Por Daniel Bustos
Seguramente el 14 de diciembre de 2011 es un día que los fanáticos de la Universidad de Chile nunca olvidarán. Pese a históricas campañas en los 60 y 90, los torneos continentales eran algo que los azules solo podían soñar. Sin embargo, Jorge Sampaoli y un plantel con rendimientos inigualables, le dieron a la U su primer trofeo internacional: la Copa Sudamericana. Hace nueve años, en el Estadio Nacional, se culminó con éxito una copa en la que Sudamérica vio a los universitarios brillar en Uruguay, Argentina y Brasil, incluyendo en este último país una humillante goleada al Flamengo de Ronaldinho. La inolvidable final ante Liga de Quito fue solo el broche de oro.
Dormir en el estadio para poder ver la final
El 8 de diciembre de ese año, cuando a los 44 minutos del primer tiempo Eduardo Vargas anota el único gol de la final de ida en Quito, muchos hinchas de la U en Chile se apresuraron en masa al Estadio Nacional para tratar de obtener una entrada para la final de vuelta (algunos ya estaban, incluso, del día anterior). Tanto fue así que al término de ese compromiso disputado en Ecuador los fanáticos azules ya eran miles alrededor del coloso de Ñuñoa, en una interminable fila de cuadras. Ya en la noche, los hicieron pasar al interior del recinto, para a la mañana siguiente darles la posibilidad de adquirir el tan preciado ticket. La final del 14 se comenzó a jugar casi una semana antes, con un público que confiaba plenamente en ver a su equipo hacer historia.
Un golpe rápido
Uno de los grandes aciertos de Jorge Sampaoli en la mencionada final de ida fue la inclusión de Albert Acevedo, con el objetivo de anular el juego de Ezequiel González, el armador del fútbol de la Liga de Quito. El plan dio excelentes resultados, pero el partido en Santiago era otra cosa. Volvió a la alineación Francisco Castro, en reemplazo de Acevedo, con el fin de darle variantes y una actitud más ofensiva al equipo, lo que no tardó demasiado en tener premio. A los tres minutos del partido, los azules ya ganaban por 1-0 con un tanto de Eduardo Vargas. El equipo chileno tenía hambre de gloria y entró a devorarse la final.
Liga no pudo aparecer
Liga de Quito no era cualquier rival. En 2008 se coronaron campeones de la Copa Libertadores, en 2009 se quedaron con la Copa Sudamericana y en 2009 y 2010 con la Recopa. Un equipo con experiencia en estas instancias. Sin embargo, todos esos antecedentes valieron bastante poco. El cuadro ecuatoriano, simplemente, no tuvo chance de aparecer en el Nacional. Pese a que el corto 1-0 se extendió por buena parte del segundo tiempo, daba la sensación de que el compromiso siempre estuvo en control de la U. Hasta que llegó lo inevitable: Gustavo Lorenzetti captura un rebote en el área y pone el 2-0 a los 79′. El título ya tomaba rumbo a las vitrinas azules. Pero faltaba más. A los 87′, Eduardo Vargas toma el balón, avanza metros, se saca a dos defensores rivales y define con categoría ante la salida del meta Alexander Domínguez. El 3-0 fue una joya a la altura de un gran campeón.
Una postal y un torneo imborrable
La imagen de José Rojas levantando la copa junto con Diego Rivarola todavía estremece a más de un fanático azul. En ese instante no solo la Universidad de Chile estaba haciendo historia, sino que todo el fútbol chileno. Nunca un equipo nacional había levantado la Copa Sudamericana, y tampoco nadie lo pudo conseguir de forma invicta hasta esa fecha. Además, Eduardo Vargas, con sus 11 goles ese año, continúa siendo el artillero con más tantos en una edición del torneo. Números que complementan una campaña llena de buen fútbol, triunfos y alegría. Un día como hoy, hace nueve años, la U tocó por primera vez el cielo del continente.
Fuente: La Tercera, 14 de Diciembre 2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario