al régimen de Pinochet. Por otra parte, en 1984 un grupo de dirigentes de la Democracia Radical y la Social Democracia buscaron reunificar el Partido Radical mediante el Movimiento de Unidad Radical, que se integró dentro del PR el 8 de marzo de 1985. En noviembre de ese mismo año el Movimiento Social Demócrata —escindido en 1979 de la Social Democracia— se integró dentro del PR.

El 8 de septiembre de 1986 el partido fue uno de los firmantes del documento Bases de Sustentación del Régimen Democrático, que consistía en una ampliación y profundización del Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia de 1985, y que daría origen en noviembre de 1986 al Acuerdo Nacional Democrático, coalición política de corta duración.34

Otro sector del radicalismo, liderado por Luis Fernando Luengo, se acercó a la Izquierda Unida y fundó el Partido Radical Socialista Democrático (PRSD). Ambos partidos apoyaron la opción NO en el Plebiscito de 1988 y proclamaron a Patricio Aylwin como su candidato presidencial, aunque en las elecciones parlamentarias de 1989 se presentaron en listas distintas; el PR fue parte de la Concertación, mientras el PRSD participó en la lista Unidad para la Democracia con el Partido Amplio de Izquierda Socialista.

Partido Radical Socialdemócrata (1994-2018)[editar]

El logotipo del PRSD fue el resultado de una composición realizada con los emblemas de los partidos fusionados. El fondo azul y rojo, cruzado por una franja blanca, fue heredado del tradicional escudo del PR, mientras que el puño blanco sosteniendo la rosa roja provino de la SDCH.

En las elecciones parlamentarias de 1993, el PR obtiene el 2,98% con la representación parlamentaria de los diputados Sergio Morales Morales (por el distrito 34 de ChimbarongoLas CabrasPeumoPichideguaSan Fernando y San Vicente de Tagua Tagua) y Jaime Rocha Manrique (por el distrito 46 de AraucoCañeteContulmoTirúaCuranilahueLos ÁlamosLebu y Lota). Por su parte la Socialdemocracia Chilena (SDCH) obtuvo un 0,79% de los votos válidos, sin obtener escaños en el Congreso.35​Estos resultados provocaron una crisis de representatividad en ambos partidos, lo que motivó a un consenso entre estos y a una eventual fusión legal de ambas colectividades.

La fusión radical socialdemócrata sucedió el 18 de agosto de 1994. La nueva colectividad se posicionaría en la centroizquierda y en su declaración de principios el PRSD se declaró el heredero histórico del Partido Radical (PR), cuestión que fue aceptada por los socialdemócratas, ya que originalmente fueron una escisión de dicho partido en 1971. Como primer presidente salió elegido Anselmo Sule, representante del sector más izquierdista del partido, siendo este senador. En total, el Partido Radical Socialdemócrata comenzó con la representación parlamentaria de 1 senador (Anselmo Sule) y 2 diputados (Rocha, Morales) logrando así el objetivo de la fusión, el cual era tener un partido más extenso y con representación en ambas cámaras.

Gobiernos de la Concertación (1990-2010)[editar]

Como integrante de la Concertación participó en los gobiernos de Eduardo Frei Ruiz-TagleRicardo Lagos y Michelle Bachelet.

En el gobierno del presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000) el Partido Radical tendría un rol menor comparado a la predominancia que tenía en ese entonces el Partido Demócrata Cristiano. El PRSD entraría al gabinete ocupando el Ministerio de Minería de Chile, cuya cartera fue liderada por el radical Benjamín Teplizky, quien se convirtió en el primer ministro radical tras la fusión con los socialdemócratas. Posteriormente Teplizky sería remplazado el 3 de agosto de 1997 por el también radical Sergio Jiménez Moraga. Además de estos, el Presidente Frei designó a José Antonio Gómez Urrutia como su ministro de Justicia en 1999.

El debut electoral de la fusión radical-socialdemócrata ocurrió en las elecciones municipales de 1996, donde el PRSD obtuvo 16 alcaldías y 191 concejales, correspondientes al 6,54% de las preferencias. En las parlamentarias de 1997 consiguió la elección de cuatro diputados siendo estos Iván Mesías Lehu (por el distrito 42), Carlos Abel Jarpa Wevar (por el distrito 41), José Pérez Arriagada (por el distrito 47) además de Jaime Rocha Manrique quien obtuvo la reelección de su escaño en la Cámara. Aunque el PRSD no obtuvo senadores electos, logró la designación de Enrique Silva Cimma y Augusto Parra para el cargo. Para las primarias presidenciales de 1999 entregó su apoyo a Ricardo Lagos, quien finalmente se transformó en Presidente de la República tras vencer, en segunda vuelta, al candidato de la derecha Joaquín Lavín.

