NELSON ÁVILA (PRSD): "EN LA CONCERTACIÓN A ESTAS ALTURAS HEMOS PERDIDO EL NORTE"
El senador radical pidió que el Gobierno termine con los consensos con la oposición y con las "complacencias" hacia los senadores independientes, pero además considera que la Concertación perdió el norte, lo que podría poner en riesgo la permanencia en el poder
Por Andrés Varas R.
VALPARAÍSO, abril 25.- El senador radical, Nelson Ávila, defendió su dura postura hacia la oposición argumentando que la denominada “política de los consensos” es beneficiosa sólo para la Alianza y le impide al Gobierno plasmar su propia visión en temas sensibles para la ciudadanía.Además, en su particular estilo, criticó a los parlamentarios “descolgados”, quienes a su modo de ver no actuan como independientes, ya que se han asimilado y transformado en un “apéndice” de la derecha, por lo que llamó al Gobierno a terminar con sus intentos de “complacerlos”.Pero también realizó una autocrítica al afirmar que como Concertación han perdido el norte “con que llegamos a abrir las amplias alamedas” y se han ido “diluyendo a lo largo del camino”.Por otra parte, Ávila estimó que el tema de la píldora debe ser discutido como una reforma constitucional en el Congreso en donde asegura que se producirá una escisión en la Alianza entre quienes se muestren a favor y en contra.
¿Por qué adoptó esta postura tan crítica con la oposición? No es una postura confrontacional, yo la veo como el esfuerzo por regresar a las competencias específicas de cada poder del Estado. El Gobierno debe enviar las iniciativas tal cual las concibe, con su propio ADN al Congreso Nacional que es donde deben llevarse a cabo los debates políticos más trascendentales.
¿Eso significa acabar con la política de los consensos? Esta política de los consensos es una forma elegante de llamar a la política de las abdicaciones. Cada vez que el Gobierno consigue un “acuerdo” con la oposición es porque ha abdicado de sus puntos de vista más significativos, es decir, de aquellos que le imprimen un carácter. La derecha da el pase, hace una bajada de bandera cuando todo está bajo su control, de lo contrario, simplemente se niega, por algo ya constituyen en los hechos un cogobierno.
¿Cogobierno con los parlamentarios “descolgados”? Incluso antes de que se incorporase al cuerpo de la derecha este nuevo apéndice, ellos a través de la política de los consensos le iban sistemáticamente imprimiendo un rumbo a la legislación en general. Cuando el Gobierno admite acuerdos con la derecha, ésta siempre termina imponiendo sus términos y lo ilustra la reforma educacional, con aquello de entrelazar los deditos escuchando de fondo el himno patrio y proclamando a los cuatro vientos que se había alcanzado un consenso en una materia muy sensible.
Entonces, ¿Cuál sería la fórmula adecuada para legislar? La fórmula es que el Gobierno envíe los proyectos al Congreso tal cual los concibe, los dé a conocer a la opinión publica y diga expresamente que confía en un debate de altura democrática, amplio y pluralista en el Congreso como corresponde, allí podrán expresarse las organizaciones políticas y ciudadanas.
¿Y qué le respondió el ministro Viera Gallo cuando le planteó esto? El alopécico ministro secretario general de la Presidencia escuchó con mucha atención mi planteamiento y a menudo inclinaba su cabeza en señal de aprobación. Yo no sé si estaba aprobando lo que decía o cabeceaba como consecuencia del sopor. Me dijo que él estaba muy de acuerdo en el planteamiento de fondo, pero me dio a entender que no es fácil erradicar esta práctica que ya se ha hecho inveterada en los gobiernos de la Concertación.
¿Por qué adoptó esta postura tan crítica con la oposición? No es una postura confrontacional, yo la veo como el esfuerzo por regresar a las competencias específicas de cada poder del Estado. El Gobierno debe enviar las iniciativas tal cual las concibe, con su propio ADN al Congreso Nacional que es donde deben llevarse a cabo los debates políticos más trascendentales.
¿Eso significa acabar con la política de los consensos? Esta política de los consensos es una forma elegante de llamar a la política de las abdicaciones. Cada vez que el Gobierno consigue un “acuerdo” con la oposición es porque ha abdicado de sus puntos de vista más significativos, es decir, de aquellos que le imprimen un carácter. La derecha da el pase, hace una bajada de bandera cuando todo está bajo su control, de lo contrario, simplemente se niega, por algo ya constituyen en los hechos un cogobierno.
¿Cogobierno con los parlamentarios “descolgados”? Incluso antes de que se incorporase al cuerpo de la derecha este nuevo apéndice, ellos a través de la política de los consensos le iban sistemáticamente imprimiendo un rumbo a la legislación en general. Cuando el Gobierno admite acuerdos con la derecha, ésta siempre termina imponiendo sus términos y lo ilustra la reforma educacional, con aquello de entrelazar los deditos escuchando de fondo el himno patrio y proclamando a los cuatro vientos que se había alcanzado un consenso en una materia muy sensible.
Entonces, ¿Cuál sería la fórmula adecuada para legislar? La fórmula es que el Gobierno envíe los proyectos al Congreso tal cual los concibe, los dé a conocer a la opinión publica y diga expresamente que confía en un debate de altura democrática, amplio y pluralista en el Congreso como corresponde, allí podrán expresarse las organizaciones políticas y ciudadanas.
