EX MINISTRO SOLÍS ACUSA A LA DC POR SU SALIDA DE JUSTICIA
Molestia en la Presidencia por sus declaraciones
“La Presidenta de la República ha tomado las decisiones que a ella le han parecido competentes y antes que las tomara los cuatro presidentes de partido le señalamos que íbamos a apoyar cualquiera que fueran éstas”, respondió la senadora Soledad Alvear.
Se pareció -en alguna medida- a la imprudencia de Claudio Huepe en torno al voto de Chile para el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en términos de apoyar o no a Venezuela. Mientras los partidos de la coalición se alinearon la noche del lunes en la tesis de que la Presidenta Michelle Bachelet había ejercido las facultades del mando al hacer su ajuste de gabinete -independiente de las disidencias, que sí las hay, que cada colectividad podría tener y que se expresaban en privado-, el saliente titular de Justicia, el radical Isidro Solís, dijo a temprana hora de ayer que fue la DC la que definió los contornos de la remodelación ministerial.
Ajeno a las versiones de que su salida fue determinada básicamente por los problemas de relación con la Corte Suprema, Solís afirmó que a través de la senadora Soledad Alvear la falange notificó a la Presidenta que no era aceptable que el costo de la crisis de Transantiago lo pagara apenas un partido, si es que caía sólo el DC Sergio Espejo de Transportes, “por lo cual, se exigió (desde la DC) la salida de un ministro de cada partido de la Concertación”, acusó Solís. “Soy el único ministro radical. No existía otra alternativa y, por lo tanto, me toca pagar lo que son los contenidos de esta crisis”, agregó.
Sus declaraciones volaron por Santiago. Al llegar a palacio, para el juramento de las 13.30 horas, Solís ya sabía que había irritado a la DC, pero todavía más a la Presidenta. Incluso fuentes de Gobierno aseguraron que Bachelet le manifestó en persona a Solís su enojo por lo que había dicho. Al abandonar La Moneda, Solís intentó moderar su tesis: “Lo que yo dije es que a la DC le parecía que una crisis de esta naturaleza tenía que ser asumida por toda la coalición y no solamente por un partido. Por lo tanto, la señal de rectificación tenía que alcanzar a todos los partidos y eso implica que deberían salir responsables de cada partido”.
De este modo, Solís rechazó que hubiese usado el término “presiones” -lo que en rigor es verdad- y eliminó el concepto matinal de “exigencias”, aunque en definitiva una exigencia parece más severa que una presión.
Consultado sobre las razones de su conclusión, Solís confesó que hace varios días que “llevamos en esa situación”. No obstante, añadió que él comparte el criterio de la DC y consideró “legítima” la posición del falangismo. “La situación que hoy tenemos es extraordinariamente grave, afecta al Gobierno y a la coalición, de manera que debemos trabajar todos para dar soluciones muy pronto”.
-¿En su salida pesaron más los problemas del Transantiago que el conflicto que tuvo con la Corte Suprema?
-Yo tengo la impresión de que sí.
La presidenta de la DC en paralelo afirmó su sorpresa ante la opinión de Solís. “Me extraña. La Presidenta de la República ha tomado las decisiones que a ella le han parecido competentes y antes que las tomara los cuatro presidentes de partido le señalamos que íbamos a apoyar cualquiera que fueran éstas”.
Según Alvear, sostuvo que al igual que el resto de presidentes concertacionistas, se enteró antes, pero sólo para efectos informativos. “La Presidenta Bachelet toma sus decisiones sin necesidad de presiones y eso habla muy bien de ella”, expresó.
Fuentes de la DC afirmaron que las declaraciones de Solís más como un problema interno suyo con la mesa del PRSD, en particular con el presidente, José Antonio Gómez, porque éste le habría quitado respaldo político a su gestión en Justicia y estaría conforme con la nominación de otro radical, Carlos Maldonado, que fue coordinador de la reforma procesal penal siendo Gómez ministro. Gómez, según la versión privada que circulaba en la DC, no se oponía a que saliera Solís, aunque sí quería mantener Justicia, esquema donde Maldonado encajaba perfectamente.
Ajeno a las versiones de que su salida fue determinada básicamente por los problemas de relación con la Corte Suprema, Solís afirmó que a través de la senadora Soledad Alvear la falange notificó a la Presidenta que no era aceptable que el costo de la crisis de Transantiago lo pagara apenas un partido, si es que caía sólo el DC Sergio Espejo de Transportes, “por lo cual, se exigió (desde la DC) la salida de un ministro de cada partido de la Concertación”, acusó Solís. “Soy el único ministro radical. No existía otra alternativa y, por lo tanto, me toca pagar lo que son los contenidos de esta crisis”, agregó.
