GRACIAS TRANSANTIAGO
La polémica ley para inyectar 290 millones de dólares al sistema de transporte público capitalino sirvió para que las regiones sacaran la voz y, esta vez, sí fueran escuchadas.
El proceso de descentralización, que hace años se comenzó a impulsar desde la Región del Biobío, parece haber despegado por fin. Dentro de todos los problemas por los que ha atravesado el país este año, algunos de los cuales todavía lo agobian, los habitantes que viven fuera de Santiago -un 60 por ciento de los 15 millones que viven en todo Chile- hemos recibido buenas noticias desde la capital. En abril, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, informó en Valparaíso -al inaugurar la Segunda Cumbre de las Regiones- de una indicación sustitutiva que agregaría al proyecto de reforma constitucional sobre gobiernos locales que se encuentra en primer trámite en la Cámara de Diputados. Aunque era esperado, no dejó de sorprender el anuncio y la firma del documento que propone la elección directa de los consejeros regionales (Cores), quienes durarán los 4 años en su cargo y podrán ser reelegidos.Uno de los principales argumentos para tan necesaria iniciativa es la independencia que otorgaría a la instancia para decidir cómo y en qué gastar el presupuesto, algo que hoy La Moneda prácticamente maneja desde la capital.Según antecedentes recopilados por la Corporación para la Regionalización del Biobío (Corbiobío), presidida por Claudio Lapostól, el 73 por ciento de los recursos públicos y el 95 por ciento de la inversión privada se decide en Santiago.Los 345 municipios sólo manejan el 8 por ciento del presupuesto nacional. La segunda buena noticia fue la mejor de todas. Las regiones, que hablaron fuerte y claro a través de sus representantes en el Congreso, fueron escuchadas por el Ejecutivo, luego de que el Estado anunciara que aportaría 290 millones de dólares para intentar rescatar del precipicio al sistema de transporte público de Santiago. Los legisladores de la bancada regionalista -del oficialismo y de la oposición- se unieron para demandar que una cantidad similar se destinara al resto del país, a cuyos habitantes se les había denegado un puente (Chiloé), mientras que a otros se les privaba de continuar con la modernización de su locomoción urbana (Biovías II). Las regiones estuvieron y han seguido en la primera plana gracias al Transantiago.A partir de un mecanismo también para sacar de una crisis política al gobierno fue que la administración Bachelet tuvo que ceder para conseguir los votos que dieran luz verde a la polémica Ley del Transantiago, lo que aseguró que, por ejemplo, a nuestra región lleguen en los próximos meses 13 mil millones de pesos en fondos extra, los que serán destinados para distintos proyectos que deben ser consensuados por la intendencia y el Core. Otra partida de 13 mil millones de pesos deberá ser entregada posteriormente.De que el Chile de regiones está cambiando, no hay duda. Si bien en las elecciones municipales del próximo año la descentralización no estará como tema en las campañas, sí será parte del debate para las elecciones presidenciales de 2009, debiendo los candidatos pronunciarse respecto del real interés que otorgará su eventual gestión para luchar y promover la regionalización que destierre de una vez y para siempre el centralismo asfixiante, de manera de llegar al Bicentenario con el país que la mayoría de los chilenos quiere.
(Editorial de El Sur, 26 de Junio 2007)
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