ENCUESTA DEL CERC DETESTA QUE TODAS LAS INSTITUCIONES HAN SALIDO DAÑADAS
Una estocada al optimismo económico y un castigo a toda la clase política, incluida la Presidenta Michelle Bachelet -que en otras investigaciones de opinión pública ha aparecido intangible-, son las secuelas, según la última encuesta del Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC), del bombardeo de denuncias sobre corrupción en el aparato estatal. El director del organismo, Carlos Huneeus, explicó que la fuerte baja de 14 puntos en la concepción de que el país está progresando financieramente -en el sondeo de diciembre de 2005, 62% de los entrevistados manifestaba este parecer y en el del mes pasado sólo lo afirmaba 48%-, la disminución en cinco puntos respecto del análisis de octubre de que la situación económica es buena, y la caída de cuatro puntos en la valoración del desempeño de Bachelet -obtuvo en diciembre 55% de respaldo frente al 59% que logró en octubre- reflejan que “nadie ha quedado inmune, ajeno o ha logrado separarse, y tampoco nadie se ha visto beneficiado” electoralmente de las irregularidades investigadas en tribunales.
Huneeus destacó que en este cuadro, donde a diario se consignan nuevos datos respecto de anomalías en el uso de recursos públicos durante las administraciones de la Concertación, “la tesis de que la Presidenta puede ser encapsulada, de que la Presidenta está por un lado y el país por el otro, no se sostiene”, ya que el nivel de reprobación hacia las prácticas indebidas abarca todos los ámbitos y actores. La misma población se ausculta y considera, mayoritariamente, que pese a ser honestos, los ciudadanos no contribuyen a sanear las organizaciones. Esto, porque se actúa con cierta permisividad, amparados en la mítica “pillería” del chileno, que se erige como “la antesala de la corrupción”. Así, situaciones como comprar discos pirata, colarse en una fila o presentar certificados médicos falsos no son consideradas condenables.
En esta cultura del fraude social, apuntó Huneeus, “la corrupción nos perjudica a todos: al país en su imagen internacional, daña la confianza en instituciones como los tribunales de justicia, el Congreso, el Gobierno y la empresa privada. Y la oposición no puede beneficiarse porque es parte de la clase política que está cuestionada”.
El conflicto de la derecha, que no logra capitalizar las turbulencias en la Concertación y que recibe sólo 20% de evaluación favorable -con un alza de dos puntos respecto de octubre y de cuatro si se compara con la medición de agosto, donde tuvo su peor performance con 16%-, radica, agregó el experto, en que el sector tiene poca vitrina, escasas propuestas y en que 2006 erró en el blanco al escoger como bandera de lucha la corrupción, una temática que, destacó Huneeus, “el país no saluda”.
( extracto de La Nación, 11 de Enero 2007)
Huneeus destacó que en este cuadro, donde a diario se consignan nuevos datos respecto de anomalías en el uso de recursos públicos durante las administraciones de la Concertación, “la tesis de que la Presidenta puede ser encapsulada, de que la Presidenta está por un lado y el país por el otro, no se sostiene”, ya que el nivel de reprobación hacia las prácticas indebidas abarca todos los ámbitos y actores. La misma población se ausculta y considera, mayoritariamente, que pese a ser honestos, los ciudadanos no contribuyen a sanear las organizaciones. Esto, porque se actúa con cierta permisividad, amparados en la mítica “pillería” del chileno, que se erige como “la antesala de la corrupción”. Así, situaciones como comprar discos pirata, colarse en una fila o presentar certificados médicos falsos no son consideradas condenables.
En esta cultura del fraude social, apuntó Huneeus, “la corrupción nos perjudica a todos: al país en su imagen internacional, daña la confianza en instituciones como los tribunales de justicia, el Congreso, el Gobierno y la empresa privada. Y la oposición no puede beneficiarse porque es parte de la clase política que está cuestionada”.
El conflicto de la derecha, que no logra capitalizar las turbulencias en la Concertación y que recibe sólo 20% de evaluación favorable -con un alza de dos puntos respecto de octubre y de cuatro si se compara con la medición de agosto, donde tuvo su peor performance con 16%-, radica, agregó el experto, en que el sector tiene poca vitrina, escasas propuestas y en que 2006 erró en el blanco al escoger como bandera de lucha la corrupción, una temática que, destacó Huneeus, “el país no saluda”.
( extracto de La Nación, 11 de Enero 2007)
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