Sus declaraciones volaron por Santiago. Al llegar a palacio, para el juramento de las 13.30 horas, Solís ya sabía que había irritado a la DC, pero todavía más a la Presidenta. Incluso fuentes de Gobierno aseguraron que Bachelet le manifestó en persona a Solís su enojo por lo que había dicho. Al abandonar La Moneda, Solís intentó moderar su tesis: “Lo que yo dije es que a la DC le parecía que una crisis de esta naturaleza tenía que ser asumida por toda la coalición y no solamente por un partido. Por lo tanto, la señal de rectificación tenía que alcanzar a todos los partidos y eso implica que deberían salir responsables de cada partido”.
De este modo, Solís rechazó que hubiese usado el término “presiones” -lo que en rigor es verdad- y eliminó el concepto matinal de “exigencias”, aunque en definitiva una exigencia parece más severa que una presión.
Consultado sobre las razones de su conclusión, Solís confesó que hace varios días que “llevamos en esa situación”. No obstante, añadió que él comparte el criterio de la DC y consideró “legítima” la posición del falangismo. “La situación que hoy tenemos es extraordinariamente grave, afecta al Gobierno y a la coalición, de manera que debemos trabajar todos para dar soluciones muy pronto”.
-¿En su salida pesaron más los problemas del Transantiago que el conflicto que tuvo con la Corte Suprema?
-Yo tengo la impresión de que sí.
La presidenta de la DC en paralelo afirmó su sorpresa ante la opinión de Solís. “Me extraña. La Presidenta de la República ha tomado las decisiones que a ella le han parecido competentes y antes que las tomara los cuatro presidentes de partido le señalamos que íbamos a apoyar cualquiera que fueran éstas”.
Según Alvear, sostuvo que al igual que el resto de presidentes concertacionistas, se enteró antes, pero sólo para efectos informativos. “La Presidenta Bachelet toma sus decisiones sin necesidad de presiones y eso habla muy bien de ella”, expresó.
Fuentes de la DC afirmaron que las declaraciones de Solís más como un problema interno suyo con la mesa del PRSD, en particular con el presidente, José Antonio Gómez, porque éste le habría quitado respaldo político a su gestión en Justicia y estaría conforme con la nominación de otro radical, Carlos Maldonado, que fue coordinador de la reforma procesal penal siendo Gómez ministro. Gómez, según la versión privada que circulaba en la DC, no se oponía a que saliera Solís, aunque sí quería mantener Justicia, esquema donde Maldonado encajaba perfectamente.
CONCRETAR REFORMAS PENDIENTES
El nuevo ministro de Justicia, el también radical Carlos Maldonado, afirmó que tiene experiencia en relacionarse con los ministros de la Corte Suprema, porque fue coordinador de la reforma procesal penal bajo la conducción de José Antonio Gómez en Justicia. “Lo importante para mi administración es que las cosas están cambiando y los cambios en el sistema de justicia deberán ser una de nuestras principales preocupaciones. En ese sentido, vamos a trabajar muy seriamente para concretar reformas pendientes y mejoraremos el acceso a la justicia”, indicó. Sin embargo, Maldonado no quiso hacer comentarios sobre la acusación de Isidro Solís.
En tanto, el presidente de la Corte Suprema, Enrique Tapia Witting, negó que los magistrados hayan hecho algún tipo de lobby para sacar a Solís, pero sí reconoció que hubo molestia en la judicatura por algunas materias con Justicia que no se trataron. “Yo espero que con el señor Maldonado se siga trabajando bien, porque él conoce la labor del ministerio y es un hombre bien ponderado. Es cierto que hubo problemas en la rapidez con que se sacó adelante algunos proyectos en la administración anterior, pero siempre las relaciones estuvieron buenas”, señaló Tapia.
En tanto, el presidente de la Corte Suprema, Enrique Tapia Witting, negó que los magistrados hayan hecho algún tipo de lobby para sacar a Solís, pero sí reconoció que hubo molestia en la judicatura por algunas materias con Justicia que no se trataron. “Yo espero que con el señor Maldonado se siga trabajando bien, porque él conoce la labor del ministerio y es un hombre bien ponderado. Es cierto que hubo problemas en la rapidez con que se sacó adelante algunos proyectos en la administración anterior, pero siempre las relaciones estuvieron buenas”, señaló Tapia.
(La Nación, 28 de Marzo 2007)
Vea además, El Nuevo Gabinete de Michelle Bachelet, especiales de Emol.com y también
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