Han pasado 47 años, desde el bombardeo a la Moneda, ese fatídico 11 de Septiembre de 1973 y aunque son muchos años los que han pasado, aún divide a los chilenos de manera irreconciliable. Por un lado, están los que lo consideran una gesta heroica, que salvó a Chile del yugo del marxismo internacional y por otro lado están los que consideran, que fue un quiebre inconstitucional al Estado de Derecho de nuestro país.
Yo era un niño, cuando sucedió esto y por lo tanto, no tuve un cabal conocimiento de lo que sucedió ese día y mi Padre (que era del Partido Radical de pensamiento socialdemócrata, o sea, estaba de acuerdo con los cambios sociales de manera democrática y respetando la ley y a las grandes mayorías ), me explicaba con lenguaje sencillo, lo que estaba pasando y además, a través de la radio, nos enterábamos de los hechos que estaban sucediendo y que eran totalmente inciertos, ahí me enteré de la muerte del Presidente Allende, situación que me impactó mucho, ya que no entendía porque podía pasar algo así, además recuerdo, que ese día, me tocó ir a comprar pan y hacer la fila respectiva, que era común en esos días, ya que los alimentos escaseaban y hasta para comprar cigarrillos, la gente debía esperar su turno y correr a los negocios, donde lo vendían. Era un día hermoso, en Florida de la Región del Biobío y también recuerdo el sonido de unos aviones, que se dirigían hacia el sur y yo me imaginé obviamente, que era por los graves hechos de nuestro país y que aún no dimensionaba su real magnitud.
En el transcurso, de mi crecimiento, me dí cuenta con horror, de la tragedia que afectó a nuestro país, desde el golpe militar, miles de muertos y desaparecidos, ejecuciones arbitrarias y donde la mayoría de las víctimas eran muy jóvenes y que en su gran mayoría, jamás habían empuñado un arma. El Informe Rettig de la Comisión de Verdad y Reconciliación (1991), certifica 307 casos de menores de 20 años de edad, ejecutados por agentes de la dictadura de Pinochet, entre los cuáles se encuentran niños de 6 meses hasta adolescentes, el informe señala 75 casos de infantes desaparecidos, de los cuales se reconocen 26 casos de niños muertos por militares en la dictadura.
El año 2003, se creó la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, conocida como Comisión Valech, que se dedicó a investigar los casos de abusos, torturas y asesinatos, de sus conclusiones principales : las víctimas de la dictadura superan las 40.000 personas y más de 3000 personas murieron o desaparecieron entre 1973 y 1990.
Esa larga noche oscura, de horrores inimaginables, terminaron debido a la presión contra la dictadura militar chilena, que culminó en el Plebiscito del 5 de octubre de 1988, donde triunfó la opción NO con un 55,99% (no a la continuidad de Pinochet) y la opción SI obtuvo un 44,01% (apoyo de la derecha a Pinochet, en sus distintas expresiones ).
Ojalá nunca más se repita esa barbarie, y prime la razón y el diálogo para solucionar nuestras diferencias, que no nos ciegue el fanatismo ideológico y prime la racionalidad, en la solución de nuestros problemas.
En el transcurso, de mi crecimiento, me dí cuenta con horror, de la tragedia que afectó a nuestro país, desde el golpe militar, miles de muertos y desaparecidos, ejecuciones arbitrarias y donde la mayoría de las víctimas eran muy jóvenes y que en su gran mayoría, jamás habían empuñado un arma. El Informe Rettig de la Comisión de Verdad y Reconciliación (1991), certifica 307 casos de menores de 20 años de edad, ejecutados por agentes de la dictadura de Pinochet, entre los cuáles se encuentran niños de 6 meses hasta adolescentes, el informe señala 75 casos de infantes desaparecidos, de los cuales se reconocen 26 casos de niños muertos por militares en la dictadura.
El año 2003, se creó la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, conocida como Comisión Valech, que se dedicó a investigar los casos de abusos, torturas y asesinatos, de sus conclusiones principales : las víctimas de la dictadura superan las 40.000 personas y más de 3000 personas murieron o desaparecieron entre 1973 y 1990.
Esa larga noche oscura, de horrores inimaginables, terminaron debido a la presión contra la dictadura militar chilena, que culminó en el Plebiscito del 5 de octubre de 1988, donde triunfó la opción NO con un 55,99% (no a la continuidad de Pinochet) y la opción SI obtuvo un 44,01% (apoyo de la derecha a Pinochet, en sus distintas expresiones ).
Ojalá nunca más se repita esa barbarie, y prime la razón y el diálogo para solucionar nuestras diferencias, que no nos ciegue el fanatismo ideológico y prime la racionalidad, en la solución de nuestros problemas.
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