Durante el Gobierno de Ricardo Lagos se ratificó a José Antonio Gómez Urrutia como ministro de justicia, cargo que este radical ejercería hasta el 3 de marzo de 2003. Además Jaime Campos Quiroga fue designado como ministro de Agricultura durante todo el gobierno hasta el 11 de marzo de 2006.

En las elecciones parlamentarias de 2001 aumentó a seis sus escaños en la Cámara de Diputados, mientras en las elecciones de 2005 logró la elección de José Antonio Gómez como senador por la Región de Antofagasta. Durante este período, la bancada senatorial del PRSD creció debido a la integración de los senadores Nelson Ávila36​ y Guillermo Vásquez.37

El año 2008 el PRSD y el Partido por la Democracia propusieron a la Concertación inscribir las candidaturas de concejales en dos listas separadas. El subpacto se presentó en la lista "F" denominada Concertación Progresista. Esta situación significó que el partido compitiera con la oposición y también con sus aliados del Partido Demócrata Cristiano y del Partido Socialista.

En 2009 por primera vez un militante del PRSD, el senador y presidente del partido, José Antonio Gómez, participó de una precandidatura presidencial dentro de la Concertación, enfrentándose ese año en elecciones primarias con el demócratacristiano Eduardo Frei Ruiz-Tagle. La primaria fue ganada por el representante falangista.

Oposición (2010-2014)[editar]

En las elecciones presidenciales de 2010 Frei es derrotado por Sebastián Piñera y el PRSD se transformó en oposición. Para las elecciones municipales de 2012 nuevamente decidió presentarse en una lista de concejales separada en conjunto con el Partido por la Democracia, el Partido Comunista y la Izquierda Ciudadana en el pacto "Por un Chile justo".38​ Tiempo después se integró con el resto de los partidos de la Concertación al pacto Nueva Mayoría.

En 2012 el Consejo General decidió por amplia mayoría apoyar la participación del senador y presidente de la colectividad, José Antonio Gómez en las primarias presidenciales de la Nueva Mayoría de 2013. En la elección, Gómez obtuvo 108 222 votos y alcanzó el 5,06% de las preferencias, cediendo su opción presidencial a la candidata socialista Michelle Bachelet.39

Para las elecciones parlamentarias de 2013 se presentó junto con varios partidos de oposición en el pacto "Nueva Mayoría". Aunque no tuvo candidato a senador propio, decidió entregar su respaldo al independiente Alejandro Guillier en la Región de Antofagasta.40​ En aquellos comicios logró elegir a Guillier y a seis diputados.41​ En las elecciones presidenciales respaldó la candidatura de Michelle Bachelet, la que finalmente se impuso con holgura ante la postulante oficialista, Evelyn Matthei.42​ En diciembre de 2013, el PRSD celebró sus 150 años de existencia (tomando en cuenta la fecha de fundación del Partido Radical), transformándose —junto con el Partido Comunista de Chile— en uno de los partidos políticos más antiguos del país.43

Gobierno de la Nueva Mayoría (2014-2018)[editar]

Tras la victoria electoral de Bachelet, el PRSD concretó su regreso al oficialismo luego de cuatro años en la oposición. En enero de 2014, la Mandataria electa designó al líder radical José Antonio Gómez (que regresó al Ministerio de Justicia)44​ y a Aurora Williams (ministra de Minería)45​ como secretarios de Estado para su administración.46

Pocos días después del traspaso de mando presidencial de Michelle Bachelet, el 15 de marzo de 2014, el ahora ministro José Antonio Gómez Urrutia presentó su renuncia a la presidencia del partido. Tras esto el partido convocó a elecciones internas en las que se presentaron dos candidatos, Ernesto Velasco Rodríguez y el diputado Alberto Robles. Ernesto Velasco se convirtió en el nuevo líder del radicalismo tras ganar con el 52% de las preferencias.47​ La directiva sucesora de Gómez asumió el 4 de agosto de 2014.

El 2 de julio de 2015 el partido realizó un plebiscito para definir un posible cambio de nombre, retornando a su denominación de Partido Radical de Chile, lo cual fue aprobado por el 88% de los militantes que votaron.48

Para la elección presidencial de 2017 el partido propuso la candidatura de Alejandro Guillier, quien fue proclamado como abanderado en un acto masivo realizado en el Parque O'Higgins.49​ El parlamentario logró pasar a segunda vuelta, pero terminó siendo derrotado por el postulante de Chile VamosSebastián Piñera.50

Partido Radical de Chile (2018-presente)[editar]

A partir del 11 de marzo de 2018 el Partido Radical Socialdemócrata retornó a la oposición. En lo parlamentario, la colectividad mantuvo su representación y se unió con la bancada del Partido Demócrata Cristiano.51​ Tras la disolución de la Nueva Mayoría, la directiva siguió en coordinación con sus pares del PSPCCh y PPD.52

