Por Andrea Bustos C.
¿Veto a la mayoría o garante de consensos? Expertos analizan quórum de 2/3 en Convención Constitucional
El proyecto de Camila Vallejo, apoyado por algunos parlamentarios de oposición, ha causado molestia en Chile Vamos y parte de la centro izquierda. Según el análisis de expertos en temas constitucionales, no se trata de que un quórum sea mejor o no que otro, sino de llegar a acuerdos y respetarlos.
Este lunes se dio a conocer un proyecto de ley que busca, mediante una reforma constitucional, hacer cambios en el proceso constituyente. La iniciativa de la diputada Camila Vallejo (PC) busca, según indica el texto, crear un quórum democrático, fortalecer la hoja en blanco, garantizar la participación ciudadana y posibilitar la elección de delegados en el exterior y creación de régimen de transición.
Es el primer punto que permitiría a los miembros de la convención elegir el quórum que quieren implementar, pudiendo descartar los 2/3, el que ha generado un amplio debate.
“No se va a entender cómo, para la aprobación de las normas, 55 votos en contra y 100 a favor pueda significar que no se haga lo que una mayoría ha planteado. Es poco democrático que 55 pueda más que 100 y enerva el sentido de las mayorías, además de ser totalmente inexplicable”, explica el texto.
Junto a ello, también se destaca entre los argumentos que un quórum de 2/3 podría demorar el debate por una nueva Constitución, dada la amplia necesidad de acuerdos que requiere.
“Los países que han tenido convenciones, asambleas constituyentes o redacciones de nueva Constitución con menos de 2/3 han podido resolver las nuevas propuestas constitucionales en menos de un año, a diferencia de quienes han hecho sus constituciones con quórum de 2/3 se han demorado mucho más”, indicó esta jornada la diputada Vallejo.
Este lunes se había informado que la iniciativa contaba con el apoyo de Alejandra Sepúlveda (FRVS), Camila Rojas (Comunes), Maya Fernández (PS), Cristina Girardi (PPD) y Pamela Jiles (PH). Sin embargo, hoy se conoció que la diputada socialista retiró su firma, ante lo que Camila Vallejo lamentó su decisión y la atribuyó a presiones del PS.
Respecto del apoyo dado, la diputada Alejandra Sepúlveda expresó que “yo no sé qué temor existe a que, a partir de este tremendo apoyo ciudadano a crear esta nueva Constitución, no se le den todas las herramientas para poder crearla sin ningún obstáculo, sin ningún rayado de cancha. Lo segundo es muy importante y tiene que ver con la participación ciudadana, con el desplazamiento de los distintos territorios, con el que no solo sea una asamblea, una convención constitucional centralista aquí en Santiago, sino que pueda recorrer todos los lugares del país”.
Desde Chile Vamos también se han pronunciado en contra del proyecto, acusando que el Partido Comunista no respeta la Democracia. “Tienen que entender que esto no funciona de acuerdo a lo que ellos quieran, no pueden ser tan patudos de llegar y decir que acá se tiene que eliminar un acuerdo al que llegaron todos los partidos políticos democráticos y que después en el Congreso por amplia mayoría se ganó. Ellos no participaron, se restaron y no puede ser que porque no les gusta ellos lo tratan de cambiar después”, dijo enfática este martes la diputada RN Karin Luck.
¿Hay un quórum mejor que otro?
Respecto del debate que ha generado la idea de cambio de quórum, Radio Universidad de Chile consultó con dos expertos la viabilidad técnica de las diversas opciones, junto a la posibilidad de que algunos entreguen más o menor democracia al proceso constituyente.
“Es probable que llegar a los 2/3 es mucho más difícil que llegar a una mayoría, pero una vez que se produce ese acuerdo de 2/3 es mucho más estable que cualquier otro acuerdo que se haya producido con un quórum inferior”, expresó sobre esta discusión la doctora en Ciencia Política y académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, María Cristina Escudero.
A ello complementó que “el quórum adecuado es en el que hay acuerdo, porque el quórum que existe en la actualidad tiene defectos y virtudes, y otros quórums también las tienen y en lo técnico uno tiene que ocupar la herramienta que mejor sirve para resolver lo que quiere resolver. Y los 2/3 con hoja en blanco – porque ésa es la fórmula que se ocupó – fue la que se obtuvo a partir de un acuerdo para resolver un punto sobre los cuales las fuerzas políticas no estaban de acuerdo y eso tiene defectos y virtudes, pero cualquier otra fórmula los va a tener”.