¿Y qué le respondió el ministro Viera Gallo cuando le planteó esto? El alopécico ministro secretario general de la Presidencia escuchó con mucha atención mi planteamiento y a menudo inclinaba su cabeza en señal de aprobación. Yo no sé si estaba aprobando lo que decía o cabeceaba como consecuencia del sopor. Me dijo que él estaba muy de acuerdo en el planteamiento de fondo, pero me dio a entender que no es fácil erradicar esta práctica que ya se ha hecho inveterada en los gobiernos de la Concertación.
A su juicio, ¿Alcanzar acuerdos y consensos no es una forma constructiva de legislar?
Es constructivo para la derecha, que ha demolido al Gobierno a lo largo de estos años. Estoy pensando en mucha gente que a la luz del comportamiento que observan ambos sectores de la política nacional no saben ya qué significa uno u otro y concluyen que da lo mismo
¿Hay lugar para la autocrítica?
Es haber perdido el perfil con que llegamos a abrir las amplias alamedas, nos hemos ido diluyendo a lo largo del camino y ya a esta altura hemos perdido el norte.
Avizora entonces un segundo tiempo complicado
Será muy complicado lleno de fauls… la derecha que va a jugar como los paraguayos, con pierna fuerte.
¿Cree que la Concertación está poniendo en riesgo la continuidad en el poder?
La continuidad del Gobierno se puso en riesgo en el instante mismo en que se echó a andar el Transantiago, ese frankenstein descerebrado suelto por la ciudad lo ha contaminado todo, ha sembrado el terror a nivel nacional y hay abierto las puertas de par en par a aquellos que pretenden suceder a la Concertación.
Y en este contexto, ¿Cuál es el rol de los parlamentario “descolgados”?
También se lo manifesté a Viera Gallo, que el Gobierno dejara de hacer gestos fútiles: Me refiero a los intentos de complacer a (los senadores independientes) Cantero y a Bianchi. Le dije que ya está bueno de mimos, aquí hay que asumir que la nueva mayoría está constituida por una derecha compacta en donde los llamados independientes no son tales, están definitivamente asimilados.
Es constructivo para la derecha, que ha demolido al Gobierno a lo largo de estos años. Estoy pensando en mucha gente que a la luz del comportamiento que observan ambos sectores de la política nacional no saben ya qué significa uno u otro y concluyen que da lo mismo
¿Hay lugar para la autocrítica?
Es haber perdido el perfil con que llegamos a abrir las amplias alamedas, nos hemos ido diluyendo a lo largo del camino y ya a esta altura hemos perdido el norte.
Avizora entonces un segundo tiempo complicado
Será muy complicado lleno de fauls… la derecha que va a jugar como los paraguayos, con pierna fuerte.
¿Cree que la Concertación está poniendo en riesgo la continuidad en el poder?
La continuidad del Gobierno se puso en riesgo en el instante mismo en que se echó a andar el Transantiago, ese frankenstein descerebrado suelto por la ciudad lo ha contaminado todo, ha sembrado el terror a nivel nacional y hay abierto las puertas de par en par a aquellos que pretenden suceder a la Concertación.
Y en este contexto, ¿Cuál es el rol de los parlamentario “descolgados”?
También se lo manifesté a Viera Gallo, que el Gobierno dejara de hacer gestos fútiles: Me refiero a los intentos de complacer a (los senadores independientes) Cantero y a Bianchi. Le dije que ya está bueno de mimos, aquí hay que asumir que la nueva mayoría está constituida por una derecha compacta en donde los llamados independientes no son tales, están definitivamente asimilados.
POSTURA FRENTE A LA PÍLDORA
¿Qué le parece la polémica generada por el fallo del Tribunal Constitucional sobre la píldora?
El del Tribunal Constitucional es un fallo aberrante porque contraría el sentimiento de la inmensa mayoría de la población y ahonda el apartheid social del país, lo hace más dramático y vergonzoso.
¿Cree que la solución es llevarlo al Congreso como una reforma constitucional?
Necesariamente tiene que venir al Congreso, porque no es posible dejar las cosas como están. En este momento se hiere la sensibilidad de gran parte de la población y el único ungüento capaz de quitar esta irritabilidad es una ley.
Pero podría enfrentar un escenario complicado de parte de la oposición
Yo creo que la píldora es lo único que puede causar alguna escisión en la derecha. Habrían parlamentarios (de la Alianza) que estarían a favor de esta reforma.
El del Tribunal Constitucional es un fallo aberrante porque contraría el sentimiento de la inmensa mayoría de la población y ahonda el apartheid social del país, lo hace más dramático y vergonzoso.
¿Cree que la solución es llevarlo al Congreso como una reforma constitucional?
Necesariamente tiene que venir al Congreso, porque no es posible dejar las cosas como están. En este momento se hiere la sensibilidad de gran parte de la población y el único ungüento capaz de quitar esta irritabilidad es una ley.
Pero podría enfrentar un escenario complicado de parte de la oposición
Yo creo que la píldora es lo único que puede causar alguna escisión en la derecha. Habrían parlamentarios (de la Alianza) que estarían a favor de esta reforma.
(Fuente: Actualidad Terra, 25 de Abril 2008)
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