El 24 de agosto de 2018 el Servicio Electoral de Chile (Servel) oficializó la reforma de estatutos del partido, con la cual se retomaba la denominación de Partido Radical de Chile y reviviendo su símbolo histórico, dejando atrás la etapa del Partido Radical Socialdemócrata. El 2 de julio de 2015 los militantes del partido habían aprobado el cambio de nombre mediante una votación a nivel nacional, sin embargo dichas modificaciones no fueron oficializadas hasta el 12 de octubre de 2016, cuando la directiva del PR inició los trámites legales ante el Servel.1553

El 19 de diciembre de 2019 los diputados Fernando Meza Moncada y Carlos Abel Jarpa renunciaron a la colectividad luego de haber sido enviados al Tribunal Supremo del partido por haber acogido la cuestión previa de la primera acusación constitucional contra Sebastián Piñera la semana anterior.54​ Por otro lado el diputado Pepe Auth fue expulsado de la bancada debido a que su voto ayudó a rechazar la acusación constitucional contra el Presidente Sebastián Piñera.55

En 2021, el único senador del partido Alejandro Guiller dejó su cercanía con el PR para pasar a ser parte del Partido Progresista de Marco Enríquez-Ominami.56

Ideología y posición política[editar]

Posiciones históricas[editar]

Valentín Letelier, político e intelectual chileno.57

El radicalismo se basó en una doctrina política que propugnaba un régimen social, económico y político fundado en el efectivo ejercicio del poder por el pueblo y el control democrático del aparato productivo e inspirado en los principios de libertad, igualdad, solidaridad, participación y bienestar.

La vertiginosa forma en que el radicalismo fue ganando espacios en la vida pública en Chile y las simpatías que despertó en parte importante de la sociedad de la época, se explican porque este se configuró como el primer movimiento intelectual y político chileno que acogió en su forma más íntegra y original los postulados del imaginario ideológico vanguardista del mundo europeo decimonónico, los que comprendían principalmente la defensa de los valores librepensadoresrepublicanos y laicistas, que dieron sus frutos en las revoluciones de 1830 y 1848.

Como toda colectividad política en etapa formativa y teniendo presente la importancia que le asignaba el radicalismo al principio evolucionista de los valores y creencias en virtud de los cambios históricos operados en las sociedades, esta agrupación se encontró abierta a acoger aquellas corrientes doctrinarias y por ende, a renovar constantemente sus postulados programáticos.

Inicialmente era un partido liberal progresista en cuanto a la extensión de las libertades públicas, separación Iglesia-Estado y promotor del Estado Docente. A fines del siglo XIX y comienzos del XX toma en cuenta la cuestión social. En 190658​ se produce el encuentro entre las ideas de Enrique Mac-Iver, promotor de un liberalismo económico y del "laissez faire", y Valentín Letelier que toma la preocupación por los problemas sociales y económicos de la ciudadanía e incorpora ideas socialistas en el programa. El giro ideológico se concretó en la década los años 30 adhiriendo a los postulados socialistas y democráticos.5759

Tendencias ideológicas[editar]

El Partido Radical, a lo largo de su trayectoria política, tuvo numerosas escisiones y tendencias ideológicas. Sin embargo, diversas fuentes, en distintas épocas, han señalado que las ideologías mayoritarias que formaban parte de la colectividad eran; el radicalismo,57​ el anticlericalismo,60​ el republicanismo61​ y el humanismo laico.5762​ Pero con distintos enfoques sociales, confluyendo facciones afines a la socialdemocracia,63576465​ el socioliberalismo,57461​ y el socialismo democrático.666768

Generalmente se ha asociado al Partido Radical como una agrupación de centro y centroizquierda,69707172​ como fue la participación dentro del Frente Popular y en sus últimos años, dentro de la Concertación de Partidos por la Democracia. Sin embargo, en los tiempos de la Unidad Popular el partido adoptó una clara posición de izquierda,73​ al igual que su organización juvenil; Juventud Radical Revolucionaria (JRR).

A pesar de lo anterior, el Partido Radical tuvo dentro de sus filas, militantes con tendencias de centroderecha747576​ que datan desde la promulgación de la Ley de Defensa de la Democracia hasta la inclusión del partido en el Frente Democrático de Chile, la colaboración en el gobierno de Jorge Alessandri y la posterior candidatura presidencial de Julio Durán77​ que culminó en la creación del partido Democracia Radical, sector derechista compuesto por ex militantes opuestos al apoyo de la candidatura presidencial del socialista Salvador Allende.

Situación actual[editar]

El Partido se declara como progresistaracionalistalaico y socialista,7879​ defendiendo la libertad individual "sin más límite que el Derecho y el orden público", asumiendo los postulados propios de la socialdemocracia europea.80​ En lo económico, es crítico del neoliberalismo, abogando por una economía mixta "donde el Estado tenga roles en la economía en conjunto con la participación de privados".81

Fuente: Wikipedia

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