De esta forma destacó que todo proceso constituyente tiene sus propias fórmulas de votación, las que se basan en el contexto propio de acuerdos y deliberaciones de cada país.
“El Partido Comunista es parte del Congreso y ellos pueden haber votado en contra de eso en el Congreso, pero tienen que hacerse cargo de las reglas de la democracia: hay veces que uno está en mayoría y otras en minoría, pero tenemos que hacernos cargo del proceso de toma de decisiones en el que participamos”, complementó.
Por su parte, el abogado constitucionalista y académico de la Universidad Diego Portales, Javier Couso, se expresó en una línea similar y comentó que no hay un estándar único que sea el aceptable para este tipo de procesos: “Hay países que han tenido 3/5, 2/3, o mayoría absoluta de los constituyentes en ejercicio, cada uno representa la circunstancia político, cultural y constitucional que el país ha vivido”, aseveró.
En lo que refiere a la argumentación del proyecto que indica que el quórum de 2/3 no sería democrático para el proceso, el abogado dijo que “cuando se trata de elaborar un pacto entre generaciones, una carta fundamental que va a enmarcar el trabajo habitual de la democracia cotidiana, no es poco democrático que haya un quórum elevado para ponerse de acuerdo en cosas que realmente conciten un consenso alto, no la unanimidad por supuesto porque es imposible, pero sí un quórum muy importante”.
Además, agregó no concordar con este punto puesto que hay buenas experiencias de que este tipo de quórum puede dar constituciones exitosas.
“Yo creo que la diputada Vallejo tiene una concepción restrictiva de lo que es algo democrático. Para procesos de elaboración de nuevas constituciones, que busca que la Constitución sea diferente a una mera ley, se pide normalmente que haya quórums agravados, más elevados. De hecho, nadie podría decir que el proceso constituyente que lideró el presidente Mandela en Sudáfrica fue poco democrático, y requería exactamente el mismo quórum que el chileno: 2/3. No conozco a ningún líder de ningún país democrático del mundo que haya criticado esa Constitución, probablemente una de las más prestigiadas del mundo, liderada por uno de los líderes más prestigiados del planeta”, explicó el abogado.
Por otra parte, respecto de la demora que un quórum tan alto provoca en el proceso constituyente, el abogado indicó que éste es un tiempo ya visado por el 80 por ciento que votó apruebo y agregó que la preocupación no debe estar en si serán más o menos meses, sino en que el texto constitucional sea bueno para el país.
“El derecho comparado enseña lo siguiente: si un partido político logra la mayoría absoluta y solo hay mayoría absoluta por supuesto que es rápido, el proceso constituyente de Pinochet fue largo porque hubo un proceso de estudio, pero pudo haberse hecho en cuatro días con cuatro personas poniéndose de acuerdo muy fácil. La rapidez no es un argumento (…) El proceso sudafricano duró tres años, la Constitución quedó bien. Prefiero que quede bien y no solo yo, el país acaba de votar a favor de estos plazos, estos procedimientos y con estos quórums, la ciudadanía acaba de pronunciarse”, expresó el académico.
“Es paradójico que la líder del Partido Comunista se asocie ahora a los argumentos del rechazo. Hace un mes y medio la gente del Rechazo decía para qué vamos a embarcarnos en un proceso constituyente, si es mucho más rápido que lo haga el actual Congreso”, agregó Javier Couso.
En esa línea, el académico de la Universidad Diego Portales destacó que uno de los puntos más importantes en toda esta discusión es respetar lo abordado por la ciudadanía: “Democráticamente el 80 por ciento de los chilenos aprobaron este proceso constituyente con estas reglas. Lo que no sería democrático – a mi juicio – es que habiéndose manifestado los chilenos a favor de un proceso que incluía estas reglas, ahora se intente alterar esto por vía de parlamentarios que fueron elegidos antes del 25 de octubre”.
Finalmente, Couso aclaró que todo cambio que busque contribuir y detallar el acuerdo sobre el proceso constituyente como elementos vinculados con la participación ciudadana o los escaños reservados, que todavía siguen en discusión, pueden abordarse y evaluarse. Sin embargo, aquello que altera el proceso es ante lo que se debe tener prevenciones.
Fuente: Diario U de Chile, 17 de Noviembre2020
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