Universidad de Chile ha perdido a uno de sus grandes baluartes como institución. Es que Carlos Campos, quien a los 83 años falleció en la madrugada de este martes producto de una insuficiencia respiratoria provocada por una fibrosis pulmonar, dejó su nombre inscrito en la historia del elenco laico a punta de goles.
Nacido en Santiago un 14 de febrero de 1937, su vida deportiva estuvo ligada siempre al equipo universitario. Comenzó su carrera profesional a los 19 años, debutando en el Torneo Nacional de 1956, donde sólo participó de un partido.
Ya en la siguiente temporada, en 1957, convirtió sus primeros tres goles, comenzando una tradición anotadora que se convertiría en un pilar fundamental de lo que pocos años más tarde sería conocido como el Ballet Azul, ganando seis campeonatos en 10 años.
Su efectividad como delantero estaba estelarizada por su potente cabezazo y fuerza dentro del área, lo que valió el apodo de Tanque. Su mejor temporada en los azules fue el Nacional de 1963, donde registró 36 tantos en 29 presencias, lo que le valió el llamado a la selección chilena.
Su historia en el combinado nacional no fue de las mejores. Jugó dos Copas del Mundo, Chile 1962 e Inglaterra 1966. En el torneo donde la Roja fue local, solo actuó en el cotejo definitorio por el tercer lugar ante Yugoslavia. Un partido histórico, en cualquier caso, en el que Campos protagonizó un acto de heroísmo al lesionarse de gravedad y seguir jugando, ya que en esa época no se permitían los cambios. Para el campeonato en tierras británicas, Campos tuvo una experiencia nefasta. A pesar de participar en las clasificatorias con dos goles en tres partidos, no jugó ni un sólo minuto del Mundial y tuvo que observar desde la banca la eliminación nacional en la primera fase.
A pesar de la decepción con la camiseta de Chile, su buen rendimiento a nivel de clubes permaneció intacto. De regreso de Inglaterra, ganó junto a los universitarios los campeonatos del 67′ y 69′, año en que se retiró debido a que el entonces técnico del equipo, el argentino Jorge Américo Spedaletti, le informó que no contaba con sus servicios, sumado a la negativa del jugador de defender otro escudo que no fuese el del equipo de sus amores.
En el momento que marcó su salida del fútbol, a sus 32 años, Carlos Campos dejó atrás un récord que hasta hoy persiste en los registros del fútbol chileno y de la propia Universidad de Chile: goleador histórico de la institución en torneos locales, con 183 anotaciones en 259 compromisos. Sus cifras superaron a otros insignes delanteros de la escuadra del chuncho, como Marcelo Salas, Pedro González o el propio Leonel Sánchez, con el que formó una efectiva sociedad. Sumado a esto, fue coronado como máximo artillero del torneo local en 1961, 1962 y 1966. Sus actuaciones le valieron al equipo los seis títulos que definieron al Ballet Azul, quizás la versión más dominante en la historia de Universidad de Chile, peleando ese lugar con la era dorada del cuadro dirigido por Jorge Sampaoli.
Fuente: La Tercera, 11 de Noviembre 2020
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